Perros
Los perros de trineo, mejores amigos del hombre desde el Pleistoceno
Una mandíbula de hace 9.500 años muestra que esta raza, en peligro de extinción, ayudó a la supervivencia del ser humano en el Ártico
El dicho de que «el perro es el mejor amigo del hombre» no se repite a través del tiempo en vano. Cada vez son más las evidencias que demuestran que, en algunos casos, la supervivencia del uno no habría sido posible sin el otro, y viceversa. La lealtad, obediencia y fortaleza de estos animales han servido para que los seres humanos acudan a ellos para numerosas actividades: desde vigilar un rebaño hasta viajar por el espacio. Ayer, la revista «Science» publicaba un estudio que vuelve a probar la unión entre hombre y perro: los canes de trineo existían y trabajaban con personas hace 9.500 años. Esta raza nórdica, con especial uso del oxígeno y adaptación a las bajas temperaturas, contribuye a la subsistencia de numerosos pueblos del Ártico y, ahora, se sabe que cumplían la misma misión a finales del Pleistoceno y principios del Holoceno.
Un equipo de investigación internacional, liderado por el Instituto de Biología Evolutiva (IBE), un centro mixto de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), y por el Globe Institute, ha informado a través de «Science» de que los antepasados de los perros de trineo vivieron hace 9.500 años en Zhokhov, un sitio inhóspito en el ártico de Siberia. Se trata de una de las especies más singulares y de las que menos se conoce sobre su pasado. Para el análisis, los expertos secuenciaron los genomas de 10 perros de trineo modernos de Groenlandia, una muestra de mandíbula de un can siberiano de 9.500 años y un lobo siberiano de aproximadamente 33.000 años. Descubrieron así que el antiguo perro siberiano es un antepasado común de las razas modernas, mientras que no encontraron una mezcla significativa entre ningún perro de trineo, moderno o antiguo, y los lobos del Ártico. Es decir, esta raza no proviene de los lobos, sino que ha tenido una continuidad genética de 9.500 años.
Un gran misterio
«Nuestros resultados implican que la combinación de estos perros con la innovación de la tecnología de trineo facilitó la subsistencia humana en aquel momento», explica en un comunicado Mikkel-Holder Sinding, uno de los investigadores de Globe. Y es que, en la muestra hallada en Zhokhov, también se recuperaron restos de tiras de arnés para atar los trineos, lo que sugería que ya se utilizabax a los perros para tirar de ellos. Por tanto, aquellos animales permitieron a los humanos viajar largas distancias, transportar alimentos y recursos y contribuir a la caza, de la misma manera que lo hacen hoy día, pudiendo recorrer hasta 1.500 kilómetros.
«Los perros de trineo eran un gran misterio. Hasta ahora se desconocía si formaban parte del primer grupo de perros domesticados en Asia que más tarde se trasladaron a Groenlandia y a la zona norte de Siberia, o si formaban parte de una domesticación basal», explica Tomàs Marquès-Bonet, coautor del trabajo. Ahora, resuelven que se trata de una raza antigua que estuvo presente en el norte de Europa y también en el noreste asiático a principios del Neolítico.
Aseguran desde la investigación, además, que este estudio podría ser de utilidad en el desarrollo de planes de conservación para los perros de trineo, que actualmente se encuentran en peligro de extinción por, entre otros motivos, los estragos del cambio climático. Habitan, mayormente, con las comunidades locales al norte del Círculo Polar Ártico en la costa oriental y occidental de Groenlandia, pero desde 2002, cuando había 25.000 perros, la población de estos animales está decreciendo. De hecho, en 2016 había menos de 15.000. Esta merma de la cantidad se debe, en parte, al deshielo de los polos como consecuencia del calentamiento global. Esta tragedia medioambiental provoca la alteración de la caza y pesca tradicionales de los pueblos en dicha zona. Además, a esto se suman enfermedades infecciosas que han contraído los perros de trineo y, por supuesto, la devastadora tecnología. A pesar de su fidelidad durante 9.500 años, estos cánidos son, en algunas ocasiones, sustituidos por motos de nieve.