Artur Mas e Iñigo Urkullu se citaron ayer en Ajuria Enea para reiterar de nuevo su mensaje habitual sobre la maldad de un Estado represor. En este caso, dos de los principales beneficiados del país más descentralizado de Europa se quejaron de un supuesto proceso «recentralizador» del Gobierno, último espantajo del nacionalismo que no se creen ni ellos. El encuentro tuvo lugar horas antes de que las selecciones de fútbol de Cataluña y Euskadi se enfrentaran en San Mamés. Los separatistas insisten en jugar un partido que no pueden ganar porque va contra la historia, la razón, el bienestar y el sentimiento de una mayoría ciudadana.