Madrid
Malasaña: un hotel que no para de crecer
Con un precio medio de 74 euros por noche, casi 400 apartamentos del barrio se ofrecen en alquiler para viajeros que huyen de los alojamientos tradicionales y quieren sumergirse en el auténtico centro de Madrid
Con un precio medio de 74 euros por noche, casi 400 apartamentos del barrio se ofrecen en alquiler para viajeros que huyen de los alojamientos tradicionales y quieren sumergirse en el auténtico centro de Madrid
Vivir como uno más de los vecinos de Madrid es el espíritu que mueve, cada vez más, a los turistas que llegan a la capital. Con una capacidad hotelera enorme, sin embargo, los visitantes que se deciden por casas particulares para alojarse en sus vacaciones madrileñas no deja de aumentar. Bien por cuestión económica –este tipo de hospedaje, aunque cada vez menos, resulta más barato que un hotel–, bien por realizar otro tipo de turismo y llegar a convivir con los habitantes de la ciudad y conocer de primera mano nuestras costumbres, cada vez son más las viviendas que se ofrecen en distintas webs como alojamiento para unos días. «Ático frente al Palacio Real», «precioso apartamento a un minuto de Gran Vía», «dúplex encantador en pleno centro»... Son sólo algunos de los reclamos en los anuncios en webs como Airbnb o Rentalia en las que este puente, por ejemplo, sólo han quedado un 6 por ciento de alojamientos privados disponibles en el centro de Madrid. Para el de San Isidro, que no será festivo en el resto de España, la foto es similar: ayer ya sólo quedaban un 33 apartamentos o habitaciones para las noches entre el 13 y el 15 de mayo en el centro. La oferta no es precisamente pequeña: por barrios, Chamberí, Palacio, Justicia, Cortes, La Latina y Sol son en las citadas páginas los que lideran en ránking convirtiéndose en los hoteles más grandes de la capital con más de 300 apartamentos en alquiler cada uno a un precio medio de que oscila entre los 94 y los 82 euros por apartamento y noche.
Sólo en el entorno de la calle Atocha, más de una veintena de personas ofrecen habitanciones en sus casas o apartamentos de los que los turistas pueden disfrutar de forma independiente. Alojamientos «caseros» en los que el precio por noche varía de los 70 del más económico a los 205 que cuesta un piso con dos dormitorios y capacidad para tres personas en la calle San Ildefonso. En Malasaña, de forma general, se ofrecen casi 300 apartamentos para este tipo de viajeros (sin contar con las habitaciones en pisos compartidos) a un precio medio de 74 euros por noche. Como ocurre con los alquileres tradicionales, los barrios de Goya (con un precio medio por alojamiento y noche de 150 euros), Castellana (147 euros) y Salamanca (146 euros) son los más caros que pueden encontrar los turistas en la capital donde el precio medio es de 122 euros.
Un negocio muy lucrativo
La tendencia del alquiler vacacional no hace más que afianzarse. De hecho, el pasado puente de la Inmaculada, los turistas acudieron a estos tipos de servicios hasta cubrir un 95% de la oferta de habitaciones disponibles en la capital. Muchos visitantes buscan alojamientos más baratos y acogedores para estar como en su propia casa. Una oportunidad muy lucrativa que han visto ya miles de madrileños que aprovechan especialmente los puentes para alquilar sus propiedades. Los anfitriones madrileños arrendan desde habitaciones individuales hasta apartamentos íntegros. Este es el caso de María, que acoge huéspedes cada fin de semana en un estiloso alojamiento en pleno centro de la capital dadas las ventajas económicas –entre otras– que le brinda las web para anunciar su alojamiento turístico: «Airbnb me permite pagar la hipoteca, algo que con un alquiler tradicional no podría hacer. Además el alquiler convencional restringe mucho la flexibilidad de las fechas», explica. Hace alrededor de seis años que esta iniciativa se implantó en España y desde entonces ha crecido constantemente. Madrid es una de las ciudades del país en las que Airbnb cuenta con más demanda.
Una de las claves que explican esta expansión es que en un servicio de alquiler on-line es muy importante la confianza, tanto de aquellos que dejan sus hogares a disposición como por parte de los inquilinos, y la empresa ha sabido sacarle partido a lo que podía haber sido un punto débil. «Cuando acaba la experiencia con los inquilinos, tanto ellos como los anfitriones dejamos en los tablones personales comentarios acerca de la experiencia. Si me dejan mal la casa puedo apuntar como referencias: “Esta gente me ha dejado la casa destrozada...”, y posteriormente cuando alguien va a alquilar su casa, va a ver el perfil del inquilino», explica María. Además, Airbnb, entre otros métodos ofrece una garantía al anfitrión que les protege hasta con 800.000 euros.
Según el estudio «El impacto económico de Airbnb en Madrid», publicado en junio de este año por la propia empresa y el profesor F. D. Sandulli, de la Universidad Complutense de Madrid, 3200 anfitriones madrileños se ocuparon de acoger 162.400 inquilinos en sus hogares en 2014. Mientras el perfil de clientes en los hoteles tradicionales es muy variado dada la diversidad de los servicios de hospedaje, las personas que acuden este tipo de alojamientos suele ser gente de espíritu juvenil, tanto es así que la investigación afirma que la «media de edad es de 48 años y una quinta parte de ellos trabaja en la industria creativa».
Según exponen las cifras de este proyecto, los anfitriones que ofrecen sus hogares a través de la web residentes en la capital alcanzaron ingresos de 16.100.000 euros en 2014. Unos datos que no se van a repetir, sino que, dadas las previsiones de turismo en Madrid en 2016 y el resplandeciente éxito de este tipo de ofertas, las cifras experimentarán a buen seguro un importante crecimiento.
Atocha o vistas a Madrid Río, los otros reclamos
Hasta Madrid Río sirve de reclamo a los madrileños a la hora de poner en el mercado del alquiler turístico sus viviendas. En Carabanchel, sólo en el entorno de este parque, se ofrecen 15 viviendas completas de distintas capacidades de ocupación por una media de 64 euros la noche. Dormir cerca de la estación de Atocha es otra de las bazas que juegan los propietarios a la hora de anunciar sus viviendas. Puede elegir entre cuatro pisos disponibles por días en esta zona y pagará una media de 59 euros la noche.