Los datos dejan en evidencia a Mónica García en Madrid

Mónica García no tiene suerte. Ajena al papel institucional que debe jugar todo ministro, la titular de la cartera sanitaria no desperdicia la ocasión de arremeter contra la sanidad madrileña allá por donde va. Sin embargo, la tozuda realidad se interpone siempre en su camino, desinflando unos alaridos propagandísticos y pancarteros impropios de la que se supone que es la máxima autoridad sanitaria del conjunto del Estado.

Ocurre con la elección que hacen los mejores MIR, que eligen mayoritariamente los hospitales madrileños para formarse cuando en el pasado eran los centros hospitalarios catalanes los que constituían el principal foco de atracción. No serán tan malos los hospitales de la Comunidad de Madrid si los residentes más prometedores acuden en masa a ellos para formarse con los mejores especialistas.

También sucede de forma regular con los datos de lista de espera que recopila el propio Ministerio de Mónica García de las comunidades, en base a los requisitos fijados por ese propio Ministerio. Madrid es siempre la autonomía en la que menos tiempo tienen que esperar los pacientes para someterse a una intervención quirúrgica, muy por debajo de la media nacional. En algunos territorios, los enfermos tardan hasta el triple de tiempo en poder someterse a una cirugía.

Elocuente también de la pujanza de la sanidad de Madrid que de forma tan torticera se niega a ver Mónica García es el resultado del Monitor de Reputación Sanitaria, un estudio independiente y de referencia en el sector. Los últimos resultados revelan que la sanidad pública madrileña sigue siendo líder con siete hospitales entre los 15 mejores centros españoles. Además, 23 servicios clínicos están a la cabeza de un total de 34 de todo el país. ¿Algo que decir, ministra?