Letras líquidas

«Preferiría no hacerlo»

El momento más exitoso de sus carreras profesionales, aquel oro en el Mundial de Sídney, empañado por lo que se conoció, y se conoce, como «el beso»

La vida no se presenta dividida en compartimentos estancos y hay veces que los acontecimientos felices se solapan con circunstancias desafortunadas. Esa fue, sin duda, una de las quejas recurrentes de las futbolistas de la selección española en agosto de 2023: el momento más exitoso de sus carreras profesionales, aquel oro en el Mundial de Sídney, empañado por lo que se conoció, y se conoce, como «el beso» (pobre Klimt). La escena fue vergonzosa, extralimitación clara de la euforia y posible agresión sexual. Las imágenes de Rubiales sujetando la cara de Jennifer Hermoso a pie de estadio dieron la vuelta al mundo y su responsabilidad penal por ello, y por las supuestas coacciones posteriores, se dirimen ahora en la Audiencia Nacional con parecida repercusión nacional e internacional. Y no es de extrañar. De aquella representación grosera que envolvió al fútbol patrio, sin embargo, no solo emergió el hedor machista, sino que la acompañó una corriente de dignidad en forma de reacción social, incluyendo la de las propias deportistas, con aquel «#SeAcabó», eco español del «#MeToo», que fue capaz de poner luz a lo que suele quedar entre las sombras. Ventajas del mundo hiperconectado y labor didáctica de ese ente inconcreto que es la opinión pública. Asistimos esta semana, en directo también, a las sesiones del juicio: la futbolista sentada ante el tribunal relatando lo que vivió y sintió entonces, y varios testigos haciendo lo propio. Más allá de las versiones contradictorias, la esencia misma del Derecho, y de ese terrible escrutinio de la «buena víctima» (si reaccionó o no según el parámetro convencional), no se puede obviar el elemento más relevante de lo que se está enjuiciando: la relación profesional que unía a las partes. Y esa circunstancia, el vínculo jerárquico, la clave para dimensionar lo que ocurrió, podría haber permitido a Melville repensar a su escribiente Bartleby y aquel «preferiría no hacerlo» que repetía, con calma y firmeza, a su superior.