Polémica

La Eurocámara pide consagrar el aborto como un derecho fundamental

El texto critica la sentencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos

Una manifestación proabortista en Los Ángeles
Una manifestación proabortista en Los ÁngelesETIENNE LAURENTAgencia EFE

El Parlamento Europeo ha aprobado este jueves una resolución de carácter no vinculante en la que pide blindar el acceso al aborto dentro de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, como respuesta al fallo del Tribunal Supremo de Estados Unidos que deja de considerar la interrupción del embarazo como un derecho. Aunque este veredicto no supone de facto la prohibición del aborto, sí que da carta blanca a que los Estados con legislaciones más restrictivas puedan seguir este camino. El aborto fue proclamado en EEUU un derecho en el año 1973 en la histórica sentencia Roe contra Wade.

Este texto del Parlamento Europeo ha salido adelante con 324 votos a favor, 155 en contra y 38 abstenciones y pide a las capitales europeas que introduzcan el aborto dentro de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, un texto redactado en 2000 pero que no fue jurídicamente vinculante hasta que se integró en el Tratado de Lisboa en 2009. Una petición que tiene pocos visos de convertirse en realidad ya que para ello se necesitaría la unanimidad de todos los países europeos. Actualmente el aborto es considerado una prerrogativa nacional y en el club europeo coexisten diferentes legislaciones. Malta es el único país que lo prohíbe por completo y Polonia mantiene una legislación muy restrictiva.

El texto aprobado este jueves asegura que la sentencia estadounidense supone un “retroceso de los derechos de las mujeres” y asegura que “los países de la UE deben garantizar el acceso a servicios de aborto seguro, legal y gratuito, servicios de atención prenatal y materna, planificación familiar voluntaria, anticoncepción y servicios para jóvenes”.

Antes de conocerse este fallo en EEUU, en enero de este año, el presidente francés Emmanuel Macron ya había sugerido incluir el aborto entre los derechos fundamentales. Esta propuesta fue realizada un día después de que fuera elegida como presidenta de la Eurocámara la política maltesa del Partido Popular, Roberta Metsola y abiertamente antiabortista, tal y como la gran mayoría de políticos en su país.

“Quiero que consolidemos nuestros valores como europeos, que son nuestra unidad, nuestro orgullo y nuestra fuerza. 20 años después de la proclamación de nuestra Carta de Derechos Fundamentales, espero que podamos actualizarla para ser más explícitos sobre la protección del medio ambiente o el reconocimiento del derecho al aborto”, indicó Macron en su discurso, poniendo en un difícil brete a Metsola. La política maltesa se enfrentó a las críticas de la izquierda europea por su perfil próvida antes de su elección, si bien ella ha declarado que como representante del Parlamento se limitará a defender la postura mayoritaria de la Cámara, independientemente de sus convicciones personales.

En Malta la prohibición total del aborto ha acaparado los titulares de la prensa internacional, después de que una turista estadounidense que se encontraba de vacaciones en la isla tuviera que ser evacuada a España para que pudiera abortar. La mujer sufrió un desprendimiento de placenta que, según los médicos, ponía en peligro su vida. Aunque los doctores reconocían que no había posibilidades de que el feto sobreviviera, se negaron a practicarle un aborto ya que el corazón seguía latiendo.

En junio del año pasado, la Eurocámara declaró el aborto como un “derecho humano” en el denominado “informe Matic”, un texto no vinculante en el que se invita a los “Estados miembros a revisar sus disposiciones sobre el aborto para que estén de acuerdo con los estándares de legalidad internacional y las mejores prácticas para asegurar que el aborto sea legal en la etapa temprana del embarazo y, cuando sea necesario, más allá de este periodo, si la salud de la persona embarazada o su vida está en peligro”. Además la resolución recalca que “una prohibición total del aborto o una negativa a los cuidados del aborto son una forma de violencia de género”

Sobre la posibilidad de que los médicos ejerzan la libertad de conciencia y se nieguen a practicar abortos, el informe Matic reconoce que “por razones personales, los médicos de manera individual puedan invocar esta cláusula de conciencia”, pero subraya que ésta no debe “interferir en los derechos de los pacientes a la hora del pleno acceso a los servicios de salud” y hace un llamamiento a los Estados miembros “a tener en cuenta estas circunstancias en sus disposiciones geográficas de los servicios de salud”.