En España vivimos dos cambios de hora: en primavera adelantamos el reloj para adaptarnos al horario de verano y en otoño lo retrasamos para adaptarnos al horario de invierno. Como es lógico, el cambio de huso horario de la primavera tiene muchos más detractores que el de otoño, porque nos encuentra a todos con el paso cambiado. O mejor dicho, nos deja a todos con el sueño cambiado, dejándonos una hora menos para dormir.

El próximo cambio de hora, que servirá para adaptar nuestros relojes al horario de invierno, se dará en la madrugada del sábado 29 al domingo 30 de octubre. Cuando las manijas del reloj apunten a las 03:00 horas, automáticamente pegarán un salto… haciendo que sean las 2 de la mañana. Es decir, que el último domingo del mes de octubre tendrá 25 horas en lugar de 24. Y en consecuencia, nosotros podremos dormir una hora más.

El objetivo de esta medida -al menos en el plano teórico- es el ahorro energético, porque permite que se sustituya durante un mayor tiempo la luz eléctrica por luz natural. Pero -a pesar de sus buenas intenciones- en los últimos años hemos visto como han ido aumentando los críticos a esta medida, que piden su derogacióninmediata. De hecho, según una encuesta del CIS, alrededor de un 64% de los españoles se opone a estos cambios horarios, mientras que el 25,9% está de acuerdo con seguir como hasta ahora, adelantando y retrasando los relojes en invierno y verano.

Uno de los argumentos en contra de los cambios de hora es que estospueden tener consecuencias muy negativas en nuestra salud. El presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE), José Luis Casero, sostiene que estos cambios de hora pueden llegar -incluso- a provocar “alteraciones físicas, sobre todo en población vulnerable como niños y mayores”. Por ello, Casero aboga por el establecimiento permanente del horario UTC+1 o “el mal llamado horario de invierno, que es el más favorable y equilibrado para España”.

Sin embargo, sería previsible que este 2022 -en un momento en el que la energía atraviesa cotas de máximos históricos- la natural reticencia a la medida se suavizase. Además, por mucho que el grueso de los españoles (así como de una buena parte de los expertos en la materia) se opongan a la norma, en el Boletín Oficial del Estado (BOE) ya ha quedado publicado que los cambios de huso horario se mantendrán hasta -al menos- el 2026.