Canela fina

Adulterar el censo

«Políticos españoles de extrema izquierda se inspiran en los maestros venezolanos Chávez y Maduro y los elogian descaradamente»

Un destacado político de extrema izquierda, de cuyo nombre me acuerdo con precisión, explicaba hace unos días en un restaurante madrileño, con el más descarado cinismo, las ventajas de manipular el censo. «De algo han de servir los migrantes. Se les otorga la nacionalidad española, y con ella el derecho a votar, se les obsequia con ayudas económicas sustanciosas y también con ventajas sociales. Después se les inscribe donde convenga para evitar que las derechas ganen las elecciones. Y buena vista a todos».

José Antonio Zulueta, sobrino de Besteiro, solía contar en las tertulias antifranquistas organizadas en su casa por Pablo Martínez-Almeida, que su tío estuvo avergonzado por las trampas que se hicieron en febrero del 36 para que el Frente Popular ganara las elecciones. La adulteración del censo y la manipulación del voto por correo se mantienen en no pocas naciones iberoamericanas, aparte de la incidencia de los hackers expertos en la contabilidad digital.

Hecha la ley, hecha la trampa. Y con tiempo por delante, mucho mejor. El primer ministro neerlandés Mark Rutte, hoy en la OTAN, advirtió a tiempo la incidencia de los hackers rusos y ordenó papel y lapicero en las mesas electorales y transmisión de los datos por teléfono, no por los ordenadores. Países Bajos no es Ruanda Burundi, sino una de las naciones más modernas del ancho mundo y en la vanguardia de la digitalización. Rutte hizo a tiempo lo que debía hacer para evitar trampas, engaños y armadijos.

Por supuesto que estas letras no contienen acusación alguna, pero no estaría de más que Alberto Núñez Feijóo abandonara su corte de agradaores y se ocupara de que en España no se adultere el censo, se controle la nacionalización de inmigrantes y se eviten manipulaciones digitales y amaños del voto por correo. Hay políticos de extrema izquierda en España que se inspiran en los maestros venezolanos del engaño y las fullerías, Chávez y Maduro, y que elogian descaradamente lo que ambos hicieron en las convocatorias electorales.

Los listos viven de los tontos y los tontos de su trabajo, solía decir Julio Camba. No estaría de más que Feijóo y los suyos eviten que los instalen entre los tontos.

Luis María Anson de la Real Academia Española