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David Pérez: «Sánchez teme a Ayuso porque es el espejo en el que puede ver sus fracasos»

El consejero madrileño de Transportes e Infraestructuras cree que un 10% de usuarios no volverá al transporte público por el efecto pandemia. Lamenta que el Gobierno de España haya dejado de invertir 10.000 millones en el transporte de la Comunidad en seis años

Abandono. Es la queja persistente del consejero de Transportes e Infraestructuras de Madrid, David Pérez, cuando habla del trato que da el Gobierno de Pedro Sánchez a la Comunidad. La lista de agravios que tiene apuntada es larga y lamenta que las peticiones de ayuda tanto en carreteras, en Cercanías, como en Metro hayan caído como un grito en el desierto. Pérez lamenta que ahora el Gobierno de Pedro Sánchez se despache con medidas para el transporte, que son «claramente electoralistas» y que, a su juicio, no son significativas frente al esfuerzo de subvención que hace el Gobierno de Ayuso, diez veces mayor. Hoy, precisamente, el Consorcio de Transportes aprueba la reducción al 50% de los abonos mensuales de transporte anunciado el lunes por la presidenta regional con los fondos que la Comunidad no tendrá que pagar al Gobierno por la gratuidad del Cercanías durante cuatro meses anunciada por Pedro Sánchez.

En un momento como el actual, con un coste de la energía tan elevado, ¿Metro puede permitirse bajar un 50% el precio de los abonos transporte?

Venimos de una situación en la que ya se han producido varias circunstancias que han dificultado la situación financiera no ya solo de Metro, sino de lo que es el transporte público en la Comunidad de Madrid. Primero por la Covid, que supuso una pérdida muy importante de usuarios y de ingresos en toda España. Al mismo tiempo, nos ha afectado la subida del combustible y del gas, especialmente a los 4.100 autobuses que cubren los 179 municipios de la región y a Metro con la subida de la electricidad. Estamos en una situación complicada. La medida que ha anunciado la presidenta no va a producir ningún coste añadido porque se va a financiar con el ahorro que el Consorcio va a generar al no tener que pagar a Cercanías, que pasa a ser gratuito el próximo cuatrimestre. Eso supone unos 40 millones de euros, que se reinvierten en esa bajada de las tarifas para los abonos mensuales. Por tanto, no va a tener un incremento añadido.

¿Cuánto está costando mantener un servicio como el de Metro con el aumento del precio de la energía?

Veníamos pagando aproximadamente 50 millones de euros por la electricidad y en este momento ya hemos multiplicado por cuatro esa cifra y subiendo. Mientras, el Gobierno no está aportando ninguna solución. Ni siquiera ha respondido a la petición unánime que hemos hecho todos los metros de España para que se creara un fondo de compensación por estas subidas del consumo eléctrico. Aunque nosotros hemos hecho ahorros por valor de 35 millones para paliar esa subida, la situación desborda cualquier capacidad de ajuste que tengas en un servicio como Metro, sin poner en peligro algo que, por supuesto, nunca vamos a comprometer, como puede ser la seguridad o el mantenimiento del servicio. Existe un problema serio que estamos asumiendo en solitario porque el Gobierno no da ninguna respuesta ni ninguna solución.

Entonces, ese dinero que se ahorra Madrid por la gratuidad del Cercanías se prefiere invertir en la rebaja de tarifas del Metro antes que en afrontar el agujero que puede generar el coste de la electricidad...

Yo lo explicaría de otra forma. Y es que en Moncloa apuestan por medidas cortoplacistas y electoralistas. Si hubiera una preocupación real por el transporte público, el Gobierno tendría que hacer cuatro cosas que no ha hecho en estos años y que sigue sin hacer.

¿Y cuáles son?

La primera, invertir en infraestructuras del transporte en Madrid: por cada euro que invierte en Madrid, invierte cuatro en Cataluña y, por tanto, nos tiene infrafinanciados en materia de transportes. Estamos claramente discriminados frente a Cataluña.

En segundo lugar, debería recuperar el plan de inversión de 5.000 millones en Cercanías que anuló y que era necesario para que Cercanías tuviera el debido mantenimiento, pudiera ampliarse y tener la calidad necesaria. Pero el Gobierno lo tiene abandonado. Ahora se ha acordado de Cercanías para hacerlo gratuito, pero podría haberlo hecho para convertirlo en accesible o para ampliarlo, pero no ha hecho nada de eso.

La tercera sería actualizar la subvención a Madrid, cosa que no hace desde hace seis años y por lo cual ya nos adeudan más de 140 millones que deberían abonarnos. En seis años han actualizado la subvención que tienen la obligación de darnos a Madrid solo en un 1%; en el mismo periodo, a Cataluña se ha hecho en un 50 %.

La última medida sería crear ese fondo de compensación eléctrica para un transporte público como Metro. Estaría perfectamente justificado, sobre todo cuando ese incremento eléctrico no lo hemos provocado. El Gobierno está siendo insolidario con el transporte público de Madrid y, especialmente, con el Metro.

Si sumáramos todo, ¿a cuanto asciende la cantidad de dinero que el Gobierno central ha dejado de invertir en la Comunidad de Madrid en materia de Transportes?

La desinversión acumulada en los últimos seis años podría ser de 10.000 millones en los últimos seis años.

¿Cree que la bajada de precio del abono transporte va a provocar un efecto llamada de usuarios que van a dejar el coche en su casa y van a coger el transporte público?

Esta medida puede tener un efecto temporal porque algunos ciudadanos prefieran utilizar el transporte público a coger el coche, pero también se pueden producir flujos hacia Cercanías, porque va a ser gratis los próximos cuatro meses. Esa gratuidad es falsa. Se paga con el dinero de los madrileños. No hay nada gratis. No es la medida que necesitaba el transporte público en Madrid, no es la medida porque Cercanías solo llega al 15% de los 179 municipios de Madrid, mientras que nosotros, con nuestro sistema de Metro y autobuses llegamos al cien por cien de los 179 municipios. Estas medidas no se han hecho pensando en el usuario ni en el transporte público, sino en el cortoplacismo electoral.

¿Cómo ha afectado la pandemia al transporte público? ¿Esperan recuperar todos los usuarios que había en la etapa precovid ahora que se ha extendido el teletrabajo?

Durante la pandemia, en Metro llegamos a estar al 8% de demanda de usuarios y, en este momento, ya hemos recuperado más del 75% de los usuarios en Metro y estamos por encima del 80% en los 4.100 autobuses interurbanos. Vamos recuperando poco a poco, pero hay un antes y un después de la Covid-19 que ha afectado a toda la organización social, a las formas de trabajo y al transporte. Hay un 15% menos de usuarios en el transporte público que no podemos atribuir por el miedo a la Covid, sino por el teletrabajo. Hay mucha gente que ya no es usuaria del transporte público porque trabaja desde su casa o bien porque ha cambiado de residencia. Aunque se ha recuperado la gran mayoría, puede haber un porcentaje del 10% que de forma definitiva ya no vuelva al transporte público después de la Covid.

Se habló de tener abierto el Metro las 24 horas. ¿Eso es viable a corto plazo?

No, ni siquiera es una opción que estamos barajando por una razón puramente técnica. No es una medida que sea rentable ni social ni económicamente, ni existe una demanda, ni una justificación real para ella y, sobre todo, porque nosotros utilizamos la noche para la revisión de todos los trenes y de todas las estaciones.

¿Cuándo se va a quitar la obligatoriedad de la mascarilla en el transporte público?

Cuando la autoridad sanitaria lo decida.

A menos de un año para las elecciones, ¿qué porcentaje del programa está cumplido?

El 95% está cumplido o en proceso de que así sea. Hay infraestructuras que tardan seis años en hacerse pero ya están en marcha.

¿Y cómo se presenta el año electoral?

Desde una administración pública hay que intentar que el carácter electoral de un año no interfiera en el trabajo, en garantizar el mejor servicio a los ciudadanos.

Se ha dicho muchas veces que Sánchez tiene miedo a Ayuso. ¿Usted también lo cree?

El PSOE tiene miedo al PP y, desde luego, Pedro Sánchez teme a Ayuso porque es el espejo en el que ve sus fracasos. Madrid les enfrenta a una realidad incontestable. Durante las últimas décadas el PP ha dado resultados cuando ha estado en el gobierno, muy al contrario de lo que ha ocurrido cuando ha estado el PSOE. Siempre que gobiernan los socialistas, arruinan y hunden a España.