Quinto centenario de Teresa de Jesús
«Santa Teresa es un don excelente de Dios»
Los obispos peregrinaron ayer a Ávila, donde concluyeron los trabajos de su Asamblea Plenaria
Los obispos españoles, reunidos esta semana en Asamblea Plenaria, se sumaron ayer a las celebraciones del V Centenario de Santa Teresa de Jesús peregrinando juntos desde Madrid. En total, 78 obispos, liderados por el cardenal arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Ricardo Blázquez, y por los cardenales Antonio Cañizares, Carlos Amigo, Lluís Martínez Sistach y Antonio María Rouco.
La primera parada tuvo lugar en el Monasterio de la Encarnación, donde residió antes de salir para las nuevas fundaciones; allí se hicieron una foto de familia, antes de partir al Convento de la Santa, edificado sobre la que fue la casa natal de Teresa, donde se celebró una Eucaristía presidida por el presidente del Episcopado.
Ricardo Blázquez, natural de Ávila, resaltó en la homilía la figura de Santa Teresa, de la que dijo que «es un don excelente de Dios a la humanidad» y que ha dejado «una herencia preciosa: su vida y su alma que hallamos en sus escritos, sus hijas e hijos en quienes tomó cuerpo y forma su obra reformadora, y sus obras escritas en admirable español que son libro vivo».
Dicho esto, recordó a sus hermanos obispos que la santa andariega advierte –como a ella le ocurrió– «del peligro de la mediocridad». «Experimentó la insatisfacción profunda, la fatiga, el marasmo, el descontento por su vida indecisa entre la entrega de Dios y la atracción del mundo (...). Estaba cansada porque “coqueteaba con la mundanidad espiritual” (Papa Francisco en la Misa Crismal). La vida desganada, cansina, desmotivada, mediocre, sin pasión por Dios y por el Evangelio deja el corazón triste y vacío. Ir tirando, matar el tiempo, es desperdiciar la fuerza de la vida, produce pena y compasión. (...) En la experiencia de Teresa vernos corregidos, identificados y determinados al sí decidido a Dios», añadió el purpurado.
En este sentido, reivindicó la importancia de la experiencia trascendente para el hombre, porque «es penoso arrastrar la carga diaria sin una fuente interior que refresque, purifique, ilumine, fortalezca y haga fecunda la vida» y volvió a colocar a Teresa en el foco, pues «dice a nuestra generación que el malestar de nuestra cultura tiene que ver con el desconocimiento de Dios».
Por su parte, el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, anfitrión de la peregrinación, había destacado el carácter «histórico» de esta visita de los obispos españoles a la tierra de la mística. También el portavoz y secretario general de la CEE, José María Gil Tamayo, mostró la «emoción» de los obispos en el homenaje rendido a Santa Teresa, que definió como «gran mujer, maestra del espíritu y ejemplo de la grandeza del ser humano».
En concreto, dijo que al celebrarse en Ávila, tierra natal del presidente del Episcopado, para él fue «una gozada». «Está feliz y se le nota», añadió. Además, afirmó que los valores espirituales de la primera doctora de la Iglesia siguen vigentes y añadió que es «de las más grandes cosas que tiene la marca España en todo el mundo y a lo largo de la historia».
El documento sobre la crisis, aprobado
Terminada la Eucaristía, el secretario general y portavoz del Episcopado, José María Gil Tamayo, anunció que la Asamblea Plenaria de los obispos aprobó un documento sobre la situación social y política de España en la que se dedica una especial atención a las personas «que más están sufriendo la crisis económica». El documento, elaborado por la Comisión Episcopal de Pastoral Social, mostrará también una de las principales preocupaciones de los prelados: «la alta tasa de paro» entre los jóvenes españoles. El documento será presentado este lunes.
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