Obras
Habrá segunda fase del soterramiento de la A-5: llegará hasta la avenida de la Aviación
Cibeles publica la adjudicación del anteproyecto de esta segunda fase, en medio de la guerra abierta por Moncloa contra Cibeles
En medio de un nuevo frente abierto por Moncloa contra Cibeles, con la movilidad en el entorno a la A-5 como disputa, el Ayuntamiento de Madrid no sólo no tiene intención de paralizar las obras: ya ha dado luz verde a su futura ampliación. Así, el soterramiento de la A-5 no se quedará en Padre Piquer. Una vez terminada esa fase, prevista para noviembre de 2026, comenzará la segunda, llegando el soterramiento hasta la avenida de la Aviación.
Así lo anunció el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, en el congreso de movilidad sostenible Global Mobility Call, una cita anual que se desarrolla en Ifema para impulsar la colaboración entre empresas y generar alianzas público-privadas en el desarrollo de la nueva movilidad. Allí, el regidor avanzó la publicación de la adjudicación de la redacción del anteproyecto de la segunda fase, inherente al desarrollo de la Operación Campamento, que supondrá la cubrición de la autovía entre la avenida del Padre Piquer y la avenida de la Aviación.
De este modo, se da luz verde a la segunda fase del soterramiento. En esencia, supondrá la ampliación en dos kilómetros el túnel, cuya primera fase, ahora en marcha, alcanza los 3,2 kilómetros. El valor estimado del contrato basado del acuerdo marco es de 918.000 euros (sin IVA). A partir de ahí, el adjudicatario cuenta con un plazo de 12 meses para su redacción.
Almeida subrayó que, de esta forma, se cumple con el «compromiso» de ampliar el soterramiento de la A-5. Un proyecto que «transformará la movilidad y la vida del sur de Madrid en la primera fase, con la generación de 80.000 metros cuadrados de zonas verdes y con carriles reservados exclusivamente para autobuses públicos».
El anuncio del alcalde se produjo tras el encuentro, celebrado el pasado martes, entre el Ayuntamiento y el Ministerio de Transportes de Óscar Puente, para acercar posturas en lo que se refiere a la movilidad el tiempo que duren las obras. Una cita que terminó con ambas administraciones enfrentadas. Los emisarios del Gobierno central acudieron con dos objeciones al Ayuntamiento. La primera, pedían retrasar las obras –ya comenzadas– por espacio de dos meses. Aducen que el refuerzo de transporte público impulsado por el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid es insuficiente –un 7,3 % de las líneas de la EMT afectadas, y un 9% de las de Metro–. La intención del Ejecutivo de Sánchez es incrementar el servicio de la línea C-5 de Cercanías entre un 25 % y un 40 por ciento, especialmente en hora punta. Sin embargo, argumentan que el plan de obras del Gobierno para la renovación integral de la C-5 fue «modificado» para que no coincidiera con las obras de la A-5. Para lograr ese refuerzo, su intención es adecuar la estación de Atocha, disponiendo de una «vía auxiliar» que permita a algunos trenes de refuerzo realizar el trayecto Móstoles-Atocha. De ahí que, ahora, pidan ese retraso en las obras del soterramiento.
El segundo punto que reclama el Ministerio es la cofinanciación de la gratuidad de la R-5, autovía que será de paso obligado debido a los desvíos provocados por la obra –sobre todo para aquellos que tengan que entrar y salir de Madrid–. El Ayuntamiento había solicitado al Gobierno central la gratuidad de la autovía –algo, por otro lado, que el Ministerio ya sufraga para los municipios de la provincia de Alicante, donde la AP-7 es gratuita–. Sin embargo, en el caso de la capital, el Ministerio estima que «no sería coherente que se ponga el foco en esta actuación» y, a su vez, «no se quiera apostar por ella con un esfuerzo compartido». De este modo, tienen su «compromiso de hacerlo posible» siempre que el «promotor de las obras, el Ayuntamiento de Madrid asegure la financiación». El delegado de Movilidad y Medio Ambiente de la capital, Borja Carabante, presente en la reunión, fue tajante: ni una cosa ni la otra. Las obras del soterramiento, en modo alguna, se van a retrasar.
Frente a los evidentes desacuerdos del pasado martes, Martínez-Almeida optó hoy por la vía pacificadora. Durante la presentación del balance del Plan Adapta en el Centro de Servicios Sociales de Vistalegre, remarcó que, «desde la misma lealtad que hemos planteado en las otras reuniones, le pido al ministro», en referencia a Óscar Puente, que, «si es necesario, nos volvamos a sentar y vamos a solucionar el problema».
En todo caso, el alcalde reiteró que el Gobierno central «sabía perfectamente» que las obras en la A-5 empezaban en diciembre. De hecho, en la reunión que mantuvieron con el ministro, éste «asumió que comenzaban a mediados de diciembre y no nos pidió de ninguna manera retrasarlo».
Almeida destacó que la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid tienen un Plan de Movilidad y lamentó que, «quien no tiene un Plan de Movilidad es el Estado y quien no tiene un Plan de Movilidad es el Ministerio». De ahí que, en su opinión, les hayan pedido retrasar las obras hasta el próximo marzo.
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