Elecciones municipales
El alcalde más chulo de España
«Me ahorro lo que me sale de los cojones». Así de espontáneo se ha manifestado este lunes José López, alcalde hasta hace solo unos días de Cartagena y miembro todavía relevante del gobierno municipal compartido con el PSOE –concejal nada menos que de Urbanismo para más señas– respondiendo a la sugerencia de un periodista para que se ahorrase al más puro estilo Trump referencias a su persona. El episodio tenía lugar claro está a las puertas del juzgado, porque ahí es donde López comparecía como imputado. Leen bien, el concejal de Urbanismo de una ciudad española de primer orden imputado por presuntos delitos de malversación de fondos, prevaricación, tráfico de influencias y negociación prohibida por la expropiaciones de un hotel para «ampliar dependencias municipales» dándose la feliz coincidencia de que el copropietario del establecimiento era un «buen amigo» a la par que militante del partido que preside «movimiento ciudadano» –no confundir con Ciudadanos– socio de PSOE con quienes se ha repartido por turno el bastón de la alcaldía.
Y la pregunta, que ya comienza a ser poco imaginativa pasa por ser ¿porque la alcaldesa socialista Belén Castejon mantiene en el Gobierno municipal a un imputado? O ¿porqué tanto celo a la hora de exigir dimisiones a imputados de otras formaciones mientras en casos como este se silba y se mira para arriba? Y la respuesta solo puede obedecer a la dúctil y maleable doble moral de los mismos que desde el PSOE presentaron denuncia tras denuncia contra el ex presidente del PP y del gobierno regional Pedro Antonio Sánchez hasta conseguir su dimisión gracias a una presión de Ciudadanos a la que ni Rajoy se pudo resistir, mientras ahora, frente a la denuncia de los populares contra José López no se acierta a ir más allá del manual de mercadillo, «no consiento que el PP nos de lecciones». Toda una demostración de coherencia.
Pero con independencia de lo que acabe sucediendo con el imputado, además de –no olvidemos–mientras no se demuestre lo contrario presunto inocente López, conocido como «el alcalde más chulo de España» gracias a lindezas frente a los adversarios políticos como «yo dirijo y usted se calla» o «no sé si a usted le han dado los dedos para sumar» amparadas por PSOE y por la marca blanca de Podemos, lo que vuelve a ponerse de manifiesto, –como ha ocurrido en Madrid con los concejales de Podemos Sánchez Mato y Mayer, también imputados por presunta malversación, prevaricación y delito societario– es la burda doble vara de medir a propósito de quién se sienta en un banquillo. Un delincuente con toda certeza aunque acuda como testigo si pertenece al PP; una víctima de oscuras operaciones aún estando imputado, según el particular código ético podemita. Son las curiosas reglas de juego desde la poco explicable superioridad moral de la izquierda, por eso va siendo hora de dejar de jugar con las cartas marcadas. O todos presuntos delincuentes o para todos la presunción de inocencia, porque casos como el de Madrid o Cartagena empiezan a no colar.
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