Psiquiatría

Investigan el primer biomarcador biológico para diagnosticar la depresión mayor

Una proteína del sistema nervioso que se usa para predecir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas también podría detectar precozmente procesos depresivos

Imágenes de resonancia magnética del cerebro
Imágenes de resonancia magnética del cerebroHospital Universitario de Bellvitge

El trastorno depresivo mayor, también conocido como depresión clínica, es una de las patologías psiquiátricas más incapacitantes y que tiene efectos más graves sobre la salud física de quien la padece. Se trata de un trastorno complejo en el que intervienen múltiples factores psicosociales, genéticos, epigenéticos y biológicos. Se define como un estado incapacitante que cursa con apatía, anhedonia, pérdida de apetito, fatiga física, problemas de insomnio, dificultades para concentrarse y trabajar, e incluso ideas de suicidio.

Alrededor del 9% de las mujeres en España sufren depresión mayor, cifra que se reduce al 4% en los hombres. En España hay cerca de tres millones de personas afectadas por este trastorno y, a nivel mundial, la OMS estima que son 230 millones.

Actualmente, el diagnóstico de la depresión y de otras condiciones psiquiátricas se basa en una serie de escalas subjetivas que evalúan la sintomatología de los pacientes. Estas herramientas son de gran utilidad pero no son lo suficientemente precisas a la hora de predecir el curso clínico de una patología de la gravedad del trastorno depresivo mayor.

Por ello, diversos grupos de investigación de distintas partes del mundo se centran en encontrar biomarcadores biológicos que, como en otras muchas enfermedades, permitan un diagnóstico precoz.

En esta línea, científicos españoles han conseguido un gran avance esta semana, identificando el que podría ser el primer biomarcador para un trastorno psiquiátrico: los niveles de neurofilamento de cadena ligera (NfL), una proteína del sistema nervioso, que pueden ser indicativos de daño en las neuronas.

El objetivo del estudio, llevado a cabo por el grupo de Investigación Traslacional en Enfermedades Neurológicas del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS), era detectar pequeñas variaciones en esos niveles. La medición de los NfL ya se usa como biomarcador en enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, Párkinson o la esclerosis múltiple, pero aún no se había investigado en patologías psiquiátricas.

"Este hallazgo permitiría una estimación o cuantificación del potencial daño cerebral, la monitorización y respuesta al tratamiento, haciendo posible así una predicción del curso clínico en el trastorno depresivo mayor", señala el investigador Roberto Agís, según recoge Efe.

Aunque en el trabajo, publicado en la revista Frontiers in Psychiatry los científicos no han detectado "una alteración estadísticamente significativa en los niveles de NfL en los pacientes con diagnóstico de depresión mayor", si que han visto una "clara tendencia al alza con respecto al grupo control".