Medio Ambiente
A la COP-27 en jet privado
La mayoría de los líderes y dirigentes mundiales que asiste desde el domingo a la Cumbre Climática de Egipto se desplazará en aviones privados altamente contaminantes
A la Conferencia por el Cambio Climático de Naciones Unidas, la denominada COP 26, celebrada el pasado año en Escocia, se desplazaron un total de 400 jets privados para transportar a unas mil autoridades con sus gabinetes, asesores y equipos, entre ellos el presidente de los EE UU, Joe Biden, y el fundador de Amazon, Jeff Bezos, además de los presidentes de Canadá, Francia, Alemania, Israel, India o Japón, entre otros. Bezos usó su Gulfstream privado de 56 millones de euros. Los líderes políticos aterrizaron en Glasgow en su respectivos jets, unos aparatos que, en general, y según el grupo activista europeo Transport and Environment, son de 5 a 14 veces más contaminantes por pasajero que los comerciales, y hasta 50 veces más que los trenes.
Este próximo domingo comienza en Egipto la COP-27, e imaginamos el mismo o similar trasiego de Bombardier o Gulfstream que en Glasgow. Los precios de estos aparatos no son baratos, como es lógico. Pero lo que nos interesa subrayar aquí no es lo caros que son ni el dinero que tienen quienes los utilizan. La mayor parte de las veces ni tan siquiera son ricos o futbolistas los usuarios, sino simplemente políticos a los que no importa lo más mínimo contaminar pese a que luego, como nuestro presidente Sánchez, se dedican todo el rato a ir en Falcon a los eventos más insospechados, muchas veces simples reuniones de partido. No deja de ser una contradicción importante que quienes se van a reunir para decidir qué restricciones aplicar a la ciudadanía mundial para reducir las emisiones de CO2, se desplacen en estos aparatos exclusivos solo-para-políticos-y-ricos que inciden directamente en el calentamiento global mucho más que las flotas comerciales que los ciudadanos de a pie tenemos que usar.
Resulta que la Agenda Verde Arcoiris 2030 incorpora medidas en el sector de la aviación que van a encarecer notablemente el precio de los vuelos. En concreto, se trata de cuatro tipos de decisiones con enorme impacto en la aviación comercial. La primera es que un 5% del combustible ha de ser sostenible (hasta 6 veces más caro que el convencional). En segundo lugar, el encarecimiento del impuesto por emitir CO2. En tercero, un nuevo gravamen al queroseno, y por último, una tasa al billete por valor de 7,8 euros.
El impacto que estas medidas ambientales van a tener en el turismo será arrasador, calculándose para España una pérdida de 11 millones de visitantes.
Los políticos quieren que dejemos de polucionar, cuando ellos se dedican a contaminar en los fantásticos jet privados que van a usar para desplazarse este domingo a la COP-27 de Egipto. A eso algunos lo llaman contradicción.
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