Vecinos
«La Abuela», el orgullo de los distritos del sur
Asociaciones vecinales que comparten el Parque Lineal del Manzanares luchan por la olma, un ejemplo de resistencia y patrimonio de los barrios
Grupos de vecinos y organizaciones dedicadas al medio ambiente se han unido para llevar a cabo labores de limpieza en los alrededores de la olma conocida como «La Abuela», una ejemplar centenaria ubicada en el parque lineal del Manzanares. La iniciativa forma parte de un esfuerzo conjunto de asociaciones vecinales, colectivos medioambientales y la Federación Regional de Vecinos de Madrid. El propósito es adecuar las mejores condiciones en el entorno de la olma, que cuenta con más de doscientos años de historia, mediante la eliminación de desechos y la poda de ramas secas. Además, se busca presentar una candidatura para que este emblemático árbol sea considerado el «Árbol Español del Año». De hecho, el pasado mes de junio se celebró un evento con un agradable paseo por las orillas del río Manzanares, y durante el día se trabajó en la limpieza y acondicionamiento de la olma.
Esta acción no solo busca el reconocimiento a nivel nacional para el árbol, sino también llamar la atención de las autoridades sobre la importancia de su cuidado. Asimismo, se planteaba la demanda de recuperar las zonas ribereñas del río Manzanares a medida que atraviesa los barrios del sur de la ciudad. Enrique Díaz Ladrero, miembro de la asociación vecinal San Fermín, cuenta a LA RAZÓN la historia de lo que consideran «un ejemplo de resistencia» y las razones del orgullo que sienten los barrios por la abuela de todos: «La intención es unir a Usera, Villaverde, Vallecas y Vallecas pueblo, los distritos con los que conecta el parque Manzanares. También estamos organizando una campaña de apoyos, de momento contamos con el departamento del Ayuntamiento en áreas de urbanismo e incluso se han presentado instancias a los plenos de las juntas municipales de estos distritos para luchar por la mejora del sur. Arganzuela y otras asociaciones están presentes por la causa. Queremos que participen universidades y colegios de la zona».
El hecho de que se proponga como árbol del año no solo se explica por su impresionante tamaño de casi 25 metros de altura, sus cuatro metros y medio de circunferencia o su longeva vida de casi doscientos años. Los detonantes van más allá, por ejemplo, por la curiosidad de soportar la grafiosis, enfermedad que ha acabado con casi todos olmos de Europa, desapareciendo, en España, de los pueblos castellanos que siempre han sido característicos. «Actualmente se está estudiando la peculiaridad del árbol por superar la enfermedad, quizá sea por su cercanía al río y raíces húmedas, pero está claro que es un caso singular», comenta Díaz. Tal y como cuenta, esta olma forma parte del árbol genealógico de quienes han vivido y viven en el sur de la capital: «Es un tema de gran envergadura, sobre todo por la implicación con su entorno. Hablamos de una olma que forma parte de nuestra historia, pues ha sido frente de guerra; empezó a nacer durante explotaciones que se realizaban en el canal del Manzanares; cuando se intentó hacer navegable el río Manzanares; y en lo que abarca el desarrollismo del espacio agrícola cercano a Madrid». Lo que significa que la abuela ha representado las épocas de desarrollo y transformación, aguantando y siendo ejemplo de resistencia. «A pesar de la multitud de agresiones que sufrimos quienes residimos en el sur, con la cantidad de residuos e infraestructuras a las que nos vemos sometidos y que degradan nuestro espacio, la abuela nos protege. Debe ser un orgullo de Madrid y un orgullo del sur», apela Enrique.
Responsabilidad vecinal
Enrique expone que es necesario extender al conocimiento popular la riqueza que dispone el entorno en el que viven: «Tenemos que dar a conocer nuestro patrimonio, reivindicar que las administraciones se hagan eco, preocupándose, cuidando y manteniendo el espacio natural. Por supuesto, difundir una cultura basada en la conservación colectiva de los espacios, no podemos esperar que sean solamente las administraciones las encargadas de esto. Los vecinos debemos cuidar de nuestras casas y nuestras calles, es un elemento educacional. El espacio de divulgación y participación del cuidado y conservación es la reivindicación más potente».
A su vez, Enrique también menciona el concepto de «huertos de ocio», donde se pretende que el propio vecino mantenga el entorno sin recurrir a una empresa de jardinería, sino que sean los individuos quienes dignifiquen la zona. Y dentro del argumentario en la defensa de la abuela no se escapa el problema creciente del que todos somos víctimas –y culpables–, el cambio climático: «Ya son pocos los que niegan la realidad del cambio climático, la ciudad es una isla de calor impresionante. Hasta ahora, en el propio Parque Lineal del Manzanares se han llevado a cabo propuestas muy duras, véanse obras faraónicas como la Caja Mágica, con un coste de inversión muy elevado y apenas sin utilizar. Sin embargo, nos hemos olvidado que la ciudad debe de contribuir a evitar el cambio climático. Tenemos que concienciarnos y tomar medidas, como por ejemplo que el agua pueda penetrar y no vaya toda al alcantarillado, plantar árboles que permitan que la temperatura baje, etc. En este sentido, el parque ofrece una riqueza sin igual, es la única parte de la zona sur de Madrid que conserva el hábitat tradicional del rio, su entorno fluvial, sus bosques de galería, sus espacios de humedades, zonas agrícolas… es fundamental su mantenimiento, preservación y mejora».
El proceso de propuesta pasa por tres fases: la concienciación vecinal del valor del sur; la reclamación de colectivos y asociaciones ecologistas; y la última parte centrada en la suma de apoyos, los cuales se realizarán por votos en internet que será en octubre.
El entorno fluvial
La calidad del agua se sostiene como uno de los elementos vertebradores del Parque Lineal. «Gran parte de la riqueza de este lugar está basada en el agua. Estamos hablando de que el paso por Madrid del río Manzanares queda degradado totalmente por los vertidos del agua. Uno de los datos a considerar es que la proporción del agua natural respecto al agua reciclada que tiene el río es una sobre nueve, por lo tanto, es fundamental atender este aspecto. De hecho, la depuradora de La China, una de las grandes aportaciones de agua en el margen izquierdo del río en la ciudad de Madrid, es la más antigua y se encuentra en un estado completamente obsoleto. Ya ha sido llamado en atención el Ayuntamiento para que esta situación se revierta (MITECO está realizando un plan para la mejora de estas depuradoras). Y tampoco podemos olvidar que ese entorno fluvial permitió que hubiera generaciones anteriores que se asentaron aquí, de ahí la gran cantidad de yacimientos arqueológicos ubicados por su cercanía al río», detalla el vecino.
El plan, a instancias de la Unión Europea, recoge un proyecto dedicado a las depuradoras de La China, Butarque y Sur, las tres referentes de la ciudad y que llevan generando un déficit muy relevante. Las conclusiones fundamentales del estudio indican que dichas depuradoras no responden a la calidad exigida por la Unión Europea por ser obsoletas. «Se han de reconstruir nuevamente de arriba abajo, no sirve con las reconstrucciones actuales», añade Enrique Díaz.
«Luchamos por la plenitud del árbol», pronuncia Enrique. La olma se denomina así por su tamaño y por definir lo que antaño fueron los centros de reunión de los habitantes del pueblo. Su ubicación en el tramo sur, pasando la M40, se viene enfrentando a numerosos problemas, como servirse de zona de ocupaciones ilegales, degradación del entorno, vertidos de residuos y edificaciones totalmente descuidadas. A lo que se le suma la deficiente calidad del agua. «Ya que La Abuela se encontraba tan abandonada por parte de las administraciones, los vecinos pasamos a la acción. Resistió a los años, a enfermedades y a Filomena, ahora no puede ser menos. La participación colectiva y su capacidad de supervivencia ha hecho siempre posible la recuperación del árbol», comenta. «Concebimos que los cambios sociales se producen solamente con la participación vecinal. Hay que profundizar en ello», sugiere Enrique. Por su parte, ha creado grupo de WhatsApp de autoayuda sobre este tema, ejerciendo de foro abierto. También un QR donde se irá publicando toda la información relativa al asunto.