Paseo por Madrid
Ni menores, ni perros
Las leyes antiokupas y la falta de seguridad en el desahucio si no paga el inquilino han hecho imposible que mucha gente honrada pueda alquilar
La literatura sobre la dificultad de hacerse con una vivienda en Madrid se ha disparado y ya hay piezas antológicas sobre lo que ofrecen algunos propietarios y lo que piden por una cuadra. Todos se han vuelto locos. Incluso la fiebre ha contagiado a un portal inmobiliario, que se ha vendido por una pasta incalculable para los humanos de sueldo mensual. Las leyes antiokupas y la falta de seguridad en el desahucio si no paga el inquilino han hecho imposible que mucha gente honrada pueda alquilar.
Un amigo que busca un estudio me dice que cuesta unos mil euros al mes en un barrio. Algunas agencias afirman que aseguran el pago y están sableando al personal sin que Consumo de los gobiernos central, regional, local o celestial hagan algo para defender al débil. Una de las agencias le pedía a mi amigo: contrato laboral, tres últimas nóminas; dos meses de fianza más el mes; mínimo un año; no se aceptan mascotas; no se aceptan menores.
Otra agencia que se anuncia como la que cobra siempre le pedía a mi amigo: un mes de fianza; un mes de garantía; servicio al inquilino 990 más IVA; un mes de alquiler o la parte proporcional, según la entrada, un seguro de responsabilidad de 129 euros al año. Si no aceptas el sablazo de “servicio al inquilino” dicen que cumplen la Ley y se lo dicen al inquilino por si quieren llegar a un acuerdo entre ellos. Nunca le han llamado a mi pobre amigo. Por el precio del alquiler pensó que podría dar la entrada a un piso, pero ha preguntado por el precio de la casa más barata y casi se corta las venas. Y nadie hace nada de nada.
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