Paula Poveda
Punto y final a la historia «legal» de la Escuela Taurina de Madrid
Ayer expiró el contrato que la Marcial Lalanda mantenía con el Ayuntamiento para desarrollar su actividad en la Venta del Batán.
En lo que se refiere al aspecto puramente legal, la escuela de tauromaquia Marcial Lalanda cerró ayer sus puertas por última vez. El 30 de junio expiró el contrato que esta institución, que desarrolla su actividad desde hace décadas en la Venta del Batán, mantenía con el Ayuntamiento de Madrid. En septiembre del año pasado el Gobierno de Manuela Carmena decidía poner punto y final a esta escuela de profesionales del toro retirándole una ayuda de 61.000 euros, la mitad de su presupuesto. Desde entonces, cada noticia que llegaba de Cibeles ha ido ahogando un poco más a los gestores de la escuela que, con el contrato expirado, aspiraban aún ayer a continuar su labor durante los próximos meses. Para ello, tratarán de jugar la última carta –o penúltima, esperan– en una cita la semana que viene con la responsable municipal de Cultura, Celia Mayer. José Luis Bote, uno de los directores de la Escuela de Tauromaquia de Madrid, será (junto a otros miembros de la Marcial Lalanda) el encargado de jugarla en un encuentro que está previsto que se celebre en Cibeles el próximo miércoles. Los responsables de la Escuela Taurina de Madrid negociarán también con la consejera delegada de Madrid Destino, Ana Varela, puesto que la escuela depende de esta empresa municipal. «Nos han dicho que quieren llegar a un punto de encuentro con nosotros», explica Bote que prefiere mantenerse prudente.
Mientras llegan nuevas noticias sobre su futuro, la escuela tiene previsto continuar sus clases. El fin del contrato les ha llegado en pleno curso, las clases no terminan normalmente hasta octubre, y, por eso, esperan al menos poder graduar a sus alumnos.