Hasta la moción siempre

A la espera de victoria, en Podemos se sigue pensando y probando. La formación morada es un partido de politólogos, científicos, agitadores y propagandistas. Con esa suma de ciencias sociales y ciencias puras saben que hay que experimentar. Así que ahora están con la probeta política de las mociones de censura. El tamaño del tubo de ensayo depende de la megalomanía del candidato alternativo que tiene toda moción. Pablo iglesias, de autoestima neumática, se ha preparado para dar ejemplo, para mantener el halo mesiánico y reforzar liderazgo una moción a Rajoy. Porque el tamaño importa. Lo primero que hay que probar es el efecto propagandístico que tiene el acto. En cuanto al valor político no pasa de volver a ofrecer la manzana al PSOE de Sánchez. El combate pendiente para Iglesias es el de la hegemonía de la izquierda y ahora repite adversario. Le volverá a poner cebos y cepos a diario para desestabilizar y esta moción es ocasión pintiparada. La paradoja es que en esta moción el PP es una excusa. Hay quien ha querido entender de un «canutazo» con Rajoy que no va a intervenir. En cuanto el presidente del Gobierno se asome a los trabajos de fontanería y descubra que las andanzas de Podemos son un filón va a querer fiesta. El martes en el Senado hizo guantes con Espinar y se le vio despliegue de oficio. No se va a resistir a un espectáculo cuando sabe que como mínimo gana a los puntos pero con la tentación de «KO». Es la primera vez que Iglesias va a aparecer como candidato a presidente del Gobierno en soledad y eso tienta para una réplica. En esta película Pablo pierde, pero en el departamento de i+d+i del partido medirán efectos e impactos y seguirán. Después del Congreso toca Madrid, pero puede que se amplíe. Las mociones dan visibilidad y hay mucho líder de Podemos nuevo por eso no hay que descartar que sea una artimaña para perturbar en otros escenarios. Hace unas semanas, Pablo Echenique, preguntado por una moción en Andalucía, dijo en tres ocasiones «y...¿por qué no?», luego aclaró que la decisión es de Teresa Rodríguez. Estas mociones pueden ir ancladas a la corrupción o al no cumplimiento de los compromisos de Gobierno. Para un PSOE en reconstrucción estos hachazos en los parlamentos autonómicos pueden ser mortales. Los barones que llegaron con los votos morados y que apoyaron a Susana son carne de cañón para la moción. En los laboratorios de Podemos la pueden liar parda y en eso están.