Navarra

Acuerdo por Navarra

La Razón
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Hay que felicitarse por la reelección de Yolanda Barcina como presidenta de Unión del Pueblo Navarro (UPN), formación que gobierna en minoría la Comunidad Foral. Tras las elecciones internas del domingo, y pese a lo reñido del resultado, Barcina ha conseguido mantener unidas en la misma persona la presidencia del Gobierno autónomo y la del partido que lo sustenta, reforzando de una manera clara su posición al frente del Ejecutivo navarro, en un momento político muy delicado debido a la errática actitud de los socialistas, incapaces de mantener una posición coherente en toda España, y a la creciente presión de los sectores vasquistas, que tienen en Yolanda Barcina el principal obstáculo para sus planes anexionistas. En esta situación, con los socialistas pasados a la oposición pese a haber formado parte del Gobierno, la decisión de Barcina de adelantar el Congreso de su partido para que las urnas decidieran no ha sido sólo una medida valiente, sino también inteligente. No son tiempos para jugar a las divisiones internas, y más cuando era posible apreciar la sombra de cuestiones meramente personales en todo el asunto. Por supuesto, no acaban aquí los problemas para la gobernabilidad de Navarra. El Gobierno foral cuenta con los 23 diputados de UPN y PP, insuficientes frente al cuatripartito virtual que forman en la Cámara autonómica el PSN (9 escaños), Nafarroa Bai (8 escaños), Bildu (7 escaños) e Izquierda Unida (3 escaños). Hasta la ruptura con los socialistas, liderados por Roberto Jiménez, las pretensiones de los anexionistas, siempre empeñados en legislar con la mirada puesta en el nacionalismo vasco, estaban condenadas al fracaso, pero ahora cuentan con la equívoca postura del PSN, que podría asociarse a una moción de censura contra el Gobierno de Yolanda Barcina, aunque fuera a costa de sumar votos con los proetarras de Bildu. Precisamente, en esta semana puede producirse el absurdo de que el Ayuntamiento de la localidad navarra de Valle de Egüés, donde gobernaba UPN, pase a manos de los vasquistas de Nafarroa Bai con el apoyo del PSN, Bildu e Izquierda Unida. No vamos a ocultar que la posición de la Ejecutiva Federal del PSOE es contraria a este tipo de acuerdos y que el propio secretario general socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha insistido en la necesidad de que sus compañeros navarros recuperen el acuerdo de Gobierno establecido con UPN al principio de la legislatura. Es la misma decisión que tomó en su momento el ex presidente Rodríguez Zapatero. Por su parte, Yolanda Barcina mantiene tendida la mano hacia la colaboración. Ahora que ha sido confirmada en el seno de su partido, el líder socialista, Roberto Jiménez, no tiene excusas para sentarse a negociar. Lo demás es abrir la puerta al vasquismo.