Antipsicóticos
Revolución en la esquizofrenia con un nuevo tratamiento que se administra cada dos meses
La nueva terapia permite mejorar la adherencia y reducir el riesgo de recaídas
Uno de los grandes desafíos en el tratamiento de la esquizofrenia es la prevención de recaídas, la cual está estrechamente ligada a la recuperación funcional de las personas que conviven con esta enfermedad. Una mayor funcionalidad promueve una mejor calidad de vida ofreciendo a las personas con esquizofrenia más oportunidades de establecer vínculos afectivos y laborales. Según datos publicados en 2020, entre un 70 y un 90% de estos pacientes no dispone de empleo, generando un impacto relevante para la persona, familiares y la sociedad.
Uno de los factores determinantes para conseguir un óptimo nivel de funcionalidad es la adecuada adherencia al tratamiento antipsicótico; una mejor adherencia se asocia con antipsicóticos que presentan un perfil de eficacia y tolerabilidad favorable.
Entre el 40-50 % de las personas con este diagnóstico incumple el tratamiento prescrito. En palabras de la Dra. Paz García-Portilla, catedrática vinculada de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo, “la posibilidad de recibir cada dos meses una medicación eficaz para el tratamiento de la sintomatología aguda y la prevención de nuevos episodios permite a las personas con esquizofrenia normalizar sus vidas. Si tenemos en cuenta que esta enfermedad aparece fundamentalmente en personas jóvenes, entre los 18-20 y los 30 años, no tener que tomar una pastilla todos los días facilita la adherencia al tratamiento y, consecuentemente, el pronóstico de la enfermedad. Ello hace que el objetivo final del tratamiento de la esquizofrenia, alcanzar el más alto grado posible de recuperación funcional, sea más factible”. Es, por tanto, fundamental disponer de alternativas terapéuticas que puedan aumentar la adherencia al tratamiento, controlar mejor la enfermedad y favorecer la funcionalidad4 de las personas que padecen este trastorno mental grave.
Una formulación inyectable de liberación prolongada permite la exposición continuada a la medicación y, mediante un régimen de tratamiento simplificado, se pueden mitigar muchos de los desafíos asociados a una mala adherencia al tratamiento, lo que genera un impacto potencialmente positivo en el control de la enfermedad5. En las personas con esquizofrenia, las formulaciones ILP han demostrado aumentar la adherencia y reducir las tasas de recaída frente a los antipsicóticos orales.
Cada dos meses
Este nuevo antipsicótico inyectable de liberación prolongada (ILP) de la Alianza Otsuka-Lundbeck, disponible desde el 1 de octubre en España, es una nueva formulación que contiene 960 mg de aripiprazol monohidrato en una jeringa precargada de una sola cámara que no requiere reconstitución. El medicamento está previsto para la administración cada dos meses mediante inyección intramuscular.
En concreto, aripiprazol cada dos meses es la primera y única opción de tratamiento antipsicótico ILP, en Europa, que presenta una frecuencia de administración cada dos meses para el tratamiento de mantenimiento de la esquizofrenia en pacientes adultos estabilizados con aripiprazol. Se trata, además, del primer agonista parcial de los receptores D2 de dopamina y 5-HT1A de serotonina con función antagonista simultánea (receptor 5-HT2A de serotonina). Se espera que este fármaco presente una seguridad y eficacia sostenida durante dos meses comparables a aripiprazol mensual, pero con un potencial impacto favorable en la adherencia al tratamiento y prevención de recaídas, siendo un avance hacia la recuperación funcional de las personas con esquizofrenia.
Para el doctor Manuel Martín Carrasco, expresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, “la innovación en las formulaciones inyectables de liberación prolongada de antipsicóticos ha tenido un impacto significativo en el manejo de pacientes con esquizofrenia. Entre los beneficios más destacados sobresalen la mejora de la adherencia al tratamiento y la estabilidad clínica, ya que, al producirse una liberación constante del fármaco, se mantienen niveles más estables del medicamento en plasma, lo que resulta en un mejor control de los síntomas y una reducción en la frecuencia de recaídas. Al evitar picos y caídas bruscas en los niveles del fármaco, se reduce el riesgo de efectos secundarios agudos que se observan a veces con los tratamientos orales. Asimismo, se facilita el manejo integral, ya que permite a los profesionales de salud mantener un contacto regular con los pacientes durante las visitas para recibir el tratamiento, lo que mejora el seguimiento y la valoración de la evolución”.
Según Susana Gómez-Lus, directora del Departamento Médico y de Acceso al Mercado de Lundbeck Iberia, “la posibilidad de disponer de un tratamiento antipsicótico que se administra cada dos meses significa una mejora en la rutina del paciente y en su calidad de vida. Con esta opción ofrecemos una mayor comodidad y una mejor adherencia al tratamiento a las personas con esquizofrenia. Para la Alianza Otsuka-Lundbeck este nuevo lanzamiento afianza nuestro objetivo de que cada paciente merece un tratamiento que se adapte mejor a sus necesidades personales. Nuestra prioridad es empoderar a las personas con esquizofrenia ofreciendo herramientas que mejoren su bienestar general."
En palabras de Lluïsa Arbat, directora del departamento médico de Otsuka Pharmaceutical España, “desde la Alianza Otsuka-Lundbeck seguimos trabajando para ofrecer soluciones innovadoras y nuevas alternativas terapéuticas para las personas que sufren esquizofrenia. Esta nueva opción de tratamiento con una formulación ILP cada dos meses puede favorecer una mejor adherencia al tratamiento, contribuyendo así a que los pacientes experimenten un menor riesgo de recaídas”.
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