Los candidatos de la izquierda en Madrid: el profesor, la doctora y la activista

El reloj corre. Y aunque sigue en el aire la decisión final del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) sobre si habrá elecciones o mociones de censura en la Asamblea, la posibilidad de que los madrileños y madrileñas vuelvan a las urnas en menos de dos meses obliga a los partidos a engrasar de nuevo los mecanismos de precampaña, quieran o no. Y entre estos últimos, están los de izquierdas: PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos.

En este contexto, el viernes 12 de marzo la Ejecutiva del PSOE-M tuvo una reunión tras la que dio una rueda de prensa para confirmar que su candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid en caso de fracasar el recurso de la Mesa en contra del decreto de convocatoria de elecciones de Isabel Díaz Ayuso sigue siendo el que lo fue en 2019. «Queremos dejar claro nuestro apoyo sin fisuras y unánime a la figura y persona de Ángel Gabilondo, tanto de cara a la moción de censura como ante la eventualidad de que haya elecciones el próximo 4 de mayo», afirmó durante el acto el secretario general de los socialistas, José Manuel Franco.

Esto ha hecho que se desvanezca cualquier teoría sobre una posible estrategia electoral a la catalana, que venía haciendo sonar el nombre de la ministra de Defensa, Margarita Robles, como posible sucesora de Gabilondo en estos comicios, pero ella misma ha reiterado ya que su cometido político sigue siendo el mismo que le encomendó el presidente Pedro Sánchez al inicio de la legislatura, y ningún otro.

Por su parte, el portavoz socialista en la Asamblea, que ya había hecho notar su disposición para afrontar el reto antes de que se hiciera oficial, se ha mostrado agradecido con su partido y asegura ser para él un honor mantener la confianza de la Ejecutiva regional para seguir representando las siglas del PSOE en Madrid y a sus votantes.

Gabilondo, que fue el candidato que ganó las elecciones de 2019 con más de un 27% de los votos, aprovechó la misma rueda de prensa para afear los movimientos políticos de la actual presidenta de la Comunidad de Madrid y tachar de «irresponsabilidad» el ir a elecciones en plena crisis sanitaria. Un hecho que, no obstante, sirvió al candidato socialista para insistir –ya en un tono electoralista– en la necesidad de encontrar «otra manera de gobernar», proponiéndose como la alternativa al Gobierno actual: «Yo he demostrado en todo momento mi firme determinación de cumplir con ese deseo de la ciudadanía», ha dicho hablando de «trasformar y regenerar la Comunidad Madrid».

Un poco más a la izquierda, el que fuera el grupo liderado por Íñigo Errejón ha confirmado que, en caso de prosperar el plan del Partido Popular, su candidata a la Presidencia de la Comunidad será su actual líder regional: Mónica García. «Si Ayuso se empeña en ir a elecciones, estamos absolutamente preparados; tenemos candidata, programa y una propuesta de cambio», ha dicho el portavoz de Más Madrid, Pablo Gómez Perpinyà, en declaraciones a los medios en los pasillos de la Cámara regional. Sin tiempo para apostar como en otras ocasiones por un proceso de elección más participativo, el partido ha optado por defender el nombre de la que firma la moción de censura registrada por Más Madrid.

La candidata inició su carrera política ya en la anterior legislatura, como diputada de Podemos, donde pasó más desapercibida que entre las filas de Más Madrid, donde protagonizó la escena del «disparo» a la bancada popular el pasado mes de octubre durante una intervención de consejero de Hacienda, Javier Fernández Lasquetty. Pero, más allá del desafortunado gesto, Mónica García aporta un perfil totalmente opuesto al resto de candidaturas al ser médica anestesióloga, lo que, en el momento de emergencia sanitaria que sigue atravesando la región, podría jugar a favor de la actual cuarta fuerza política en la Asamblea con 20 escaños.

Así las cosas, la única candidatura del bloque de izquierdas que aún se mantiene en duda es la de Unidas Podemos. Cuando el resto de partidos parecen listos para salir a la carrera de las elecciones, los de morado concentran todos sus esfuerzos en resolver antes el recurso presentado el pasado mes de agosto por su portavoz ante el TSJM de la sentencia que la condenó en abril de 2020 a un año y siete meses de cárcel por un delito de atentado y uno de lesiones durante su participación en una protesta contra un desahucio en enero de 2014 en el barrio de Lavapiés. De no prosperar dicho recurso, Isa Serra tendría que hacer frente también a una inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo, es decir, sería privada de poder ser elegida cargo público.

Aun así, las mismas fuentes insisten en su confianza en Serra, quien de todos modos tendría que participar antes en un proceso de primarias en el que la última palabra la tendrán los militantes. Mientras, la sombra del umbral electoral del 5% acecha: Unidas Podemos consiguió apenas un 5,6% de los votos en las elecciones a la Asamblea de Madrid de 2019, por debajo incluso de Vox, que logró cinco escaños más que la formación de Isa Serra. En caso de elecciones adelantadas en mayo, si Unidas Podemos pierde apoyo en las urnas podría no alcanzar la proporción mínima de votos que necesita una lista electoral para que pueda conseguir asientos, lo que sacaría al partido de la Cámara.

La campaña está servida.