Conflictos laborales
«Complot político» para llenar de basura Alcorcón
El alcalde manda a la Policía vigilar más de cien islas ecológicas por la avalancha inusual de restos de basura. Culpa a la oposición de sacar rédito político a la situación.
El alcalde manda a la Policía vigilar más de cien islas ecológicas por la avalancha inusual de restos de basura. Culpa a la oposición de sacar rédito político a la situación.
Los servicios municipales limpian los contenedores de basura, y al día siguiente aparecen repletos de muebles desvencijados, una montaña de bolsas de basura, cartones de pizzas de encargo esparcidas por el suelo, papeles, plásticos...Y hasta colchones. En la mayoría de las ocasiones, los contenedores de las islas ecológicas están vacíos o con espacio suficiente para albergar más desperdicios. Casualmente, en algunos casos, del asa del contenedor cuelga una bolsa de basura con idea de disuadir a los vecinos de hacer la intentona de abrir la tapa, explica el alcalde de Alcorcón, David Pérez. Y cuando ya se acumulan las bolsas junto a los depósitos, los vecinos que acuden a tirar sus bolsas sobreentienden que el contenedor está lleno y dejan los desperdicios a la intemperie. Otras veces, las asas de los contenedores se encuentran manchadas de sustancias «desconocidas», lo que tampoco anima a los vecinos a abrir la tapa para introducir los desperdicios en el interior del contenedor. Se da la circunstancia, además, de que algunas islas ecológicas aparecen al día siguiente de ser limpiadas repletas de basura. «Esa es la foto que, curiosamente, suben a las redes sociales los políticos de la oposición para poner en cuestión la limpieza en el municipio», cuenta el alcalde. Para más inri, el «punto limpio» de Alcorcón ha llegado a acumular en las últimas semanas hasta 24 toneladas de colchones. «¿Es que tanta gente cambia de colchón en Alcorcón o los muebles de la casa para que haya tantos trastos en la basura o es que estamos ante una campaña orquestada por los partidos de la oposición para sacar rédito político?», se pregunta el alcalde. El Ayuntamiento ha iniciado una campaña de vigilancia en un centenar de islas ecológicas para averiguar quién deja tanta basura y hasta se ha pedido colaboración vecinal para que alerten de los casos que salen fuera de lo normal.
La Policía ha llegado a encontrar bolsas rellenas sólo con papeles junto a los contenedores «para hacer bulto», denuncia Ana Gómez, la consejera de Seguridad y nueva presidenta del consejo de administración de Esmasa, la empresa municipal que gestiona la recogida de basuras en la localidad del sur madrileño. De hecho, ya han sido sancionadas 23 personas o empresas que han hecho vertidos ilegales, unos actos que se multan con 200 euros. Ahora, el Grupo Popular en el Ayuntamiento quiere llevar a pleno un endurecimiento de las multas por estos comportamientos.
El alcalde de Alcorcón cree que «sufrimos una campaña de falta de civismo y de utilización política. Pido al PSOE, Ganar Alcorcón y Ciudadanos que condenen estos hechos públicamente en lugar de utilizarlo políticamente, todos los días encontramos montones de basura y esto no puede ser casual». Pérez cree que no hay ninguna justificación para situaciones como las que vive el municipio porque «la plantilla de recogida de basura sigue siendo la misma y también los sueldos de los trabajadores (algunos en torno a los 2.500 euros, según dijo) y los vecinos no se merecen una oposición que busque provecho en la basura». El alcalde encuentra similitudes entre esta situación, que se ha agudizado desde el verano, con la vivida en la anterior legislatura, concretamente entre enero y febrero de 2014 en que hubo una huelga salvaje de basuras que costó 30.000 euros diarios al municipio y en la que «se produjeron numerosos sabotajes en los vehículos de Esmasa y en las islas ecológicas, a los que hay que sumar los costes derivados de la contratación de la empresa pública Tragsa, a la que el gobierno municipal tuvo que recurrir por el incumplimiento de los servicios mínimos», dijo Pérez. En una sola noche «hubo 27 contenedores de basura quemados, daños en vehículos, así como rotura de mobiliario urbano y de camiones, además de otras situaciones que no se pudieron vincular directamente con la huelga, como la quema de un cajero automático».
Ayer el Ayuntamiento hizo pública la sentencia definitiva del Tribunal Supremo, sobre la que no cabe recurso, en la que reconocen los «daños superiores a los inherentes al ejercicio de la huelga indefinida» que se causaron a los vecinos y los «actos vandálicos reprobables en sí mismos porque se efectuaron con la finalidad de crear alarma». El Alto Tribunal cree, además, que los daños «fueron excesivos y no amparables por el ejercicio del derecho a la huelga, puesto que ésta no permite traspasar los límites de la convivencia con al creación de situaciones de riesgo para la ciudadanía». El Supremo responsabiliza de la situación a los miembros del comité de empresa de Esmasa integrado por CSIF, CC OO, CGT. Precisamente, uno de los condenados es Jesús Santos, portavoz de Ganar Alcorcón y entonces miembro del Sindicato de Limpiezas de la CGT, al que el alcalde del municipio pidió ayer la dimisión «por los abusos de una huelga que costó dos millones» y que ahora el Ayuntamiento reclamará a los condenados. Santos, por su parte, ayer pidió al alcalde «dejar de jugar a guerras mediáticas y ocuparse de aplicar el Plan para un Alcorcón limpio».
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