Entrevista

"La pérdida del apetito conlleva aumento del riesgo de caídas, fragilidad, fracturas de cadera, etc."

Entrevista a Francisco José Soria Perdomo, geriatra del Hospital Universitario 12 de Octubre y Hospital La Luz de Madrid

El informe de Indicadores Sociales de Cataluña indica que el 61% de las personas mayores tiene dificultades para llegar a fin de mes y cubrir necesidades de alimentación y gastos inesperados
El informe de Indicadores Sociales de Cataluña indica que el 61% de las personas mayores tiene dificultades para llegar a fin de mes y cubrir necesidades de alimentación y gastos inesperadoslarazon

1. ¿Qué es la hiporexia?

Disminución parcial o completa del apetito. Se trata de un fino equilibrio entre el hambre (ganas de comer), la saciación (estado de plenitud que obliga a dejar de comer) y la saciedad (período durante el cual la sensación de satisfacción se mantiene hasta que aparece nuevamente el hambre).

El apetito radica en el cerebro al igual que muchas de nuestras funciones, el hipotálamo es la región cerebral clave en el control de la alimentación, dicha estructura envía y recibe señales procedentes de otras zonas del cerebro, así como del aparato gastrointestinal para regular las conductas de la alimentación, así como mecanismos que regulan el equilibrio interior, así como la búsqueda de placer intrínseca en todos nosotros.

2. ¿A partir de qué edades se empieza a dar?

Desde los años 80 del siglo pasado, investigadores como John Morley refiere la anorexia del envejecimiento, entre 15 y 30% de los mayores pueden tener pérdida del apetito con tasas más altas en mujeres, residentes de residencias geriátricas. Dicha prevalencia aumenta con la edad. La pérdida del apetito conlleva entre otras cosas, aumento del riesgo de caídas, fragilidad, fracturas de cadera, etc.

3. Y cuando una persona mayor la sufre ¿qué tipo de dieta se puede hacer para que le resulte más fácil comer, aunque no le apetezca?

Lo primero es detectar la presencia de hiporexia y las posibles causas, elementos como la depresión, el deterioro cognitivo, los problemas de deglución y las enfermedades como el cáncer están frecuentemente relacionadas. Otro elemento importante es la posibilidad de medicaciones que conlleven la hiporexia como efecto secundario (la disgeusia o alteración del sabor de los alimentos también puede contribuir al bajo apetito). El segundo elemento es intentar cuantificar la gravedad del síntoma tratando de estimar la cantidad de alimento que la persona está comiendo (tamaño de las porciones, frecuencia, horarios, etc.

La comida debe de ser un evento agradable dentro de lo posible, además debemos saber controlar elementos como la posibilidad de tener problemas de deglución por lo que debe de ser un alimento agradable y fácil de comer. En este sentido con mucha frecuencia hay que adaptar la densidad del alimento priorizando siempre el buen sabor.

4. ¿El aspecto de la dieta es importante?

La nutrición es una función fundamental para la vida, por lo que debemos garantizar estar aportando los nutrientes necesarios para nuestra subsistencia y para combatir el deterioro del organismo y la consiguiente situación de fragilidad, entendida como una situación vulnerable ante situaciones estresantes y que puede progresar a situaciones de dependencia.

5. ¿Y el que no requiera una masticación excesiva, que se presente en purés, por ejemplo, también?

El uso de purés o de alimentos con densidad adaptada facilita la deglución en aquellos pacientes en los que exista una disfagia (dificultad para tragar). Por lo que de forma segura las personas se capaces de tragar los nutrientes. Es importante recordar el elemento placentero de la alimentación (sabores, olores, etc.).

6. ¿Qué alimentos serían fundamentales en esta dieta?

Acorde a la OMS, consumir dietas ricas en frutas y verduras y bajas en alimentos ultra procesados con alto contenido en azúcar, sal y grasas saturadas. La dieta mediterránea es un buen ejemplo. En la dieta del mayor debemos priorizar la presencia de proteínas. En la medida que garanticemos una adecuada ingesta de proteínas evitamos la pérdida de masa muscular (sarcopenia).

7. ¿Tendríamos que descartar otros?

En cualquier edad de la vida debemos de restringir los productos procesados en la vida cotidiana. Los excesos en azúcares, productos de bollería industrial, chucherías deben de ser evitados.

8. Y en cuanto a cantidades y número de comidas ¿cuáles serían los más adecuados?

Recordando la presencia de hidratos de carbono (50-60% de aporte energético), lípidos (30% del aporte energético), y un gramo de proteína por kilogramo de peso. En cuanto a la cantidad se puede plantear que el alimento esté enriquecido (acentuando la presencia de proteínas, por ejemplo, usando dos claras de huevo diarias equivaliendo a 12 gramos de proteínas) para que evitemos saciar rápidamente a la persona y sea capaz de cumplir con los requerimientos nutricionales. En esta misma línea, se puede preferir en muchos casos ofrecer 5 o 6 comidas diarias en pequeña cantidad en lugar de tres comidas grandes tradicionales