Coronavirus
Así es la dieta de los enfermos Covid-19
Evitar la desnutrición mejora el pronóstico del Covid-19. Incrementar la densidad calórica y proteica aumenta la respuesta del organismo ante los efectos de la infección
Cuando el SARS-CoV-2 se cuela en el organismo, la pérdida del apetito es uno de los primeros síntomas que deja entrever la aparición del Covid-19, algo que también suele ir acompañado de falta de gusto y de olfato. «Todo ello aumenta el riesgo de desnutrición, un factor que puede complicar más aún el desarrollo de la enfermedad y agravar sus complicaciones», asegura Juana Carretero, vicepresidenta segunda de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), quien confirma que ahora se está «diseñando un protocolo de alimentación para que cuando llegue una futura oleada de este coronavirus tengamos una guía de actuación similar en todas las áreas de atención».
Evitar la desnutrición es, según confirma Carretero, uno de los principales retos cuando el Covid-19 provoca graves secuelas en el organismo. «Actualmente, cuando un paciente ingresa en el hospital, en primer lugar se suele optar por una dieta oral. En este caso, lo más recomendable es enriquecer su alimentación con un menú rico en proteína, para evitar la pérdida de la masa muscular. Pero si las condiciones del afectado no permiten seguir una dieta así, lo que se hace es optar por suplementos orales que normalmente se suelen pautar a lo largo del día, es decir, siempre con el criterio de que no sustituyan a las comidas principales. De ahí que suelan pautarse a media mañana, a lo largo de la tarde o incluso en la recena», explica Carretero, quien detalla que «estos suplementos suponen unas 400 calorías y son un refuerzo que está indicado desde el principio, léase, desde que el paciente ingresa, ya que se ha observado que resultan muy eficaces para prevenir la aparición de la desnutrición posteriormente. Éste es un objetivo clave, porque estamos viendo que la respuesta inflamatoria que produce el SARS-CoV-2 en el cuerpo es tan severa que deja a los pacientes muy débiles, por eso resulta esencial nutrirlos bien no sólo en cantidad, sino más bien en calidad».
En pacientes con la enfermedad más severa, o en aquellos que no pueden comer de forma normal por sus características previas, «se opta por la denominada dieta turmix, para que ni siquiera tengan que masticar y sea más fácilmente digerible. Pero si el paciente no puede ingerir eso, lo que se hace es decantarse por una alimentación completa en forma de suplementos que equivalen a unas 1.500 o 1.800 calorías al día. Así nos aseguramos de que el paciente esté bien nutrido», confirma Carretero.
¿Cómo debe ser la dieta de los enfermos en casa?
Sin llegar a casos tan severos de hospitalización, la aparición del coronavirus de forma más leve permite a la mayoría de pacientes pasar la enfermedad en casa. «En estos casos el objetivo debe ser aumentar la densidad calórica y proteica de los alimentos, no la cantidad de los mismos», asegura Begoña Pintor de la Maza, miembro del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, SEEN, quien recomienda «realizar entre seis y diez comidas al día, aunque no sean de gran cantidad, y beber mucha agua o infusiones para garantizar una buena hidratación». Además, según recomiendan desde SEEN, es importante masticar bien y comer despacio y si hay poco apetito, lo más aconsejable es comenzar siempre por el alimento proteico y no bases la alimentación en sopas o caldos, pues tienen una baja densidad nutricional. Sin olvidar que «seguir una dieta saludable, rica en frutas, verduras y legumbres, así como mantener la actividad física, mejora el sistema inmunitario», concluye Carretero.
Consejos para aumentar las calorías y el aporte de proteínas
Para incrementar las calorías y proteínas desde SEEN aconsejan.
Incrementa la cantidad de calorías, sin aumentar el tamaño de los platos.
- Pan: siempre que sea posible, multicereales o con semillas, con pasas, con frutos secos, etc.
- Fruta fresca o deshidratada: no la tomes sola. Acompáñala con yogur o en batido.
- Postres lácteos: añade nata, cacao en polvo, cereales en polvo, frutos secos molidos, miel, chocolate...
- Purés: acompáñalos con pan frito/tostado, tomate frito o mantequilla.
Recomendaciones para aumentar el aporte proteico de la dieta:
Incluye siempre en la comida y en la cena carne (150g), huevos (2 unidades) o pescado (150 g).
- Leche: entera, en polvo, enriquecida en proteínas o condensada. Añádele cereales en polvo, cacao... En caso de intolerancia, opta por leche sin lactosa o bebidas vegetales (avena, arroz, soja...).
- Purés: tritura los alimentos en leche entera. Puedes añadir: quesitos o frutos secos molidos, leche en polvo, claras de huevo o algo de carne/pescado.
- Verduras y patatas: acompáñalas de jamón picado, huevo o carne.
- Legumbres: con un poco de arroz, poco caldosas y acompañadas de proteína.
- Batidos y lácteos: de frutas con leche entera, proteicos, enriquecidos, de requesón o queso fresco. Añade galletas o frutos secos molidos.
- Pasta y arroz: con carne picada, queso, jamón, atún…
- Platos preparados: conservas de pescado y moluscos (atún, anchoas, sardinas, pulpo, mejillones, caballa) y conservas de legumbres.
Otros aspectos destacados:
- Opta por agua. ¡Recuerda! se recomienda tomarla 30-60 minutos antes o después de las comidas. Entre horas puedes consumir leche, zumos naturales, infusiones o caldos variados.
- Aceite de oliva y condimentos. Emplea al menos 4 cucharadas soperas de aceite al día, preferiblemente aceite de oliva virgen extra. Condimenta con hierbas aromáticas y salsas para darle más sabor a las comidas.
- Técnicas de cocinado. Que aporten calorías como rebozados, empanados o guisos con sofritos.
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