Sin Perdón
La izquierda sigue su campaña con el 11-M
«Le interesa desviar la atención para que ignoremos la mayor ofensiva que hemos vivido desde la Transición contra la Constitución y el Estado de Derecho»
Estos días hemos podido constatar que la izquierda política y mediática sigue con su campaña de odio contra Aznar y el PP por los terribles atentados del 11 de marzo de 2004. He elegido expresamente la palabra odio, porque se siguen vertiendo descalificaciones para convertir los errores que se cometieron en mentiras. Lo dicen aquellos que apoyan al sanchismo que ha convertido la mentira en su forma preferente de actuación política. El PSOE ha incorporado, con absoluta normalidad, a los pactos de gobernabilidad a los antiguos dirigentes del aparato político y militar de la banda terrorista ETA. Su dirigente ha abrazado la agenda radical del Grupo de Puebla y gobierna desde la pasada legislatura con los comunistas y antisistema de Podemos y ahora de Sumar. Ha modificado el Código Penal para complacer a los independentistas haciendo desaparecer el delito de sedición y desnaturalizando el de malversación. Ha indultado a los que atentaron contra la convivencia y el ordenamiento constitucional. No contento con ello, ahora quiere aprobar una amnistía, elaborada de conformidad a los caprichos e intereses de los delincuentes políticos encabezados por Puigdemont. Ha permitido los ataques contra jueces, fiscales, policías y guardias civiles.
Estos son los datos objetivos. En cambio, a la izquierda política y mediática le sigue interesando atizar la división elaborando un relato que busca desviar la atención para que ignoremos la mayor ofensiva que hemos vivido desde la Transición contra la Constitución y el Estado de Derecho. Les interesa seguir con la idea de que hubo un engaño masivo y con ello se denigra a Aznar y los miembros de su gobierno, pero con extensión a todo el Partido Popular. Es lo mismo que sucedió con la Gürtel, ya que les dio un resultado muy positivo que se tradujo en el éxito de una moción de censura contra Rajoy, su gobierno y su partido que nada tenían que ver. Es como si ahora sucediera lo mismo con un escándalo tan grave como el protagonizado por Koldo y sus compinches. La diferencia es que tanto Aznar como Rajoy sufrieron una demoledora campaña de descalificación orquestada por la izquierda política y mediática. En cambio, ahora el bien a proteger es el sanchismo y su gobierno.
Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).