Entrevista

María Pérez Espín: «Está tan normalizado comer mal, que a hacerlo bien se le llama ‘‘hacer dieta’’»

«La alimentación antiinflamatoria es la de toda la vida, la de nuestros abuelos», asegura María Pérez Espín

María Pérez Espín
María Pérez EspínARCHIVOLA RAZÓN

Con el mes de febrero ya a pleno rendimiento, atrás quedaron los buenos propósitos del inicio de año. Es el momento de demostrar que la intención se ha convertido en rutina para cuidar la salud. En el libro «Empieza hoy y cambia tu vida para siempre», María Pérez Espin no comparte dietas milagro ni promesas vacías, solo pequeños hábitos con grandes resultados para la salud física, mental y emocional, así como más de 50 recetas antiinflamatorias

En su título nos invita a cambiar... ¿Por qué hacemos las cosas tan mal en lo que a alimentación se refiere?

Porque vivimos en una constante rueda de hámster caracterizada por la vida sedentaria, la mala gestión del estrés y la naturalización del consumo de alimentos ultraprocesados. Ese «malvivir» nos lleva a «malcomer» y el círculo vicioso no cesa. Hemos normalizado que un producto tengo aditivos, azúcares añadidos, conservantes, colorantes... De hecho, tenemos tan normalizado comer mal que al hecho de seguir una alimentación saludable y equilibrada se le llama «hacer dieta». ¡Y yo odio la palabra dieta, porque resulta imposible mantener en el tiempo el hábito de pesar y medir todo lo que comes!

¿Vivir a dieta es un error?

Sí, y no tiene ningún sentido. Yo defiendo el método 80-20 como la clave para cuidarse. Y eso no es una dieta, sino un estilo de vida, que además de comer bien también incluye realizar actividad física moderada y descansar correctamente. A todos nos encanta en algún momento comer una chocolatina o tomar una cervecita y por eso no tiene que pasar nada. La clave de una vida saludable es que el 80% de nuestras decisiones dietéticas prioricen buenos alimentos, pero sin renunciar a pequeños placeres. Y con el paso del tiempo te das cuenta de que tú mismo cambias el calamar frito por un calamar a la plancha porque tu cuerpo nota esos beneficios que te llevan a hacer elecciones saludables.

¿Qué ventajas tiene eso para la salud?

Te encuentras mejor en todos los sentidos, ya que se traduce en menos insomnio, mejores digestiones, reducir el estreñimiento, menos episodios de migrañas, niveles de tensión arterial y colesterol más recomendables, una piel más luminosa, menor ansiedad, mejor autoestima...

Usted promueve la dieta antiinflamatoria, cada vez más en boga... ¿Se trata de una moda pasajera?

Se ha puesto ese nombre porque visibiliza muy bien lo que consigue, ya que comer mal inflama nuestro organismo de manera crónica y lo daña. Pero la dieta que produce el efecto contrario no deja de ser la comida real de toda la vida, es decir, la dieta mediterránea y la de nuestros abuelos, variada y equilibrada, en la que se priorizan las frutas, verduras, legumbres, pescados... El jengibre tiene efecto antiinflamatorio, pero tomarlo no sirve de nada si después te comes una hamburguesa procesada, con un refresco y patatas fritas. No hay un alimento mágico por sí solo y el secreto está en el equilibrio y la flexibilidad.

¿Se puede comer bien en poco tiempo?

Tengo un capítulo con recetas en menos de diez minutos que incluyen verduras, proteínas y grasas buenas. Se puede comer saludable y rico si se quiere. La clave está en organizar las comidas y en tener una buena despensa, es decir, en no coger ultraprocesados en el supermercado. Si cuando abrimos el frigorífico vemos fruta, verdura, yogures naturales y no hay azúcares en exceso, nuestra elección será más inteligente.

¿Qué papel juega la microbiota en nuestra salud?

Un intestino sano, lleno de bacterias «buenas» puede ayudarnos a sentirnos mejor, mientras que, por el contrario, si está desregulado dificulta la capacidad para perder peso y puede contribuir a problemas de salud mental como ansiedad o depresión.

¿Un consejo final?

Que no hay que dejar para el lunes la intención de dar un giro a la dieta. Tener hábitos saludables no depende de un solo día y es algo duradero. Basta con elegir alimentos naturales, poner mucho color en el plato, usar aceite de oliva virgen extra, elegir siempre lo integral y darle más protagonismo a la cúrcuma y el jengibre.