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Covid-19
Los padres españoles dicen sí a la vacuna infantil
La respuesta en los tres primeros días de campaña ha sido apabullante. Cada comunidad ha inoculado, de media, 5.000 dosis al día, y se espera aumentar el ritmo
Muchas familias lo estaban deseando, pero también ellos: los niños de 5 a 11 años cuya campaña de vacunación ha comenzado esta semana. Son alrededor de 3,3 millones y tienen la mayor incidencia acumulada de casos de covid en España. Se espera una respuesta de aceptación masiva por parte de los padres en nuestro país.
Según una encuesta de la plataforma de mercados Appinion elaborada la semana pasada sobre una muestra de un millar de personas entre 18 y 65 años, el 74 % de los padres de niños de entre 5 y 11 años está dispuesto a vacunar a sus hijos, mientras que el 13,7% está indeciso y un 12,3% no lo hará. Asimismo, el aval a la vacunación de los menores de 11 años varía drásticamente entre aquellos padres inoculados (el 78,6% la apoya) y los que no lo están, donde solo el 5,7% dice que consentirá que les vacunen.
Una cuestión que llama la atención en los resultados es que los padres tienen una mayor predisposición a vacunar a los menores de 12 a 17 años por percibir menos riesgos a esa edad. Únicamente el 5% de los padres de niños entre 12 y 17 años afirma que no les ha vacunado ni lo hará, mientras que el 94,8% sí lo ha hecho o lo hará próximamente.
Las cifras hablan por sí solas: el 88,7% de la población de entre 12 y 19 años tiene la pauta completa, y el 85% se ha puesto la primera dosis. La respuesta de los progenitores en los primeros tres días de vacunación infantil ha sido muy positiva. Cerca de 10.000 menores se pusieron la primera dosis entre el miércoles y el jueves pasado en la Comunidad de Madrid, que ya cuenta con 60.000 autocitas. Castilla-La Mancha sumaba 5.000 dosis inoculadas el miércoles y la Comunidad Valenciana, más de 10.000 en 159 centros educativos. Un éxito que se ha repetido en todas las regiones de España.
Beatriz Pavón es una de esas madres que ha estado «pegada» al teléfono para poder conseguir cita para su hijo Maxi, de 11 años, el primer día disponible. «Nos vamos a Buenos Aires a pasar las Navidades, a casa de la familia de mi marido, y quería vacunar a Maxi antes de ir. Su abuelo cumple 90 años y no me quedaba tranquila yendo a visitarlos sin estar lo más protegidos posible», explica. Tanto ella como su hijo estaban deseando que la vacuna estuviera disponible para los niños. «Mi madre estuvo casi un mes en la UCI con neumonía bilateral y más complicaciones por covid en septiembre de 2020, muy grave. Además, yo trabajo en eventos y he tenido muchísimos casos positivos cerca, no recuerdo cuántas pruebas me he hecho ya en estos casi dos años ni cuántas veces he estado confinada. Por eso estaba deseando vacunar a Maxi, no se me ocurre otro modo de protegerle mejor», añade Beatriz.
Su plena confianza en la vacunación es extensiva a una gran mayoría de los padres en España. La jefa de Pediatría del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander, Chus Cabero, considera que los padres son el grupo más sensibilizado y que más confía en las vacunas porque sus hijos las reciben «desde el primer año de vida» y, al principio, «cada dos meses». «Y no sólo la reciben de una enfermedad, sino una vacuna de muchas cosas», añade. La especialista valora además, que, gracias a las vacunas, se han «dejado de ver muchas neumonías, otitis y meningitis» y, por ello, los padres «ven día a día el efecto directo que tienen».
Es el caso de Olivia Martínez, madre de dos niños: Roberto, de 12 años y Alonso, de 9. «Si les he puesto todas las vacunas que me han indicado las autoridades sanitarias ¿por qué no le iba a poner esta?», responde con seguridad. «Aún no he llevado al mayor a vacunarse pero por un tema puramente organizativo. Roberto juega al fútbol todos los domingos, y los sábados son el único día que su padre y yo le podríamos llevar a vacunarse. No lo hemos hecho por miedo a que le diera algún efecto secundario y no pudiera jugar», explica. Olivia tiene pensado vacunar a sus dos hijos durante las vacaciones de Navidad. «No he dudado en ningún momento; yo tuve efectos secundarios con la segunda dosis, pero eso nunca me ha llevado a tener miedo a vacunar a mis hijos», remarca.
«Para mí es innegociable, eso es lo que va a hacer que terminemos con esto lo antes posible. Hay un medio que se puede utilizar para prevenirlo, y si a mis hijos le pasara algo por no haberlo hecho... no sé, es que me muero», concluye.
Entre los motivos más importantes para vacunar a los niños, la jefa de Pediatría de Valdecilla cree que, aunque sean pocos los niños que han tenido covid grave, «muchos se han visto afectados y ha habido que ingresarlos; e incluso alguno ha acabado en cuidados intensivos». También apunta que se desconocen los efectos del virus a largo plazo.
Sin embargo, además de la protección individual que supone la vacuna, cree que otra razón es que los niños han sido el grupo «que más ha sufrido las restricciones sanitarias». «Muchos no han ido a la escuela, se les ha apartado de extraescolares. Cuantos más vacunados haya, más facilidad van a tener para hacer una vida normal al aire libre o, por ejemplo, ver a los abuelos» destaca
La parte emocional ha sido clave para Gina Niño en la decisión de vacunar a su hijo lo antes posible. Para él significa dar un paso adelante en la vuelta a la normalidad y en retomar una vida al menos parecida a la que tenía antes. «Yo quiero vacunar a Bruno porque lo ha pasado muy mal con el tema de la pandemia, sobre todo con el confinamiento. Tuvo incluso una crisis nerviosa que requirió de intervención médica», explica. «Él yo vivimos solos y, cuando yo tuve covid me tuvieron que ingresar una semana en el hospital (me sacaron en ambulancia de casa en plena «Filomena»). Él se asustó muchísimo, no sabía qué me iba a pasar, pensaba que me perdía. Por eso siempre me ha dejado claro que se quería vacunar, estamos deseándolo», asegura.
El impacto de la pandemia ha triplicado el número de trastornos mentales que padecen los niños, niñas y adolescentes de entre 4 y 14 años en España, según un informe de Save the Children realizado a través de una encuesta a nivel estatal a 2.000 padres y madres sobre la salud mental de sus hijos. Tras la pandemia, los trastornos mentales como ansiedad o depresión han aumentado del 1,1% al 4% en niños, niñas y adolescentes de entre 4 y 14 años y del 2,5% al 7% en el caso de los trastornos de conducta – como déficit de atención o hiperactividad– en comparación con los últimos datos oficiales disponibles de la Encuesta Nacional de Salud (ENS) de 2017. El trabajo señala también que la incidencia de estos problemas es tres veces mayor (10%) en las familias sin empleo que entre la infancia y la adolescencia que vive en familias que han conservado el empleo (3%) tras la crisis sanitaria.
Por ello, se prevé que uno de los retos de lo que se espera sea una exitosa campaña de vacunación infantil es el de convencer a esas familias a las que la pandemia ha empujado al riesgo de exclusión social de que sigan confiando en las recomendaciones sanitarias.
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