Contagios en menores
Termina la odisea de los niños atrapados en Malta
Las familias acusan a la Embajada de España en la isla de “dejadez de funciones” e “inmovilismo”
Todo acaba como empezó. En el aeropuerto Adolfo Suarez-Barajas de Madrid, pendientes del móvil para controlar hasta el último detalle del viaje de sus hijos. Solo que ayer, la T2 parecía el escenario de una película sobre pandemias. “Las medidas sanitarias son tremendas”, relata Javier Guijarro, que lleva casi tres horas esperando pacientemente a que las autoridades le permitan encontrarse con su hija Jimena, de 13 años. “Hay cinco policías, dos médicos del Ministerio de Asuntos Exteriores, con sus EPIs y otros médicos de Atención Primaria que han tomado la temperatura a los niños cuando se han bajado del avión», explica. “A los padres nos van llamando por megafonía de cinco en cinco, y solo puede entrar uno, acompañado de un policía, para recoger a los chicos”.
Como Javier, el resto de padres del grupo de unos 70 menores que regresaron a Madrid ayer por la tarde, en un vuelo FPO-816 fletado por Exteriores, después de pasar 14 días confinados en un hotel de Malta, no pueden disimular su nerviosismo. «Hemos pasado unos días muy malos, no se los deseo a nadie. Espero que se depuren responsabilidades sobre el atropello que se ha cometido con nuestros hijos. La Embajada ha pecado de dejadez de funciones e inmovilismo», argumenta una de las madres, en referecia a la escasa ayuda que han recibido del organismo, que dirige la mujer del ministo Pedro Duque.
El pasado 3 de julio, un centenar de menores de entre 11 y 16 años de distintas provincias de España emprendían un viaje que les hacía especial ilusión. Iban a pasar tres semanas en Malta, una isla paradisiaca del Mediterráneo con el índice de vacunación más alto de UE (un 80%), para perfeccionar su inglés con clases por la mañana y actividades dirigidas por las tardes.
Para muchos de ellos era la primera vez que realizaban un curso así fuera del país, aunque otros ya habían viajado al extranjero, principalmente a Reino Unido y Estados Unidos. Este verano, debido a la extricta política de fronteras británica que mantiene «blindado» el país ante el aumento de contagios, Malta se presentaba como el destino perfecto. Un país desesperado por recuperar las pérdidas originadas por la pandemia en su principal fuente de ingresos, el turismo, que llega el extremo de ofrecer hasta 200 euros a los viajeros que la elijan como destino. Sin embargo, cuando las cosas se tuercen, el paraíso mediterráneo se convierte en una cárcel.
Así, desde que aparecieron los primeros positivos en algunos grupos de estudiantes, las autoridades maltesas confinaron en bloque a unos 70 menores en sus hoteles para que pasaran 14 días de cuarentena.Sin distinguir entre si eran o no contactos estrechos, sin vigilancia, sin supervisión médica y sin asegurarles unas mínimas condiciones de higiene y cuidado. Gracias a la intermediación del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la Casa Real, los menores regresaron ayer a casa, dos días antes de que se cumpliera el aislamiento prescrito por el Gobierno de la isla.
Un final feliz para esta odisea que podía haberse extendido hasta el 3 de agosto si alguno de los menores hubiera vuelto a dar positivo. No obstante, no les han hecho ninguna prueba antes de subir al avión y han dejado en manos de las autoridades españolas su seguimiento. Después de haber pasado más de diez días aislados y sin síntomas desde la última PCR, en teoría, no tendrían que hacer más cuarentenas. Lo unico que les han recomendado es que informen de su caso en sus respectivos centros de salud.
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