Este es el radar "multón" de Madrid que estará apagado durante las obras de la A-5

Hace ahora diez días que comenzaron los primeros cortes al tráfico en la A-5. De esta forma, la autovía se sometió al primer examen «serio» para testar ese plan de movilidad, firmado por Ayuntamiento, Comunidad y Gobierno, que acompañará a las obras de soterramiento. La circulación menguaba potencialmente a la mitad, quedando dos carriles por sentido en cada una de las calzadas. Por el momento, las sensaciones desde el Ayuntamiento de Madrid son muy buenas. E importante, los madrileños y no madrileños han captado el mensaje: el tráfico se ha reducido un 40 por ciento con respecto a los días previos a las obras. Mientras, la línea C5 de Renfe Cercanías Madrid ha registrado 170.000 viajeros más, lo que supone un aumento del 18 %, en el tramo entre Móstoles El Soto-Embajadores, en esta primera semana de refuerzos. Tanto en Madrid como en las localidades limítrofes los vecinos son conscientes de las dificultades y han buscado alternativas.

Se trata de un paisaje de movilidad al que hay que acostumbrarse, al menos durante estos dos años que durarán los trabajos. Sin embargo, hay un elemento en el que muy pocos habían reparado. Situado entre los puntos kilométricos 4 y 5.7 de esta vía, a la altura de Batán, se encuentra uno de los radares de tramo que más multas despacha en la capital.

De acuerdo al último informe al respecto elaborado por Automovilistas Europeos Asociados (AEA), y con datos de 2023, los tres radares que más infractores «cazan» en la ciudad de Madrid serían, primero, el instalado en el kilómetro 4,150 de la M-30, con 48.438 denuncias que se tradujeron en 5,1 millones de euros en multas; en segundo lugar, el situado en el km. 19,800 también de la M-30, con 38.420 denuncias y 3,8 millones de euros; y, en tercer lugar, el de Batán: 34.728 sanciones, y alrededor de 2,6 millones de euros recaudados.

Noviembre de 2026

Sin embargo, este último ya no figurará entre los más «multones» de la ciudad. Como confirmaron a LA RAZÓN desde el Área de Movilidad, Medio Ambiente y Urbanismo que preside Borja Carabante, el radar de Batán permanecerá apagado durante el tiempo que transcurran las obras. Esto es, durante los próximos dos años, ya que el plan presentado por Cibeles prevé que el soterramiento del tramo comprendido entre la avenida de Portugal y la del Padre Piquer concluya en noviembre de 2026.

Hay que tener en cuenta que la velocidad máxima de la vía, hasta ahora, era de 70 kilómetros hora. Sin embargo, durante los trabajos, se ha reducido a 50 km/h. Un límite que, durante estos próximos meses, con la reducción a dos carriles, será difícil de superar. Antes de las obras, la A-5 soportaba el peso de unos 80.000 vehículos diarios.

En todo caso, el dato de las 34.000 sanciones y 2,6 millones de euros de 2023 procedentes del radar de Batán no refleja todo su potencial. En aquel año, varias sentencias judiciales dieron la razón a los demandantes multados en esa zona concreta de la capital. La asociación DVuelta ganó 24 apelaciones contra esas multas emitidas, argumentando «discrepancias en la distancia medida por el cinemómetro». Y es que el cinemómetro, afirmaban, estaba certificado para controlar un tramo de 1,735 metros, pero las pruebas presentaban un tramo de 1,750 metros. Esta diferencia llevó a la anulación de las multas en los tribunales, «poniendo en duda la validez de aproximadamente 250.000 denuncias y una recaudación de 18 millones de euros desde 2019», aseguraron desde DVuelta.

Así, un año antes, los datos manejados por AEA mostraban unas cifras que doblaban a las de 2023. De hecho, en 2022, el radar de Batán fue el que más excesos de velocidad «cazó» de toda la capital: más de 72.000 denuncias, lo que supuso un importe superior a los 5,6 millones de euros. Con mucha ventaja por encima de los otros dos, ya mencionados, situados en la M-30.

Valoración positiva

A tenor de los últimos datos, el radar de Batán podría dejar de recaudar entre cinco y diez millones de euros durante estos dos años que dure el «apagón» por el soterramiento. Unas obras que, por el momento, son valoradas de manera «positiva» por Cibeles, tal y como afirmó ayer la vicealcaldesa, Inma Sanz, tras la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno. Si bien agradeció al Gobierno central los refuerzos en la red de Cercanías, Sanz volvió a pedir al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible que haga gratuita la R-5 para todos los vehículos, y no sólo para los autobuses, porque «es de justicia», además de haberse adoptado ya esa medida «en otros lugares de España». Una iniciativa que, por otro lado, no afecta tanto a los vecinos de la capital, sino a los de las ciudades del suroeste que vienen a Madrid a trabajar.