Madrid
Pincha el «borroka plan» de sábado noche en un Callao blindado
Doscientas personas y 300 policías en una nueva jornada de protestas por la condena a Pablo Hasel. En esta ocasión, la Policía realizó cinco detenciones por intentar quemar un contenedor
Hacer la revolución, y «acabar con el régimen» requiere de mucha constancia. Más, mucha más de la necesaria para componer un rap. Y ya no hablemos del ánimo para acudir a una manifestación (ilegal). Esa protesta que el primer día, a cuento de una supuesta «solidaridad» con Pablo Hasel, arrasó con la Puerta del Sol, con comercios y mobiliario urbano destrozado.Sin embargo, este sábado, unos días más tarde, los ánimos eran otros. La manifestación en la plaza madrileña de Callao convocada por el autodenominado Movimiento Antirrepresivo de Madrid comenzó pasadas las 19:00 horas. Poco poder de convocatoria el de este Movimiento sin duda. Allí se congregaron unas doscientas personas pidiendo la libertad del rapero Pablo Hasel. Y todo bajo una gran presencia policial de en torno a unos 300 agentes de la Policía Nacional, además del apoyo de fuerzas de la Policía Municipal de Madrid».
«Libertad Pablo Hasél. Absolución detenidos», rezaba la pancarta que encabezaba esta concentración en la plaza madrileña. Junto a ellos, y por docenas, agentes de un gran dispositivo de orden público con varios controles a los accesos de Callao. El lugar estaba blindado. Finalmente, y según confirmaron fuentes policiales a LA RAZÓN, se produjeron cinco detenciones por desórdenes públicos, debido a un grupo que intentaba quemar un contenedor. Los hechos se produjeron en la calle Trujillos.
Tras la entrada en prisión del rapero Pablo Hasel, se han ido sucediendo las manifestaciones a lo largo de la semana en contra del encarcelamiento del cantante en distintos lugares de nuestro país. Madrid, junto con las marchas de Barcelona, fue escenario de las más violentas. De ahí el gran despliegue de Fuerzas del Orden. Esas a las que el rapero desprecia e insulta en sus letras.
En varios puntos de la geografía española, estas manifestaciones derivaron en enfrentamientos entre manifestantes y policías, con lanzamientos de adoquines y otros objetos y con cargas policiales para controlar a los radicales.
Desde un primer momento, la concentración de este sábado en Madrid empezó de forma pacífica –no lanzaron piedras–, aunque los manifestantes lanzaron proclamas y amenazas como «Marlaska fascista, estás en nuestra lista», «Que viva la lucha de la clase obrera», «Estado fascista, estado terrorista», o «Podemos y PP la misma mierda es».
El Ayuntamiento de Madrid había tomado medidas preventivas de cara a los posibles disturbios que pudiesen tener lugar en la capital, a causa de estas protestas no autorizadas.
Por un lado, la Policía Municipal reforzó su dispositivo tanto de las Unidades Centrales de Seguridad (UCES) como las dos Unidades Integrales de Distrito (UID) de Centro y en la zona. Su intención era, como en otras ocasiones, dar apoyo y refuerzo a los agentes de la Policía Nacional.
Además, se anunció que Samur estaría en modo preventivo y se desplazaba a Centro para instalar allí unidades móviles.
Por su parte, el Área de Medio Ambiente demandó que se retirasen todos los contenedores del polígono formado por Cruz, Sevilla, Virgen de los Peligros, Caballero de Gracia, Gran Vía, Mesonero Romanos, Maestro Victoria, Travesía del Arenal, San Cristóbal, Santa Cruz, Bolsa y Jacinto Benavente. A ello se sumó que se retirasen de la zona materiales de construcción de las calles Postas y Rompelanzas.
Madrid anunció, desde un primer momento, que tenía a 300 policías nacionales preparados, a los que apoyarán también los efectivos de la Policía Municipal, para «parar los pies» a manifestantes violentos.
Así lo anunció, en la mañana de ayer, la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, que criticó que quieren «reventar» la ciudad y que se está entrando en una deriva «que si no la revertimos es muy peligrosa».
En el fin de fiesta de Callao no hubo fuegos artificiales, algo que sí padecieron en Barcelona. Al cierre de la protesta se quedaron un grupo de amigos que corearon distintos gritos. Entre ellos, y como no podía ser de otras manera el clásico «Prensa española, manipuladora» a la cara de los informadores que allí estaban. Mejor eso que fuego y golpes.
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