Conflictos laborales
Huelga en Metro por 14 días más de vacaciones
Los trabajadores, que ya disfrutan de 58 días libres al año, han convocado tres jornadas de paros para este fin de semana y el lunes.
Los trabajadores, que ya disfrutan de 58 días libres al año, han convocado tres jornadas de paros para este fin de semana y el lunes.
Lo han decidido por unanimidad. Reunidos en asamblea (dos sesiones de mañana y tarde) los trabajadores de Metro confirmaron ayer su último pulso a la empresa. Han convocado tres jornadas de paros desde mañana sábado hasta el lunes 23 de mayo como protesta contra un convenio colectivo que, según explicó Juan Carlos de la Cruz, secretario general de Comisiones Obreras en la compañía, les «devuelve a las condiciones de hace veinte años». Metro lo niega.
Empresa y sindicatos llevan semanas reuniéndose para llegar a un acuerdo. En concreto, antes de convocar la última huelga –que coincidirá con los conciertos de Bruce Springsteen y Manolo García y la final de la Copa del Rey de fútbol– la dirección y el comité de empresa se han sentado a hablar de las condiciones laborales de los empleados de Metro en 27 ocasiones. Encuentros en los que los sindicatos han expuesto algunas de sus demandas: mejorar el mantenimiento de los coches, aumentar la plantilla para cubrir las bajas que se han producido en los últimos años, aumentar el personal en estaciones... Los representantes sindicales también han puesto sobre la mesa una ampliación del periodo vacacional de los conductores que supondría aumentar en 14 días las jornadas libres que podrían disfrutar estos trabajadores del suburbano que ya disfrutan de un convenio que les otorga 51 días de vacaciones al año y siete más para asuntos propios. De salir adelante la propuesta de los representantes del comité de empresa, los maquinistas dispondían de 72 días libres cada año.
Los representantes de los trabajadores tienen muy claro el argumento que sustenta esta petición para aumentar su periodo vacacional: «el 50% de la plantilla pierde cada año las horas correspondientes a esos 14 días en regresar a su punto de partida una vez que finalizan su jornada laboral (pongamos que un conductor salga de Carabanchel y acabe su horario en Canillejas, tiene una hora de vuelta hasta la base)», explicó Cruz. Desde la empresa, sin embargo, señalan que llevar a cabo el protocolo que permitiría a los conductores comenzar y terminar su trabajo en la misma estación supondría unos costes que Metro no puede asumir. «Es muy complicado desde el punto de vista operativo, no hay manera de cuadrar el servicio», indicaron desde la compañía.
Esta situación se produce después de semanas de negociaciones entre el comité de empresa y la dirección de Metro, encuentros en los que no ha habido acuerdo. Por eso, la propuesta de paros está firmada por los seis sindicatos que forman parte de la comisión negociadora del convenio colectivo: UGT, CC OO, el sindicato del Colectivo de Maquinistas de Metro, Sindicato de Técnicos, el Sindicato Libre y Solidaridad Obrera. Los paros del 21 y 22 de mayo (sábado y domingo) serán de dos horas y media, desde las 18:30 a las 21 horas, en el turno de tarde, y de 23:30 a 2 horas en el de noche. En la jornada del lunes los paros tendrán lugar de 6:30 a 9 horas y ya no hay vuelta atrás. «Hemos tenido paciencia estos seis meses de reuniones y sólo se han empeorado y modificado sustancialmente nuestras condiciones de trabajo», manifestó el representante de CC OO, que se quejó de que la empresa había renunciado a una última reunión antes de la convocatoria oficial de la huelga aunque sí reconoció que el Ejecutivo de Cristina Cifuentes ha cumplido y ya se han comenzado a realizar los primeros contratos que prometió el pasado otoño y que supondrán la incorporación de 360 conductores más (la mayoría están ahora realizando cursos de formación) en la plantilla de Metro. «Se hace imprescindible dar un vuelco definitivo a esta situación y lograr que la negociación avance realmente», añadieron los representantes de los trabajadores.
En 2013, coincidiendo también con la final de la Copa del Rey –disputada entonces entre el Real Madrid y el Atlético en el Bernabéu– el suburbano también vivió paros parciales antes y después del partido, de 19 a 21 horas y a partir de las 23 horas. Dos días antes, el día de San Isidro, ya se había convocado la primera jornada de huelga. El año 2013 había comenzado también con paros en Metro: los días 4 y 5, coincidiendo con la Cabalgata de Reyes, se celebraron paros de 24 horas por los recortes salariales aplicados por el Ejecutivo autonómico que, por su parte, había garantizado unos servicios mínimos del 93%. Un año antes, en 2012, tuvieron lugar hasta siete paros, fundamentalmente en junio y octubre, además de las dos huelgas generales. Ese año, los cálculos de la Comunidad situaron el coste de estas huelgas en los 5,5 millones de euros. Pero sin duda la huelga más «salvaje» se vivió en 2010, entre los meses de junio y de julio, cuando las reivindicaciones de los trabajadores obligaron al cierre de todas las estaciones tras incumplir los servicios mínimos. En esta ocasión, la Comunidad ha decretado que entre el 69% y el 84% del servicio se lleve a cabo con normalidad.