Tras un breve paso por el Congreso, este socialista se convirtió en el primer presidente de la Comunidad de Madrid (1983-1995). Con el PP instalado en Sol, volvió a la Cámara Baja, donde vivió las dos legislaturas de Aznar y la primera de Zapatero –que nunca fue su candidato–. Aunque es economista y demógrafo, su vocación literaria ocupa ahora gran parte de su tiempo. Irónico y erudito, reparte reproches y alabanzas a diestro y siniestro.

–¿Las goteras del Congreso son una simple chapuza o aquí hay algo que hace agua?

–La metáfora no está mal buscada, pero creo que, como en el chiste, es responsable la empresa anunciadora.

–Encima, han tapado varios agujeros de balas del 23-F. ¿Somos algo desmemoriados?

–No echemos la culpa al pobre obrero que estaba ahí, que vio unos agujeros y los tapó, como habríamos hecho usted o yo. Eso sí, alguna desmemoria no viene mal para no repetir la jugada permanentemente.

–¿Quieren borrar su presidencia?

–No, que yo sepa.

–¿Qué tiene o tenía Leguina que no tenga Tomás Gómez?

–Yo era más bajito y menos musculoso, pero entonces tendría la misma edad que él.

–Defíname en una palabra a Gallardón, Aguirre y González...

–Gallardón es el cabo de gastadores de este cuartel. Aguirre es la cólera de Dios. La definí así en un libro y le encantó. Y el actual está haciendo su historia. No convendría definirlo antes de que tuviera un currículum presidencial amplio.

–¿Tomaría una «relaxing cup of café con leche» con Ana Botella?

–Sí, sin ningún problema.

–¿Qué opina de lo ocurrido con los Juegos?

–Uno no puede ponerse en manos de gente que vota en secreto. Nadie pondría miles de millones de euros de inversión pública en manos de un comité que no responde sino ante Dios y ante la historia. Es una locura.

–¿Qué le pone de mal café del PSOE ahora?

–De pequeño odiaba los bailes como «la yenka» y los sigo odiando. No se puede andar de derecha y a izquierda, sin fuste.

–¿Usted es más de Chaves, de Griñán... o de la jueza Alaya?

–No conozco a la jueza Alaya, así que no puedo opinar sobre ella. A los otros los conozco y soy partidario de la Intervención General del Estado.

–En unas hipotéticas primarias, ¿qué nombres le gustaría ver?

–No me gustan mucho los nombres que se barajan y no son hipotéticas, va a haberlas. Lo que no puede ser es que para presentarte necesites la mitad de las firmas de los votantes, como en Andalucía. ¡Vaya primarias! Han sido una tomadura de pelo y una caricatura.

–Así que ni Chacón, ni López, ni Madina, ni Rubalcaba...

–De todos los que ha nombrado, creo que el que más futuro tiene es Patxi López y, por lo tanto, Madina. En mi opinión, es un tándem que no se va a romper.

–Si los lectores de su blog se lo pidiesen, ¿sería candidato?

–No. Hay que respetar las generaciones.

–¿Las respeta todo el mundo en el PSOE?

–No.

–¿A quién debería colocar el PP enfrente?

–Como están gobernando, y a no ser que les vaya fatal en las encuestas, que me temo que va por ahí la cosa, no cambiarán de caballo.

–Como amante de la literatura, ¿qué cita le dedicaría a Rajoy?

–Vaya preguntita. Tiene virtudes como la experiencia, pero es el caballo del malo. Va con una lentitud... Dijo que iba a ser previsible, ¡Dios mío! Si llega a ser imprevisible...

–En su libro «Impostores y otros artistas» dibuja a los primeros como aquellos que se hacen pasar por otro, ¿hay políticos así?

–Sí, se hacen pasar por lo que no son ideológicamente, pero se ve más en la izquierda.

–¿Se atreve a ponerme un ejemplo?

–Siempre pongo el mismo, los de IU. A algunos les tengo aprecio y otros me producen desprecio.

–Ya que habla de IU, ¿hay vida más allá del bipartidismo?

–Me inclino por un sistema bipartidista. No tienen por qué ser siempre los mismos, pero es mejor jugar a dos que a 16. ¿Ejemplo de bipartidismo? Reino Unido. ¿Ejemplo de no bipartidismo? Italia. Pues prefiero el sistema británico, qué quiere que le diga.

–¿Qué le parecen Rosa Díez y Cayo Lara?

–Son dos personas muy diferentes. Rosa Díez aspira a formar parte del bipartidismo y hace bien. Caya Lara es los restos de un naufragio, que es el Partido Comunista.

–Y Artur Mas, ¿engaña o va de cara?

–Está mal enterrado, pero es un cadáver político. Una persona que disuelve el Parlamento, convoca elecciones para sacar mayoría absoluta y pierde un chorro de diputados, lo lógico en cualquier tierra de garbanzos es que diga «hasta más ver» y dimita.

–Como demógrafo, ¿percibe que la población catalana sea independentista?

–Hasta ahora, no. Claro, si nadie les opone un discurso no nacionalista... Las batallas que no se dan siempre se pierden. En cambio, las que se dan se pueden perder o ganar.

–A pesar de que la fecundidad es baja, ¿siguen naciendo artistas en España?

–Cada vez hay más, en el buen sentido y en el malo. En teatro, por ejemplo, hay jóvenes muy buenos. Los malos son los que dices «vaya artista», como los carteristas.

–Pero, ¿«El Quijote» se escribió en catalán?

–Está claro. Y lo tradujo un antecesor de Mas, a un castellano bastante bueno además. Y Colón también era de ahí, ¿no? ¿Qué hacen los genoveses dedicándole un museo? Entre las reclamaciones de la Generalitat debe de estar que transfieran el museo, que es maravilloso y está hecho sobre las atarazanas. El arquitecto es Renzo Piano, que también es responsable de cosas que no me gustan, como el Pompidou de París.