Ciudad del Vaticano
El Papa crea una comisión para aligerar las nulidades
El Vaticano quiere de simplificar el procedimiento salvaguardando el principio de «la indisolubilidad del matrimonio».
A estas alturas del pontificado está claro que cuando el Papa Francisco quiere hacer alguna reforma de peso en la Iglesia católica, crea primero una comisión de expertos para que estudien el tema y le hagan una propuesta al respecto. Es su forma de llevar el timón de la barca de Pedro, apostando por la colegialidad y huyendo de la autocracia. La última comisión pontificia cuya constitución fue hecha pública ayer se va a encargar de uno de los grandes asuntos a tratar en el Sínodo sobre la familia, que comienza en Roma dentro de dos semanas: las nulidades matrimoniales.
El objetivo de este grupo de trabajo, instituido por el Pontífice el pasado 27 de agosto es «el estudio de la reforma del proceso matrimonial canónico», es decir, el recorrido jurídico que hay que seguir para lograr la anulación de los matrimonios por parte de un tribunal eclesiástico. Pretende Jorge Mario Bergoglio que sean «más sencillos y ágiles», aunque siempre «salvaguardando el principio de indisolubilidad del matrimonio».
Pese a que la nota de la Santa Sede no hace mención alguna al Sínodo sobre la familia, es evidente que las reflexiones a las que vayan llegando los miembros de esta comisión serán seguidas con mucha atención tanto en la inminente asamblea sinodal como en la que se celebrará en octubre del año que viene. En estos días previos al encuentro de Roma, en el que participarán 253 cardenales, obispos y expertos, entre los que se cuentan catorce matrimonios, cada intervención de Francisco es mirada con lupa, por los cambios que pueda estar adelantando. Con este nuevo grupo de trabajo lanza un mensaje claro: los procesos para lograr la nulidad matrimonial y poder volver a casarse por la Iglesia van a ser pronto más sencillos, rápidos, baratos y accesibles.
La comisión estará presidida por monseñor Pio Vito Pinto, decano del Tribunal de la Rota Romana, la más alta Corte de la Iglesia católica. Entre sus miembros hay un cardenal, el italiano Francesco Coccopalmerio, presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos. También hay un español, el arzobispo jesuita mallorquín Luis Francisco Ladaria Ferrer, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Los otros miembros son: monseñor Dimitrios Salachas, Exarca Apostólico para los católicos griegos de rito bizantino; Maurice Monier, Leo Xavier Michael Arokiaraj y Alejandro W. Bunge, prelados auditores del Tribunal de la Rota; Nikolaus Schöch, promotor de justicia (fiscal) sustituto del Tribunal de la Signatura Apostólica; Konštanc Miroslav Adam, rector de la Universidad Pontificia Santo Tomás de Aquino (Angelicum); el chileno Jorge Horta Espinoza decano de la facultad de Derecho Canónico de la Pontificia Universidad Antonianum; y Paolo Moneta, profesor de Derecho Canónico de la Universidad de Pisa.
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