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Entrevista

Juan Nácher: «La percepción por parte del cerebro de una situación como estresante es diferente en hombres y mujeres»

"Los suplementos dirigidos a combatir la ansiedad, cuya presencia es masiva en las farmacias, no tienen eficacia demostrada y sólo son una pérdida de dinero", cuenta el coordinador de la recién creada Red Española de Investigación en Estrés

Juan Nárcher ARCHIVOARCHIVO

El estrés es el conjunto de respuestas fisiológicas de nuestro organismo que nos prepara hacer frente a una situación potencialmente adversa. Para investigar su efecto sobre la salud acaba de nacer, hace algo más de dos meses, la Red Española de Investigación en Estrés, REIS. A TU SALUD habla de sus próximos objetivos con su coordinador, Juan Nácher, quien también es investigador del Instituto de Investigación Sanitaria Incliva, de Valencia, del Ciber de Salud Mental (CiberSAM) y de la Universidad de Valencia.

¿Cómo ha surgido REIS? ¿Por qué ahora?

La red es un esfuerzo colectivo por poner en contacto y buscar sinergias entre distintos grupos que se dedican a investigar los efectos del estrés en nuestro organismo, particularmente sobre el sistema nervioso. En España hay una tradición importante en el estudio del estrés desde muchas perspectivas distintas. Pensamos que reunir en una red a los distintos equipos de investigación que nos dedicamos a esto podría tener un impacto positivo favoreciendo las colaboraciones y ampliando nuestros objetivos. Nace al amparo de la Agencia Española de Investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación.

¿Cuáles son sus objetivos a corto plazo?

El principal es buscar puntos de conexión entre las distintas investigaciones para conseguir acercarnos cada vez más a la comprensión de las bases biológicas de la respuesta al estrés. Inicialmente, la red está formada por grupos centrados en el estudio de los efectos de este sobre el sistema nervioso, pero pretendemos ampliarla a grupos que estudien otros sistemas, como el cardiovascular. Otro objetivo es acercar nuestras investigaciones a la clínica para entender cómo el estrés puede precipitar la aparición de algunas enfermedades. Y la divulgación a la sociedad de nuestras investigaciones, de los efectos y su prevención.

¿En qué estudios están involucrados actualmente?

La red está formada por 14 grupos de investigación con aproximaciones muy distintas al estudio del estrés. Sería difícil destacar unas sobre otras. Hay líneas de investigación que usan modelos animales, otras que trabajan en el efecto del estrés sobre humanos. Algunos grupos están centrados en observar efectos sobre el comportamiento, mientras que otros se centran más en averiguar las bases celulares y moleculares que están por detrás de los efectos del estrés y cuya comprensión puede dar lugar a nuevos métodos para combatir sus efectos adversos. También hay grupos con distintas aproximaciones dependiendo de la edad en que se produzca el estrés, durante la infancia, en la adolescencia o el envejecimiento. Otros están interesados en comprender mejor por qué sus efectos son distintos en hombres y en mujeres.

¿Afecta de forma diferente a mujeres y hombres?

La percepción por parte del cerebro de una situación como estresante es diferente en hombres y mujeres, no sólo porque nuestra biología es distinta, sino porque nuestro aprendizaje y las condiciones sociales que nos rodean también lo son. Además, hay diferencias notables entre sexos en cómo el organismo (especialmente el cerebro) responde a él.

"Los eventos estresantes intensos o prolongados son particularmente nocivos en la infancia y la adolescencia, cuando el cerebro está acabando de desarrollarse"

La sensación es que la salud mental ha empeorado entre la población. ¿Por qué?

Hay muchos factores que contribuyen a este hecho, pero el estrés es uno de los más importantes. Circunstancias estresantes, como un ritmo o carga de trabajo excesivos o el aislamiento pueden contribuir a generar situaciones estresantes que se prolongan en el tiempo. El estrés es un factor de riesgo para la aparición de distintas enfermedades psiquiátricas como la depresión y la ansiedad, entre otras.

Muchas situaciones estresantes se han aceptado como parte de la vida cotidiana. ¿Cuáles no deberían normalizarse?

Los eventos estresantes intensos o prolongados son particularmente nocivos durante la infancia y la adolescencia (maltrato, bullying, abandono…), cuando nuestro cerebro está acabando de desarrollarse, dado que pueden interferir en la construcción de nuestros circuitos neuronales y generar a largo plazo alteraciones en nuestro comportamiento que pueden aumentar el riesgo de padecer algunas enfermedades mentales.

España lidera el consumo de fármacos para la ansiedad. ¿Son realmente eficaces o habría que hacer algo al respecto?

Los fármacos frente a la ansiedad son eficaces si se usan correctamente bajo prescripción y supervisión médica. Pueden producir adicción y tienen un efecto potente sobre nuestro cerebro, por lo que han de estar muy bien controlados. En mi opinión, una mejora de los servicios de atención a la salud mental, que es muy necesaria, probablemente reduciría su prescripción y consumo. Otro asunto relacionado que me preocupa es la presencia masiva en las farmacias de suplementos dirigidos a combatir la ansiedad. Estos preparados no tienen eficacia demostrada y sólo son una pérdida de dinero. Si se tiene un cuadro de ansiedad lo mejor es acudir a un profesional sanitario para que nos indique la mejor manera de solucionarlo, bien con fármacos eficaces o con psicoterapia. Algunos cambios en el estilo de vida, como una reducción en la carga de trabajo, una mejor gestión del tiempo o el ejercicio físico también ayudan.

Esta nueva legislatura se va a poner más foco en la salud mental. ¿Qué aspectos priorizaría?

Sin duda reforzar y ampliar los servicios públicos de salud, especialmente los dedicados a la salud mental, ampliando el número de profesionales (psiquiatras, personal especializado de enfermería, psicólogos) y potenciando la creación de planes específicos para mejorar la atención de estos pacientes. La investigación en salud mental también debe ser una prioridad. Las enfermedades del cerebro son de las más prevalentes e incapacitantes en nuestra sociedad y desgraciadamente se encuentran al alza.