Bangladés

El Papa insta a tomar medidas frente a la crisis de los rohinyá

Francisco, en su segundo día en Bangladés, saludará a representantes del grupo étnico musulmán en un encuentro ecuménico por la paz

Francisco ofrece un árbol en el Jardín de la Paz
Francisco ofrece un árbol en el Jardín de la Pazlarazon

Francisco, en su segundo día en Bangladés, saludará a representantes del grupo étnico musulmán en un encuentro ecuménico por la paz

En Myanmar, por razones diplomáticas, el Papa apenas se refirió a la persecución que sufren en aquel país los llamados rohinyá, una etnia musulmana no reconocida por el Gobierno de la antigua Birmania. Sin embargo, en su visita al país vecino Bangladés ha sido distinto. En el primer discurso que pronunció en la capital, Dacca, ante las autoridades y el cuerpo diplomático del país, Francisco pidió a la comunidad internacional una solución decisiva que acabe con su situación. Se calcula que unos 600.000 rohinyá han huido de Myanmar para establecerse en los campos de refugiados de Bangladés. En este país asiático, con un 88 % de población musulmana, el Pontífice quiso destacar «el espíritu de generosidad y solidaridad» de sus gentes, que se «ha manifestado con fuerza en el impulso humanitario con el que han atendido a los refugiados llegados en masa del estado de Rakhine, dándoles refugio temporal y lo necesario para la vida».

De esta manera, Francisco evitó utilizar expresamente el término rohinyá, pero sí hizo referencia a ellos a través de su procedencia, el estado de Rakhine. En su opinión, esta ayuda «se ha realizado con no poco sacrificio». El Papa sentenció que «ninguno de nosotros puede ignorar la gravedad de la situación, el inmenso coste en términos de sufrimiento humano y de la precaria condición de vida de todo ellos, la mayoría de los cuales son mujeres y niños, hacinados en los campos de refugiados».

A continuación solicitó a la comunidad internacional «tomar medidas decisivas para hacer frente a esta grave crisis». Pero no solo «trabajando para resolver los problemas políticos que han provocado el desplazamiento masivo de personas, sino también ofreciendo asistencia material inmediata a Bangladesh». Hoy mismo Bergoglio saludará a un grupo de rohinyá tras el encuentro ecuménico por la paz, que tendrá lugar en el jardín del arzobispado de Dacca, uno de los actos más esperados.

El diálogo interreligioso y el terrorismo fueron otros asuntos a los que el Papa se refirió en el palacio presidencial de la capital de Bangladés. Sobre este último, condenó –como ya ha hecho en otras ocasiones– el uso que algunos hacen de la religión para «fomentar la división» y la violencia. «En un mundo en el que la religión a menudo se usa escandalosamente para fomentar la división, el testimonio de su poder reconciliador y unificador es muy necesario», señaló durante el primer día de su visita. Aprovechó también para recordar el ataque terrorista de julio de 2016 en Dacca, en el que cinco asaltantes abrieron fuego en un restaurante y una panadería de un barrio financiero de la capital. El Pontífice rememoró que las autoridades religiosas del país manifestaron entonces que «el santísimo nombre de Dios nunca se puede invocar para justificar el odio y la violencia».

Antes de este encuentro, el Papa rindió homenaje a los muertos de la Guerra de Liberación del país en el el Memorial Nacional de los Mártires, en Savar. Ofreció una corona de flores y un árbol en el Jardín de la Paz. También firmó en el Libro de Honor, en el que expresó el deseo de que el pueblo bangladesí trabaje «incansablemente por la justicia y el bien común».