La Comunidad de Madrid declara BIC las alegorías del fuego y de América del pintor Anglois

El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha acordado hoy declarar Bienes de Interés Cultural (BIC) el conjunto pictórico Alegoría del fuego y Alegoría de América de Guillermo de Anglois, así como la escultura San José con el Niño, atribuida a Pedro de Mena.

El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha acordado hoy declarar Bienes de Interés Cultural (BIC) el conjunto pictórico Alegoría del fuego y Alegoría de América de Guillermo de Anglois, así como la escultura San José con el Niño, atribuida a Pedro de Mena.

Las pinturas de Anglois, Alegoría del fuego y Alegoría de América, son dos modelos o cartones para sendas colgaduras de la tapicería del dormitorio de Carlos III en el Palacio Nuevo de Madrid.

La composición gira en torno a medallas monocromas, como camafeos romanos, que encierran elementos simbólicos. Alegoría del Fuego muestra un ara sobre el que se eleva una espada entre fuego, mientras que Alegoría de América representa una mujer. Los tapices a los que corresponden forman parte de la cama del monarca y se conservan en los almacenes del Palacio Real de Madrid.

La decoración del dormitorio del rey fue una de las obras ornamentales más ricas y cuidadas, ya que la cámara de Carlos III fue escenario de momentos esenciales en la vida de la corte y de encuentros familiares con sus hijos. Guillermo de Anglois fue nombrado pintor del rey en 1764 y destaca por su innovación en la temática de los cartones.

San José con el niño, escultura en madera policromada

Atribuida a Pedro de Mena, la escultura tallada y policromada pertenece al Real Monasterio de Carmelitas Descalzas de Santa Teresa. San José con el Niño destaca por su gran calidad técnica y con ella Mena configuró un estilo propio, por el gran detalle y perfección en la talla que supo combinar con la expresividad del sentimiento.

La obra que representa a San José caminando y al Niño descalzo, levantando los brazos hacia el padre, fue restaurada por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, que le devolvió la policromía original de Pedro de Mena.