El trípode

Teresa Ribera entre Sánchez y Mazón

Como se esperaba, la sesión parlamentaria fue un cruce de acusaciones y descalificaciones entre él y la oposición, con la gestión del gobierno de Sánchez por medio

Ayer, Carlos Mazón, el presidente de la Generalitat valenciana, compareció ante las Cortes Valencianas para explicar la gestión de su gobierno durante la gota fría que desencadenó la mayor catástrofe conocida en España desde las inundaciones de los ríos Llobregat y Besós del 25 de septiembre de 1962. Aquellas de hace 62 años provocaron más de 600 víctimas mortales, además de centenares de heridos y cuantiosas pérdidas materiales. La tragedia de este 29 de octubre lleva contabilizados 224 fallecidos -de ellos 7 en Castilla la Mancha y 1 en Andalucía - además de 16 desaparecidos. Como se esperaba, la sesión parlamentaria fue un cruce de acusaciones y descalificaciones entre él y la oposición, con la gestión del gobierno de Sánchez por medio, y en especial la de su (todavía) vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (sic). Lo cierto es que fue necesario que tuviera que comparecer en el Parlamento Europeo para que ella se haya visto obligada a hacerlo ante el Congreso en España a rendir cuentas de su -hasta ahora- desconocida gestión, ya que no se la ha visto ni escuchado por aquí desde esa trágica jornada. De momento, Mazón dirige la responsabilidad primera de los errores -que asume- cometidos por su gobierno, hacia la AEMET y la Confederación Hidrográfica del Júcar, instituciones ambas dependientes del Ministerio de Teresa Ribera que tiene en el aire su anhelado destino europeo. Esta lamentable situación, ante una emergencia nacional no declarada oficialmente por el gobierno de Sánchez -aunque citada cual si lo estuviera en un Real Decreto Ley publicado en el BOE- es un ejemplo de la carencia de una estructura debidamente coordinada para hacer frente a la gestión de la emergencia con un mando único.

El Rey, desde Cuenca (Ecuador), se refirió a la tragedia de la DANA apelando a unir esfuerzos entre todos para trabajar en favor del «bien común». Hermoso concepto el del «bien común» que es el inexcusable y superior que debe guiar la actuación de todo gobernante. Pero pedirle a los socios y aliados del PSOE sanchista que trabajen por el bien común de los españoles es una utopía, siendo éstos Puigdemont, Otegi y cía. Sánchez no ha acompañado al Rey a la Cumbre Iberoamericana alegando su dedicación a la DANA, lo cual es llamativo si tenemos en cuenta que desde que huyó de Paiporta se le debería contar entre los «desaparecidos». Y no precisamente en combate frente al lodazal de fango, sino ante los españoles. Para explicarles la gestión de su gobierno ante la emergencia nacional no declarada por él.