Salud
La alergia a esta fruta cada vez es más común y provoca reacciones más letales
Un estudio publicado en 'Nutrients' determina que alergia al kiwi es una afección potencial y grave que pone en peligro la vida, especialmente entre los niños más susceptibles
El número de niños con enfermedades alérgicas aumenta un 2% cada año en España. Las teorías apuntan a distintas direcciones. Podría ser una consecuencia del confinamiento o suceder por un exceso de higiene, ante la falta de contacto con bacterias no patógenas. También es necesario conjugar predisposiciones genéticas. Lo cierto es que cada vez hay más alergias a distintos alimentos. Los que más las siguen provocando son la leche, el huevo y los frutos secos, pero el aumento de casos de sensibilidad a una fruta en concreto ha llamado especialmente la atención de la comunidad médica: se trata del kiwi.
Así lo pone de manifiesto una reciente revisión publicada en la revista Nutrients, que alerta de una subida de la incidencia de la alergia al kiwi en los niños y en la que se destaca que las reacciones alérgicas a esta fruta son cada vez más graves, incluso potencialmente mortales. El objetivo de este trabajo, llevado a cabo por un equipo de investigadores del Departamento de Maternidad Infantil y Ciencia Urológica de la Universidad de Roma, en Italia, era recopilar los patrones de reconocimiento de la alergia al kiwi para mejorar el tratamiento de los pacientes y la práctica clínica.
El kiwi contiene fibra, vitaminas C y E, hidratos de carbono, minerales, antioxidantes y ácidos grasos omega-3. Sin embargo, "la alergia al kiwi es una preocupación creciente tanto en la población general como en la pediátrica", indica el estudio.
Los autores utilizaron Scopus y PubMed, dos de las mayores bases de datos de bibliografía científica revisadas por expertos, para recopilar información pertinente sobre la alergia al kiwi. Para acotar el cerco, utilizaron las palabras clave "allergy" (alergia), "kiwi", "actinidia" (la especie de kiwi más cultivada), "children" (niños) y "cross-reactivity" (reactividad cruzada). Se consideraron los informes de casos, los estudios de observación, las revisiones previas y estudios retrospectivos desde 1981 hasta la actualidad.
Los resultados de la revisión arrojaron datos como que el 9% de los niños con alergias alimentarias en Francia estaban sensibilizados al kiwi. La sensibilización primaria del tracto digestivo a esta fruta desempeña un papel importante en las alergias pediátricas. Además, determinaron que las alergias al kiwi suelen presentar reacciones cruzadas con otras alergias como el polen, el aguacate, el centeno, la castaña, la avellana y el plátano.
Hasta la fecha, identificaron 13 alérgenos en el kiwi, siendo la actinidina (Act d 1) el alérgeno principal, que comprende el 50% de la proteína soluble total. Esta reacción se observó principalmente en el caso de pacientes mono-sensibilizados que no son alérgicos al polen.
La Actinidia deliciosa es originaria de China y se introdujo en Nueva Zelanda, en 1904. China, Nueva Zelanda, Grecia, Italia y Chile son los principales países productores de kiwi, que en conjunto cubren el 87% de la demanda mundial.
¿Son graves las alergias al kiwi?
La gravedad de los síntomas, explica el estudio, está influida en parte por el modo de sensibilización, lo que aumenta la probabilidad de reacciones anafilácticas graves en individuos sensibilizados principalmente a alérgenos.
Los síntomas de la alergia al kiwi varían de reacciones leves a graves. La información relativa a las manifestaciones en pediatría es limitada, afirma el estudio. Además, la mayoría de los datos disponibles se centran en la reactividad cruzada del kiwi en adultos. Por lo general, los síntomas aparecen a las dos horas de la exposición.
Las reacciones incluyen síntomas cutáneos, cardiovasculares, gastrointestinales, neurológicos y respiratorios, aislados o combinados. Las respuestas suelen presentarse como síndrome de alergia oral con prurito y sensación de hormigueo en labios, mucosa oral y lengua.
Las reacciones graves pueden incluir urticaria, angioedema, hinchazón laríngea, tos, sibilancias, vómitos, rinitis, broncoespasmo, pérdida de conciencia, hipotensión y anafilaxia inducida por ejercicio dependiente de alimentos. Los niños son más propensos a experimentar reacciones sistemáticas, incluyendo múltiples órganos simultáneamente.
Los informes de casos destacan las reacciones graves, como el shock hipotensivo y la anafilaxia, una reacción que cada vez causa más hospitalizaciones en España y el mundo. La gravedad de las reacciones puede proporcionar información sobre el patrón molecular específico de la sensibilización, lo que ayuda a establecer estrategias de tratamiento adecuadas.
Diagnóstico de la alergia al kiwi
El diagnóstico comienza con la historia clínica y la exploración del paciente, y los métodos de diagnóstico habituales incluyen la prueba inmunoenzimática (ELISA), la prueba de punción cutánea (SPT), la prueba doble ciego controlada con placebo (DBPCFC) y el diagnóstico por componentes (CRD).
Según el estudio, la sensibilización gastrointestinal puede causar reacciones graves en los niños. Un análisis molecular ayudaría a predecir el riesgo y a gestionar la alergia. Por otro lado, apuntan que La DBPCFC se considera el patrón oro para el diagnóstico de las alergias alimentarias, ya que proporciona una evaluación objetiva de los resultados sin sesgos. Sin embargo, conlleva el riesgo de reacciones anafilácticas.
Si los antecedentes del paciente sugieren alergia al kiwi, una SPT puede ser un método de diagnóstico más fácilmente accesible. Por su parte, las pruebas ELISA e inmunoCAP proporcionan resultados mixtos y contradictorios, según los investigadores. Por último, el CRD ayuda a clasificar las reacciones y a identificar el síndrome polen-fruta.
Tratamiento de la alergia al kiwi
Los expertos añaden que no se dispone de inmunoterapia para curar las alergias alimentarias, incluida la alergia al kiwi. Se están explorando diferentes métodos de tratamiento, como el procesamiento térmico y los tratamientos químicos, para reducir la alergenicidad, pero encontrar un equilibrio entre la reducción de la alergenicidad y el mantenimiento de la calidad de los alimentos es todo un reto.
Por tanto, el enfoque principal para tratar la alergia al kiwi es evitar por completo la fruta. Los antihistamínicos se utilizan para las reacciones leves, mientras que la epinefrina es necesaria para las reacciones graves. La inmunoterapia dirigida a inducir tolerancia a los alimentos es una opción potencial, pero requiere mucho tiempo y conlleva riesgos de anafilaxia.
La eficacia a largo plazo es limitada, y los beneficios pueden disminuir tras la interrupción del tratamiento. Se están investigando ensayos que combinan anticuerpos monoclonales anti-IgE e inmunoterapia oral, pero se necesita más investigación para evaluar la eficacia de la inmunoterapia.
En resumen, el estudio apunta que la alergia al kiwi se reconoce actualmente como una afección potencial y grave que pone en peligro la vida, especialmente entre los niños más susceptibles a la sensibilización primaria.
La identificación y caracterización de antígenos moleculares específicos han desempeñado un papel crucial en la evaluación del riesgo individual de reacciones graves tras el consumo de kiwi. Pero "es necesario ampliar la investigación para comprender las variaciones relacionadas con la edad en la sensibilización a los alérgenos del kiwi. Por lo tanto, el único enfoque para tratar la alergia al kiwi es la aplicación de una dieta de eliminación específica, ya que no se han establecido otras estrategias", concluye la investigación.
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