Tribunales
Recusación obligada contra una juez parcial
Si los jueces, o mejor dicho, algunos jueces, no tienen claro a estas alturas de la vida democrática que las consideraciones estrictamente personales, fuera de toda argumentación legal, no pueden tener cabida en un auto y que pertenecen a la esfera del debate público, pero nunca al jurídico, estamos ante un problema serio. La magistrada Rosa María Freire, que investiga el borrado de los discos duros de los ordenadores de Luis Bárcenas, se convirtió en un ejemplo de lo que no puede ni debe esperarse en la resolución de una cuestión de recusación, en este caso por parte del PP. La juez Freire pudo y debió responder a la solicitud de los populares con fundamentos jurídicos, pero decidió arremeter como un elefante en una cacharrería en un escrito impropio, exacerbado y casi denigratorio en el que insinuó que el PP actuó de forma machista en su intento de apartarla del caso por su afinidad al PSOE. Ayer, el PP, tras el auto de la juez Freire, que ni siquiera se molestó en negar su vinculación con el Partido Socialista, planteó una segunda recusación por su ataque «gratuito» e «innecesario» contra el PP, «una preocupante predisposición peyorativa» y «un prejuicio inaceptable» que demuestran, como poco, «apariencias de parcialidad». Del contenido y el tono del escrito de la juez sólo puede concluirse que las conclusiones del abogado de los populares se ajustan a la realidad. Que una persona con tan probada enemistad contra el investigado pudiera seguir en el procedimiento sería una cacicada y un atropello al derecho de todos a un proceso justo.
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