Librerías de Madrid
Un entorno hogareño para la especialidad de Dykinson
La editorial acaba de abrir una nueva librería, pero esta no solo orientada a libros jurídicos sino al ensayo y con el objetivo de que se celebren presentaciones de libros y charlas
Un día antes de la apertura, el 17 de diciembre, Marta Martínez Carro aún estaba colocando los libros en las estanterías que todavía lucían con huecos. Pero eso no detuvo la curiosidad de los vecinos, sino todo lo contrario. «Ese día vendimos tres libros. Y dijimos: “esto no puede ir mal”, si vendemos antes de estar abiertos», cuenta Martínez sentada en uno de los sillones del nuevo Espacio Dykinson del cual es gerente. Este lugar está ligado a la editorial del mismo nombre, que ya cuenta con una librería a poco más de un minuto a pie.
«En los últimos años, la editorial ha crecido mucho. Ha aumentado mucho su volumen. Y eso encaja con la necesidad de tener un espacio en el que poder no solo difundir esa obra sino hacer presentaciones, dar charlas», explica Martínez, que plantea este lugar recién abierto como uno en el que «sucedan cosas» y cuya prioridad es el ensayo y los temas relacionados con las ciencias sociales y la filosofía.
Es quizá la especialidad, el foco la solución a dar entrada a una nueva librería, piensa Martínez. Aunque Dykinson «te pueda conseguir cualquier libro», al final «el espacio de las librerías es limitado. Se publica muchísimo en este país». En el año 2023, se publicaron 87.122 volúmenes, de los cuales 25.798 fueron en la Comunidad de Madrid; aunque esto significó una ligera bajada respecto del 2022, cuya cifra superó las 92.600 publicaciones, según datos del Ministerio de Cultura. «Eso es inabarcable para nadie. Absolutamente nada ni siquiera puede tener un ejemplar de cada uno de los libros que se publican. Aunque es verdad que ahí entra mucho libro académico», opina Martínez.
En ese océano de publicaciones, se encuentran las librerías especializadas, como Espacio Dykinson. «Creo que las librerías especializadas siempre van a poder ofrecer un punto que las generalistas no te ofrecen».
Hemos notado estas navidades que las personas que sí tienen una vinculación con este tipo de libros, te dicen: “Jo, es que esto no se ve en las librerías normales”. Claro, no es que no lo tengan, es que se pierden en la inmensidad de la cantidad de libros que una librería generalista se ve obligada a tener porque su público va a ser más amplio», dice Martínez.
A lo que se va a dedicar principalmente el espacio Dykinson va a ser a la venta de ensayo. «Hay una prioridad por el ensayo. Y una prioridad temática por las ciencias sociales y la filosofía». De las publicaciones en el año 2023, los datos del ministerio reflejan que el 35,7% se dedicó a ciencias sociales y humanidades. Dykinson, conocido por sus libros jurídicos, va a mantener esto en su otra librería ubicada en La Casa de las Flores. No era tanto la ampliación en cuanto a oferta, sino permitir que la librería Dykinson se mantuviera solo como libro jurídico, universitario y de oposición. Y en esta, darle espacio y visibilidad a esas otras temáticas que también algo tenían allí»
«A priori puede tirar parar atrás a mucha gente, pensando que un ensayo tiene que ser una cosa muy sesuda, con un lenguaje muy complicado», expone Martínez, «pero en los últimos años el ensayo ha cambiado mucho». Y pone el ejemplo de la escritora y doctora en Historia Antigua Emma Southon. «Uno de sus libros trata sobre la violencia en el foro romano y lo mezcla con series de Netflix. Eso engancha muy bien, sobre todo a primer lector, y que al final también el ensayo no tiene por qué ser aburrido. Te puede entretener un ensayo».
Y según cuenta Martínez, la fórmula esta funcionando. «Las personas que han encontrado esta librería dicen: “Guau, me parece increíble ver a Platón en una mesa de novedades». Además, coincide, según ella, con momentos en que la gente «quiere entender el mundo en el que vivimos».
Su proyecto también quisieron situarlo en un entorno amable, que se parezca a los hogares. A los primeros visitantes, el lugar «se les hace agradable». «Un señor me dijo el otro día: “me siento como en casa”. Porque realmente la estructura de la librería central es una librería que tú podrías tener en tu casa o se asemeja a la que nos encantaría tener en casa», dice Martínez entre risas. El próximo jueves 16 de enero tendrá lugar una inauguración para darse a conocer.
Asimismo, el objetivo es que la gente vaya al local a disfrutar de algunos eventos. Sobre todo presentaciones de libros y charlas. Las primeras sesiones que se han planteado tendrán lugar cada último martes del mes durante los cuatro próximos por el aniversario de la liberación de los campos de concentración nazis. «Se van a hacer unas charlas informativas, haciendo un recorrido de todos los aspectos fundamentales para entender un poco qué fueron los campos de concentración: desde físicamente cómo eran, cómo se organizaba el personal; si económicamente era viable o no era viable; a las cosas mucho más mundanas de qué se comía, no se comía, qué posibilidades había de sobrevivir, etc.», comenta Martínez.
Luis Tigeras, nieto del fundador de la empresa, Miguel Tigeras, y actual gerente Dykinson y recién elegido presidente de la Asociación de Librerías de Madrid, explica sobre la creación de una nueva librería: «Surge por la necesidad de hacer espacios que creen comunidad, de que tengan un punto de encuentro y así poder finalizar nuestra red de clientes. De crear espacios de intercambio para que la gente pueda conocerse. Y también de dar salidas a nuestras publicaciones, que hacemos más de 400 al año». Y Añade Tigeras: «Al final también en un centro cultural, un centro de comunidad»
Ese centro de comunidad está ubicado en Argüelles, concretamente en la calle Gaztambide, 21. Para Martínez, es una zona de mucho universitario pero también gente de toda la vida. Y la gente ha recibido bien esta apertura. «En estos barrios se alegran cada vez que no sea una vivienda de uso turístico», cuenta Tigeras. «Como que respiran tranquilos», añade la gerente.
En la idea de Martínez también se encuentra la colaboración entre compañeros. La ubicación, también, «permite la posibilidad de dirigir a los lectores a la librería que necesitan. Y creo que esa va a ser la clave del futuro de las librerías: que todas nos respetemos y nos cuidemos. Que si yo no tengo un libro, pueda dirigir a esa persona a la librería correcta, porque también minimizamos la frustración del cliente, de no encontrar en ese momento lo que quiere».
La librera para esta librería
Fue como la horma y su zapato. Martínez estudió Periodismo y dedicó durante años a la profesión, pero «se cansó mucho». «Soy catalana, acabé la carrera en 2007 y me especialicé en periodismo político. Era un momento muy complicado en Cataluña». Pero como le gustaba mucho la investigación, entonces comenzó a hacer una tesis doctoral que dejó cuando se quedó a un año de entregarla.
Sin embargo, en 2015, decidió montar una editorial. «Es muy pequeñita, que hoy las llaman microeditoriales. Y me dedico fundamentalmente al rescate de memoria histórica».
Y los caminos de la vida le llevaron a abrir una librería en Pamplona. «Me surge la oportunidad, con una socia que llevaba muchos años trabajando de librera en Zaragoza. Dejé Cataluña y me fui a Pamplona», cuenta Martínez que dice que conoció a su socia por twitter, cuando no se llamaba X y «era la época buena, en la que la gente realmente hablaba y se conocía». Esto era 2018 y estuvo allí hasta el día que el Gobierno decretó el estado de alarma por la pandemia del covid.
Durante ese tiempo, siguió dedicándose a su editorial, hasta que el pasado mes de junio fue a la Feria del Libro de Madrid, donde conoció a Luis. «Yo vengo de una de trayectoria de diez años dedicándome a la edición de libros de estas temáticas. También tuve mi propia librería. Les encajaba un poco. Entonces nos dijimos que sí queríamos. Ha sido bonito porque es raro que eso suceda», cuenta Martínez, cuyo mayor deseo ahora como librera «ser útil: al barrio, a la ciudad, a la comunidad».
La segunda librería de Dykinson en el barrio
La librería Dykinson se encuentra a tan solo un minuto a pie, en La Casa de Las Flores, y abrió en 1973, antes que la editorial, fundada en 1982. Esa tienda se seguirá enfocando en el «libro jurídico, tanto universitario como de oposición”. En ese local, tenían «la imposibilidad» del espacio, ya que es limitado y al estar ahí no se pueden hacer muchas reformas. Y se encontró esta vía, mientras Luis estaba tomando un café en frente y se enteró de que estaba el local disponible. «Y dije, ¿por qué no? Es el momento». Esto ha resultado en que cuenten con dos librerías en el mismo barrio. Esta coexistencia permite que la gente del barrio siga vinculada a la tradición de Dykinson, a la vez que se abre a nuevas temáticas y actividades en el nuevo espacio. Como menciona Marta, la idea no era «tanto la ampliación en cuanto a oferta», sino crear un entorno distinto que pudiera convivir con el otro. Eso, unido a retroalimentarse con otras librerías, para Martínez hará que consigan «potenciar lo que realmente» pueden ofrecer y no tener que rebuscar entre mil novedades y mil libros».
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