Alimentación

Harvard dicta sentencia: estos son los cuatro alimentos que debes evitar para cuidar tu memoria

La salud de nuestro cerebro es tan importante como la de nuestro cuerpo, y para ello debemos tener en cuenta qué tipo de productos comer y cuáles son sus nutrientes y beneficios

Al igual que existen alimentos con una gran cantidad de nutrientes y beneficios para la salud, también hay determinadas comidas o productos que debemos evitar para cuidar nuestro cuerpo y cerebro
Al igual que existen alimentos con una gran cantidad de nutrientes y beneficios para la salud, también hay determinadas comidas o productos que debemos evitar para cuidar nuestro cuerpo y cerebroDreamstime

Si bien el consumo moderado o cuidado de cualquier alimento que tomamos con frecuencia puede presentar beneficios para la salud, ya sea por su cantidad de nutrientes o por servir de ayuda a nuestro cuerpo, lo cierto es que hay determinadas comidas o productos que los expertos recomiendan evitar. Harvard, en este caso, selecciona cuáles son los cuatro tipos de alimentos que debemos suprimir de nuestra dieta y consumir, como mucho, muy de vez en cuando, ya que haciendo esto lograríamos cuidar nuestro cerebro y evitar problemas relacionados con la memoria.

En este sentido, la psicóloga nutricional Uma Naidoo, profesora de la Harvard Medical School, destacó la importancia de suprimir, o al menos limitar, ciertos alimentos que consumimos con frecuencia, pues no solo pueden ser nocivos para nuestra salud, sino que además su consumo está relacionado con los daños en la memoria. Por tanto, si queremos cuidar nuestro cerebro debemos deshacernos de ellos.

Qué alimentos evitar para cuidar nuestra memoria y la salud del cerebro, según Harvard

En primer lugar, señala a los alimentos ultraprocesados. Estos son por excelencia el tipo de alimento que todo experto recomienda, como mínimo, limitar su consumo, pues al ser altamente manipulados, contienen ingredientes industriales como conservantes, colorantes, azúcares extra o grasas añadidas.

Se tratan de productos con muchas calorías y pocos nutrientes esenciales, lo que puede contribuir al aumento de peso, y suponen una adicción alimentaria, dificultando el control del apetito o elección de los alimentos que decidimos tomar. Este tipo de alimentos también están relacionados con enfermedades como diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas o afectan negativamente a la salud digestiva, el sistema inmunológico y la flora intestinal.

De un modo similar, el segundo alimento a evitar según Harvard son las semillas procesadas e industriales como los aceites ultraprocesados (girasol, soja, maíz, etc.). Estos pasan por procesos químicos y térmicos intensos que eliminan antioxidantes y están llenos de compuestos tóxicos como aldehídos y grasas trans debido a su refinamiento, que a su vez, elimina antioxidantes naturales como la vitamina E.

Por otro lado, estarían los azúcares añadidos excesivamente o refinados, presentes en productos como los refrescos, los postres o los alimentos industrializados. Se tratan de alimentos nocivos debido a los picos de glucosa que provocan en nuestro cuerpo o la carga calórica vacía que aportan. Asimismo, altas cantidades de estos azúcares pueden sobrecargar el hígado, favoreciendo la acumulación de grasa, y su consumo excesivo promueve la inflamación sistemática, relacionada con enfermedades crónicas como problemas cardiovasculares.

Por último, está el caso de los edulcorantes artificiales. Se tratan de sustitutos del azúcar que se usan para endulzar sin aportar calorías, como la sacarina o la sucralosa, pero de forma indirecta, pueden modificar la flora intestinal de nuestro cuerpo y crear un efecto metabólico ambiguo. Además, son falsos estimulantes del cerebro, aumentando los antojos de alimentos azucarados, y su consumo excesivo está relacionado con ciertos problemas de salud.

En definitiva, se tratan de productos que pueden tener un impacto negativo a largo plazo, además de que también se notan a corto plazo. Por eso, los expertos insisten en que debemos optar por alimentos frescos, mínimamente procesados o grasas saludables, los cuales se pueden incluir en una dieta equilibrada y reducir los riegos asociados.