Eleuteria
Vox contra Milei
Un discurso que contradice sus propias alianzas internacionales: por ejemplo, en Francia, Marine Le Pen, aliada de Vox, aboga por restringir la importación de productos españoles para proteger a los agricultores franceses.
El contraste entre las posturas de Vox y Javier Milei en materia de comercio exterior evidencia una brecha ideológica significativa, pese a su alianza política internacional. Mientras Milei defiende con convicción el librecambismo, Vox se posiciona claramente a favor del proteccionismo. Así, durante su primer año de presidencia, Javier Milei ha impulsado una enérgica apertura comercial. Su objetivo es claro: garantizar a los consumidores argentinos acceso a productos de mejor calidad y menor precio, sin importar su origen. Para ello, ha reducido aranceles y eliminado barreras no arancelarias, buscando que la competencia internacional beneficie a los consumidores locales. Milei también promueve acuerdos de libre comercio, como el que actualmente negocia con los Estados Unidos y su respaldo a la ratificación del tratado entre la Unión Europea y el Mercosur. Por el contrario, Vox adopta una postura diametralmente opuesta. El partido español se ha manifestado en contra del tratado UE-Mercosur, argumentando que representa una amenaza para los productores nacionales debido a las diferencias regulatorias y sanitarias con los países sudamericanos. Para Vox, el libre comercio perjudica a los productores locales, y por ello priorizan su protección mediante barreras comerciales aun cuando perjudiquen a los consumidores españoles. Dirigentes de Vox tan destacados como Jorge Buxadé y Pepa Millán han defendido durante los últimos días la necesidad de proteger regulatoriamente a agricultores y ganaderos españoles frente a la importación de mercancías foráneas.
Este proteccionismo voxista, sin embargo, entra en contradicción con el interés del consumidor. Como bien señala Milei, la apertura comercial aumenta el poder adquisitivo de los ciudadanos al ofrecer productos más baratos y de mejor calidad. Además, se trata de un discurso que contradice sus propias alianzas internacionales: por ejemplo, en Francia, Marine Le Pen, aliada de Vox, aboga por restringir la importación de productos españoles para proteger a los agricultores franceses. Esta (mala) lógica proteccionista podría, pues, volverse contra los intereses españoles (otro ejemplo de esto último serían los aranceles que Trump pretende imponer desde Estados Unidos al resto del mundo, incluida España).
En última instancia, el debate entre la soberanía del productor y la soberanía del consumidor marca una división ideológica crucial. Mientras Milei apuesta por la competencia global para mejorar el bienestar general, Vox parece optar por un cierre de mercados autarquizante que limita las opciones del consumidor. Es obvio que Abascal y Milei son aliados estratégicos, pero la distancia ideológica que los separa en muchos temas es enorme.