Cultura

Nacho Cano: «Apoyaría a Ayuso si fuera de otro partido; es alguien que hace lo que dice»

Su musical «Malinche» estrena nueva temporada tras triunfar en Ifema

Finalmente, «Malinche» ha conquistado Madrid. Más de 200.000 personas se han rendido a la epopeya azteca que Nacho Cano ha levantado en Ifema. Y decimos «finalmente», porque el ex Mecano reconoce que este empeño le ha supuesto un gasto de energía sin parangón en su carrera. Pero el «show» debe continuar: ahora, toca confirmar el éxito en una segunda temporada.

¿Se ha sentido usted mismo un poco Hernán Cortes, un poco conquistador, sacando adelante ese enorme empeño que es «Malinche»?

Han sido 13 años y un camino muy difícil. Sí pensaba en Cervantes cuando escribió «El Quijote» en la cárcel... y luego ha sido el segundo libro más vendido de la historia después de la Biblia. Pero sí, el ejemplo de hombres en el pasado que han hecho cosas imposibles, de alguna forma me ha ayudado a no decaer y a ser persistente. Hay una energía por debajo de mí, que no controlo, y que me ha llevado a hacer esto. Un proyecto tan largo, tan costoso a nivel físico y económico... Es difícil si no hay energías que te van ayudando por el camino.

Durante ese proceso, ¿le preocupaba la opinión de los mexicanos?

Sobre todo la suya. Y estoy tremendamente contento, porque la frase que me dicen es «Nacho, como mexicano, te agradezco que hayas hecho esto». No me dicen «me ha gustado». Había una necesidad de ver la historia de forma que yo me sintiera orgulloso de la misma y, por tanto, orgulloso de ser quien soy. Si tú no estás orgulloso de tu historia, es muy difícil que estés orgulloso de ser quién eres.

¿Cree que está lista para ser vista en México?

Sí. De hecho, una de las partes fundamentales para que «Malinche» pueda progresar es la formación de los artistas. Porque artistas que bailen flamenco urbano, hablen en inglés, canten y actúen, es muy difícil. Aquí tienes dos de los bailes más difíciles del mundo, el urbano y el flamenco. Y tienes también dos idiomas. El programa de becas que pusimos a funcionar el primer año ha salido muy bien: de 25 becas, 16 ya están trabajando en la compañía. Empezamos con un programa de becas en México gracias a Estrella Galicia y a Casa de México. Se va a producir un puente aéreo de talento con México, y eso hará más fácil que «Malinche» pueda hacerse allí.

De hecho, las dos funciones en inglés a la semana que van a hacer, que es una de las grandes novedades, es una clara apuesta por la internacionalización.

Nosotros queremos que Madrid sea un centro de turismo espectacular. Tenemos el Museo del Prado, el Thyssen, la Plaza Mayor, la Puerta del Sol... Pero no tiene un musical propio. Un musical que entiende parte de nuestra historia fundamental, que es el descubrimiento de América y el mestizaje y todo lo que ocurrió allí, con la llegada del cristianismo a América... Además, con una propuesta gastronómica dentro del musical brutal, la comida mexicana, que viene de la historia que contamos.

Eso sí, con la dificultad añadida de que «Malinche» no está en el centro de Madrid.

Esa es la «leche». Pero creo que Ifema es presente y futuro, con espectáculos de gran dimensión y longevos en el tiempo. A medida que lleguen nuevos espectáculos, y ahora lo veremos con la Fórmula 1, Ifema se irá viendo como un centro de espectáculos más parecido a Las Vegas.

¿Por qué Madrid es una ciudad idónea para «Malinche»?

Porque es una ciudad muy cosmopolita, y en este momento vive una efusión de energía. Es una ciudad que pasó de cuatro musicales en 2004 a 14 en 2023. Tiene una progresión clara. Es una ciudad con oferta a muchos niveles. Por ejemplo, en Berlín, puedes ir a bares de moda o a museos, pero luego no encuentras esa energía que te lleva a hacer amigos en la calle.

No se puede olvidar tampoco la gran presencia latina en la ciudad...

Si entras en el «templo canalla» de Malinche, están trabajando unas 35 personas. Treinta son latinoamericanos, lo cual te evidencia hasta qué punto Madrid es una ciudad cosmopolita y especialmente afectiva y generosa con la gente que viene de Latinoamérica.

No se ha callado nunca sus opiniones políticas. Especialmente, a la hora de mostrar su sintonía con Isabel Díaz Ayuso...

Pero mi sintonía con ella no es política. La habría apoyado si hubiera sido de cualquier otro partido. Yo he estado bajo la tutela de otros partidos y me he sentido bien cuando la gente era como ella: gente de verdad, que lo que te dice es lo que hace, con compromiso, que piensa y actúa, que no te está contando batallas. He apoyado a Ayuso, y su propio partido se la quiso cargar. Así que no estoy apoyando a ninguna formación porque, para mí, las ideologías... Yo me levanto por la mañana y soy de una forma, luego de otra... La España que a mí me gustaba era aquella en la que tú podías decir lo que te diera la gana, independientemente de que fueras un artista. Ahora hay como que pensar y hablar de una forma... Hemos ido donde estábamos con Franco... pero por el otro lado.

¿Ese apoyo ha hecho que le salgan a «Malinche» enemigos inesperados?

Cuando la pandemia, el Western Broadway cerró, Las Vegas cerró... y ella, con su equipo, mantiene abiertos los teatros. Gracias a eso yo pude seguir pagando sueldos y «Malinche» existe. Cuando ella me dio la Medalla de la Comunidad, yo le agradecí ese gesto. Pero ahora, tienes que pensar de una forma. Y eso parece que no estaba en el parámetro de como un artista debe pensar. Y hay gente a la que la ha sentado mal. Desde que he nacido, he tenido la suerte de poder expresarme y hacer canciones como «Hoy no me puedo levantar», que cuando salió era una «aberración». Y me ha ido muy bien. Así que voy a seguir siendo así y voy a decir seguir defendiendo a las personas. He conocido a gente increíble en la izquierda y en la derecha y tengo amigos en todos lados. A mi abuelo, Franco lo metió en un campo de concentración en Castuera. Lo importante para mí es la amistad, son las personas y respetar lo que el otro piensa. Tengo un elenco que, probablemente, casi todos piensan de una forma distinta que yo. Lo que importa es el talento que tengan y que hagan felices a los espectadores.

En comparación con su primer musical, «Hoy no me puedo levantar», ¿«Malinche» es más «Nacho Cano», más personal y libre de ataduras del pasado?

El pasado lo has construido y, por tanto, es tuyo. Nosotros tenemos una evolución de un día que se crea a partir del siguiente. Lo que sí puedo decir a la gente es que soy un artista coherente con lo que siento y lo que creo. En su momento fue Mecano y en este momento es esto. Antes, tenía menos conocimiento porque había practicado menos de las otras artes, como es la danza o la actuación. Ahora tengo mucho más conocimiento y me puedo enfrentar a otro tipo de problemáticas que me divierten más. El próximo musical que voy a hacer es un «dinner party» en Ibiza que cuenta la historia de los hippies que llegan en los setenta. Y luego, ¿qué haré? A lo mejor decido parar de una vez, pero lo dudo, porque he venido al mundo a entretener. Para mí por encima de las cuestiones históricas y puristas, o de mis sentimientos, si la gente se puede ir de este musical con una sonrisa y con un nivel de energía alto para enfrentar la semana, el mes o el año que viene, ese es mi objetivo.