
Maternidad
Un sencillo análisis de sangre podría predecir el riesgo de depresión posparto
La progesterona y sus vías de acción en el cerebro son la clave del este trastono, por lo que se podrían identificar sus "huellas" en una sencilla prueba clínica

La depresión posparto (DPP) es un trastorno mental que afecta a algunas mujeres durante o después del embarazo. Este tipo de depresión grave que puede manifestarse a través de tristeza, apatía, ansiedad, desesperanza, pérdida de apetito, problemas para dormir y otros síntomas que dificultan el bienestar de la madre y, en algunos casos, el cuidado del recién nacido. Aunque suele aparecer entre las 2 y 12 semanas posteriores al parto, también puede desarrollarse hasta un año después. Se estima que alrededor del 15% de las madres experimentan este trastorno.
No se conocen completamente sus causas exactas, pero existen varios factores que pueden influir en su aparición, como cambios hormonales tras el parto, problemas de salud mental previos o cansancio extremo y falta de sueño, entre otros.
Investigadores como Jennifer Payne, profesora y vicepresidenta de investigación en psiquiatría y ciencias neuroconductuales de la Universidad de Virginia, han dedicado gran parte de su carrera científica a encontrar la base biólogica detrás de la DPP. "Estudiar la depresión posparto nos brinda una manera de identificar los cambios biológicos que ocurren antes de que alguien se deprima, porque el momento en que se produce la depresión posparto es predecible", ha sañalado, según recoge Ep.
Ahora, ella y su equipo acaban de publicar un estudio en Neuropsychopharmacology que demuestra que las mujeres que la desarrollan pueden tener niveles característicos de esteroides neuroactivos, moléculas derivadas de la hormona progesterona que influyen en la respuesta del cerebro al estrés y la regulación emocional. Niveles que podrían detectarse en la sangre durante el tercer trimestre del embarazo, lo que permitiría identificar a las mujeres en riesgo antes de que comiencen los síntomas, y poderlas tratar de manera precoz para evitar que la desarrollaran.
Desencadenante biológico
"El posparto es el único momento de la vida en el que sabemos que hay un desencadenante biológico que garantiza que un cierto porcentaje de personas enfermará", ha comentado Lauren Osborne, profesora adjunta de obstetricia y ginecología y de psiquiatría en Weill Cornell Medicine, quien codirigió el estudio. "Si podemos desentrañar esta biología y encontrar predictores, no solo estaremos ayudando a las mujeres, sino que también daremos un paso adeante en el intento de encontrar predictores de otras enfermedades psiquiátricas".
Ya existía evidencia científica sobre una correlación biológica entre los niveles de esteroides neuroactivos y los promedios de estado de ánimo a lo largo del tiempo, pero eso no era sufienciente para ofrecer soluciones en el ámbito clínico.
Por ello, los investigadores limitaron su estudio a 136 mujeres que no estaban deprimidas durante el embarazo y midieron los niveles de esteroides neuroactivos en sus muestras de sangre en momentos específicos durante el segundo y tercer trimestre. También realizaron un seguimiento con datos clínicos hasta nueve meses después del nacimiento. Treinta y tres participantes desarrollaron síntomas de depresión en el período posparto. "Si bien la depresión puede manifestarse en diferentes momentos durante y después del embarazo, ese inicio temprano, entre las 4 y 6 semanas, es una entidad biológicamente distinta", explica la doctora Osborne.
La progesterona como "principal sospechosa"
El estudio se centró en la hormona progesterona y su vía metabólica como posibles sospechosos de la depresión posparto. Dos esteroides neuroactivos derivados de la progesterona parecen afectar al riesgo de desarrollar depresión posparto: la pregnanolona y la isoalopregnanolona. La pregnanolona actúa sobre el receptor GABA-A para proporcionar efectos calmantes y reducir el estrés. Por el contrario, la isoalopregnanolona interactúa con el receptor GABA-A para aumentar el estrés.
El estudio determinó que en el tercer trimestre, las mujeres que desarrollaron depresión posparto tenían una proporción pregnanolona/progesterona más baja y una proporción isoalopregnanolona/pregnanolona más alta en comparación con las que no la desarrollaron. Los niveles elevados de progesterona al final del embarazo también se asociaron con un mayor riesgo de depresión posparto, lo que indica una disminución del metabolismo de la progesterona en sus productos beneficiosos derivados. "Si pudiéramos replicar estos resultados, esto podría convertirse en una prueba clínica que podría predecir el desarrollo de enfermedades futuras", apostilla el doctor Osborne.
Aunque no está claro por qué algunas mujeres desarrollan depresión posparto, estos hallazgos sugieren que puede haber un desequilibrio en el metabolismo de la progesterona. Cuando esto dio como resultado un exceso de progesterona o una metabolización preferencial a isoalopregnanolona en lugar de metabolitos positivos, esas mujeres tenían cuatro veces más probabilidades de desarrollar depresión posparto.
Los únicos tratamientos
Hasta hace un año y medio, el tratamiento de la depresión posparto sólo estaba disponible en forma de inyección intravenosa (brexanolona) administrada por un profesional sanitario en determinados centros de salud. Fue en agosto de 2023 cuando la Agencia Americana del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó Zurzuvae (zuranolona), el primer medicamento oral indicado para tratar la depresión posparto en adultos. La dosis diaria recomendada de 'Zurzuvae' es de 50 mg y debe tomarse una vez al día, durante 14 días, por la noche con una comida grasa.
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En la actualidad, en Estados Unidos y algunos otros países se puede recetar alguno de estos dos nuevos tratamientos, brexanolona y zuranolona, cuando se diagnostica depresión posparto. En Europa ninguno de los dos está aún disponible.
Los hallazgos de esta nueva investigación podrían abrir la puerta a un posible tratamiento preventivo con estos medicamentos en mujeres embarazadas cuyos análisis de sangre revelen niveles de esteroides neuroactivos, aunque habría que comprobar su eficacia.
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