Madrid: así será el nuevo café literario de la Cuesta de Moyano

En solo dos años, la Cuesta de Moyano podrá presumir de ser un enclave centenario. Una zona, por otro lado, que forma parte de las escasas calles a nivel mundial dedicadas plenamente a una sola actividad: en su caso, la venta de libros. Sin embargo, los libreros de Moyano han sufrido especialmente la crisis del sector derivada, entre otros factores, del auge del comercio electrónico. De ahí su movilización en los últimos tiempos, fomentando iniciativas como Soy de la Cuesta, con vistas a fomentar un espacio único de la ciudad. Y de ahí la puesta en marcha de medidas por parte del Ayuntamiento para revitalizar la zona.

Tal y como avanzan a LA RAZÓN fuentes del Área de Cultura, Turismo y Deporte, con Andrea Levy al frente, la Dirección General de Patrimonio Cultural está trabajando en la instalación de un pequeño café cultural polivalente, que tiene como objetivo la creación de un «polo de atracción de viandantes y convertirse en un nuevo elemento dinamizador de la vida cultural madrileña. Según describen desde Cibeles, se tratará de un elemento ligero y de usos múltiples, y constará de varios espacios interrelacionados y configurables que albergarán pequeñas obras de teatro, coloquios, recitales, presentaciones literarias... En resumen, arrancará en 2025 y contará con un programa lo suficientemente atractivo como para «revitalizar este importante enclave cultural»

Tanto por su escala y concepción como por sus materiales, esta «cafetería literaria» se integrará en el entorno de las casetas «sin estridencias», ya que se trata de una zona de «excepcional interés patrimonial». No en vano, desde hace dos años, la Cuesta de Moyano forma parte de la única zona de la capital distinguida como Patrimonio Mundial por parte de la Unesco, dentro del llamado Paisaje de la Luz. De hecho, para lograr una integración «armoniosa» de este nuevo elemento, así como para el estudio de todos sus condicionantes, la Dirección General de Patrimonio está procediendo a la redacción del proyecto de forma coordinada con la redacción de una Evaluación de Impacto Patrimonial, figura diseñada y recomendada por la propia Unesco y sus organismos asesores (Icomos). Una vez finalizada la redacción del proyecto, éste deberá ser aprobado por la Comisión Local de Patrimonio Histórico. Será entonces cuando la cultura, en todas sus dimensiones, regrese a la Cuesta.