Vivienda social
Los concejales de Carmena, okupas del Patio Maravillas
Zapata, Sánchez Mato, Mayer y Galcerán, junto al diputado de Podemos Pablo Padilla, acudieron a la manifestación en protesta por el último desalojo y en apoyo al colectivo, enfrentado a Carmena.
Zapata, Sánchez Mato, Mayer y Galcerán, junto al diputado de Podemos Pablo Padilla, acudieron a la manifestación en protesta por el último desalojo y en apoyo al colectivo, enfrentado a Carmena.
Un centenar de personas se concentró ayer en la plaza del Dos de Mayo para respaldar al Patio Maravillas después de su último y frustrado intento de conseguir una nueva sede en la calle San Mateo, 24, que fue desalojada apenas doce horas después de la okupación. Entre ello, cuatro concejales del Ayuntamiento de Madrid: Guillermo Zapata, Carlos Sánchez-Mato, Montserrat Galcerán y Celia Mayer. También estuvo allí el diputado regional de Podemos, Pablo Padilla. Además, el concejal de Coordinación Territorial del consistorio madrileño, Nacho Murgui, defendió el diálogo con el Patio Maravillas frente a «reprimir y criminalizar» a los centros sociales okupados, que son, según sus palabras «parte del tejido ciudadano».
La presencia de los ediles en la manifestación, después de que ayer éstos y muchos otros representantes de los madrileños por Ahora Madrid en la Corporación Municipal y la Asamblea de Madrid aplaudieran en las redes sociales la nueva okupación del Patio Maravillas, supone un auténtico desafío a la alcaldesa Manuela Carmena, puesto que la concentración no había sido comunicada a la Delegación del Gobierno y, por lo tanto, era ilegal. Y es que la regidora lleva más de un año tratando de que los okupas del Patio, así como de otros centros sociales okupados de la capital, «pasen por el aro» de convertirse en asociación cultural para así cederles un espacio municipal como les había prometido.
Pero los del Maravillas –y otros como la Enredadera o la Dragona– no han acabado de aceptar de buen grado el corsé municipal que, para no soliviantar al PSOE, socios de Gobierno en el Ayuntamiento, les obligaba a entrar en el circuito de las asociaciones regularizadas. De hecho, en el comunicado que lanzaron el pasado sábado tras la okupación de San Mateo, 24, fue extremadamente duro con la propuesta de Carmena, que calificaron de «cobarde e insuficiente».
Sin embargo, entre el desalojo y la manifestación de ayer por la tarde algo cambió en la actitud del Patio Maravillas, que, con la presencia de los concejales en la concentración, fue menos incisivo con el equipo de Gobierno municipal y cargó las tintas contra el Ministerio del Interior. Así, igual de descafeinada que la protesta en sí fueron las declaraciones de la portavoz del Patio Maravillas respecto a Manuela Carmena: «La estamos esperando. Porque nuestra intención nunca ha sido la ocupación ilegal, sino la cesión», afirmó. Del mismo modo y previo vistazo a los ediles allí presentes, la representante de los okupas explicó sobre la actitud del Ayuntamiento de Madrid que, «simplemente, no se ha posicionado». Con todo, en el comunicado sí lanzaron alguna mención al trabajo de Ahora Madrid al señalar que «no podemos permitirnos una ciudad desierta de espacios comunes, privatizada y entregada al mercado y la industria del turismo».
Por su parte, los ediles Carlos Sánchez Mato, de Economía y Hacienda; Celia Mayer, de Cultura y Deporte; Montserrat Galcerán, de Tetuán; y Guillermo Zapata, de Fuencarral y Villaverde, el más esperado por su vinculación con el Patio, quisieron presenciar el acto pasando inadvertidos, siendo parte de la masa de oyentes, sin pronunciarse públicamente, sin hacer declaraciones en favor ni en contra del Patio; se mostraron, eso sí, sociables y desenfadados con el resto de asistentes, con la actitud de quien, por un momento, quiere desligarse de su cargo en el consistorio. Quien menos problemas tuvo en destacarse fue el diputado regional de Podemos, Pablo Padilla –que ya ayudó en el penúltimo desalojo del Patio en la calle Divino Pastor el verano de 2015–, que no dudó en situarse inmediatamente detrás de la pancarta.
En parte por el fuerte despliegue policial y por la falta de personas, la concentración en defensa del Maravillas fue bastante descafeinada. Y es que, unos minutos antes de que el reloj marcara la hora fijada para la concentración, allí no había nadie. Bueno, casi nadie, porque los medios ocuparon el vacío de los manifestantes y porque ni una sola calle de las que van a desembocar en la plaza quedó sin custodiar por dos o tres furgones de la Policía. Por fin y después de que la Policía inspeccionara la única pancarta a la que le fue permitido el paso al espacio, un puñado de defensores del Patio Maravillas, con los medios justos para hacerse oír, leyó el comunicado en el que anunciaban una gran movilización para dentro de un mes.
Cánticos desordenados de algunos entusiastas, caras desoladas en primera fila, silencios incómodos a la espera de un buen discurso. El imponente dispositivo de seguridad ante la concentración ilegal mermó cualquier intento de marcha o protesta y, también, las ganas y la energía de quienes, seguro, esperaban algo más de aquella cita. Asimismo, desde la Delegación del Gobierno informaron de que varias personas fueron identificadas por la Policía Nacional como convocantes de la manifestación, por lo que serán propuestos para sanción.
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