Benedicto XVI
Francisco, en su 80 cumpleaños: «Que la vejez me haga feliz»
El Vaticano ha recibido más de 50.000 felicitaciones por correo electrónico para el Papa, que ayer desayunó con los sintecho
El Vaticano ha recibido más de 50.000 felicitaciones por correo electrónico para el Papa, que ayer desayunó con los sintecho
Como estaba previsto, el Papa Francisco festejó su 80 cumpleaños sin grandes celebraciones pero sí estuvo rodeado de sus más allegados y de aquellos por los que más amor profesa: los pobres y los sintecho.
La jornada comenzó con un desayuno en la Casa Santa Marta donde reside, en el interior del Vaticano, con seis hombres y dos mujeres sin hogar, que suelen dormir bajo la imponente columnata de la plaza de San Pedro o en sus alrededores.
El desayuno fue organizado por Konrad Krajewski, el Limosnero del Papa, quien se encarga de ayudar a estas personas en nombre de Francisco.
Las ocho personas era de distintas nacionalidades: cuatro italianos, un moldavo, dos rumanos y un peruano, quienes fueron saludados con afecto por el Pontífice y ellos, a su vez, le regalaron tres ramos de girasoles que el argentino colocó rápidamente en la capilla de la residencia, donde cada mañana celebra la misa.
El desayuno duró más o menos una hora y concluyó con otro regalo especial del Papa: dulces argentinos que fueron acogidos con alegría por los ocho invitados.
Pero ésta no fue la única sorpresa que ofreció Francisco para celebrar su cumpleaños, ya que a lo largo de todo el día se sirvieron almuerzos y cenas en algunos comedores de Roma, y quienes se alojan estos días en albergues recibieron una bolsa con una pequeña imagen en recuerdo de la Navidad y un pequeño regalo.
Durante los últimos días, el Papa recibió cerca de 50 .000 felicitaciones y saludos por correo electrónico provenientes de todo el mundo. Los más numerosos son en inglés, español e italiano, pero también le escribieron más de mil felicitaciones en latín.
Y desde el martes el Vaticano ha recibido cerca de 50.000 felicitaciones y saludos por correo electrónico provenientes de todo el mundo a las diferentes direcciones establecidas para ello. Los mensajes más numerosos son en inglés, español e italiano, según anunció la propia Santa Sede.
Francisco continuó el día celebrando una misa en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico, donde habló de la vejez y pidió hacer memoria de las obras que Dios ha hecho en cada uno. «Desde hace algunos días me viene a la mente una palabra que parece fea y que también asusta, la vejez. Se me viene a la cabeza aquel poema: “Con paso silencioso se te viene encima la vejez”. ¡Es un golpe!, pero hay que verla como una etapa más de la vida, con alegría, esperanza. La vejez es sed de sa sabiduría, esperemos que también para mí», afirmó después de la misa. «La vejez es tranquila y es religiosa». Recen por mí para que mi vejez sea así, tranquila, religiosa y fecunda, y también feliz», pidió al final con una sonrisa.
Pero el Pontífice, que concelebró la misa con los cardenales residentes en Roma, también hizo hincapié en la importancia de mirar atrás «para poder ir mejor hacia delante». «Esto es el significado de la jornada litúrgica de hoy. La gracia de la memoria. Pedir esta memoria. Es propio del amor no olvidar», explicó.
«Es propio del amor tener delante de los ojos tanto bien que hemos recibido. Es propio del amor mirar la historia. De dónde venimos. Nuestros padres, nuestros antepasados. El camino de la fe», señaló a sus 80 años.
El Obispo de Roma recordó a su vez que «en la historia de la salvación hay pecadores grandes y también hay santos» y por ello «también nosotros en la propia vida encontraremos lo mismo». «Momentos de gran fidelidad al Señor, de alegría en el servicio, y momentos feos de infidelidad y pecado que nos hacen sentir la necesidad de la salvación», destacó. Antes de concluir la homilía, invitó a «que no nos quiten jamás la gracia de la memoria, de mirar hacia atrás todo lo que el Señor ha hecho por nosotros en la Iglesia, en la historia de la Salvación», puesto que se trata de «la historia de un Dios que quiere caminar con su pueblo y hacerse finalmente un hombre como cada uno de nosotros», dijo en relación a la Navidad.
Francisco recibió ayer también la felicitación del Papa emérito, Benedicto XVI, quien le felicitó por escrito y por teléfono. Además le hizo llegar tres regalos significativos para ambos. El Vaticano refirió ayer que Francisco está particularmente contento por la presencia de muchos niños y jóvenes en la audiencia que tuvo por la mañana con la comunidad católica «Nomadelfia», que le recibió cantando el «cumpleaños feliz».
Por otra parte, el Vaticano ayer confirmó oficialmente su visita en mayo al santuario mariano de Fátima, en Portugal.
«Dios asume el aspecto frágil de un niño»
Francisco tuvo ayer una audiencia con miembros de la Comunidad de Nomadelfia, un carisma no muy extendido que tiene como principal característica acoger a niños abandonados como si fueran sus hijos. A ellos recordó que el cristiano tiene el deber de acoger a los más pobres e indefensos y por eso «quien haya alimentado, vestido y acogido a uno de los más pobres de entre los hombres, habrá alimentado, acogido y amado al mismo Hijo de Dios». Pero «quien haya rechazado, despreciado y olvidado a alguno de los más débiles y pequeños, habrá rechazado a Dios mismo», sentenció. También habló de la Navidad y manifestó que Dios «se revela como aquel que se abaja y desciende, asumiendo el aspecto frágil de un niño». De este modo, Dios nos enseña que no debemos ponernos nosotros mismos por encima de los otros, sino que estamos llamados a abajarnos».
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