Fórmula de éxito

Unidos por el amor a la música y la voluntad de ayudar a los demás

Los más de 40 integrantes de «A Contraluz» destinan los beneficios de sus conciertos a proyectos solidarios

En su último concierto en el Teatro Nuevo Alcalá de Madrid colgaron el cartel de «No hay billetes»
En su último concierto en el Teatro Nuevo Alcalá de Madrid colgaron el cartel de «No hay billetes»MONDELO

Su pasión por la música y el deseo de ayudar a los demás llevaron a un grupo variopinto de amigos, entre los que hay ingenieros, farmacéuticos, profesores, periodistas o arquitectos, a crear «A Contraluz», una peculiar y exitosa fórmula músical con objetivo filantrópico. Integrada por más de 40 personas, nació hace más de 20 años con la intención de ayudar a los colectivos más necesitados de la sociedad a través de conciertos solidarios.

En su última concierto el pasado mes de abril en el Teatro Nuevo Alcalá de Madrid colgaron el cartel de «No hay billetes». Fiel a su ideario, el dinero de la recaudación se destinó en esta ocasión a la labor que la organización «Avanza ONG» desarrolla en zonas de conflicto en Ucrania. Otras de las organizaciones con las que han querido colaborar a lo largo de estos años son «Menudos corazones», la Fundación Madrina, el Proyecto Ditunga para campesinos del Congo o Nipace, entre otras.

Su repertorio incluye versiones de conocidas canciones, entre las que figuran pasodobles, isas, boleros... con canciones tan conocidas como «A mi manera», «El mundo», «No dudaría» o «Qué será», entre muchas otras.

Manuel Sandoval, uno de sus componentes, asegura que «A Contraluz» es «un compromiso solidario hacia los colectivos más necesitados y perjudicados de nuestra sociedad actual», y que al mismo tiempo permite a sus integrantes «fomentar nuestra afición musical».

Uno de los grandes problemas viene a la hora de los ensayos, ya que poner de acuerdo a 40 personas no es fácil, y pese a que sus integrantes viven en Madrid, a veces el lugar del ensayo está a 20 o 30 kilómetros para algunos. Para paliar este problema y aprovechar al máximo los ensayos conjuntos, y previamente a ellos, «el director musical realiza la gran labor de enviar letras y partituras de las nuevas canciones desglosadas por voces a las cuerdas de tenores, barítonos, bajos y a los 22 músicos. A continuación, por medio de ensayos parciales por “cuerdas de canto” y músicos se preparan las nuevas canciones, para que una vez ensayada parcialmente se coordinen y conjunten en los ensayos generales, bien de coro o de todo el grupo, de más de 40 personas», indica Manuel Sandoval.

Otro de los grandes impedimentos a los que se han tenido que enfrentar es la pandemia de corononavirus, que «ha sido una verdadera ruina y desazón para todos los grupos de cualquier índole y para la Sociedad en general, además de la huella imborrable de haber perdido a familiares y amigos que ya no volverán», señala.

El cierre de teatros y espacios por las restricciones para controlar el virus han impedido no solo las actuaciones, sino también los ensayos y afrontar nuevos proyectos. «Vamos a intentar como sea recuperar estos dos años y volver a alegrar a nuestro público con lo único que podemos darle, que es nuestra alegría e interpretaciones musicales nuevas, que algunas hemos preparado encerrados en nuestras casas», destaca Sandoval.

Hasta este momento «A Contraluz» tiene tres CD grabados y en circulación, a disposición de quienes quieran ayudar. Además, en sus conciertos algunas de las ONG con las que colaboran han ofrecido una «fila cero» para aquellos que deseen apoyar los proyectos solidarios y no puedan asistir al concierto. En este momento el director musical del grupo ya está recopilando nuevos temas para lanzar un cuarto disco, cuya venta, al igual que los anteriores, se destinará a colectivos necesitados.