Política

Elecciones municipales

Carmena se crece y escenifica su «divorcio» de Iglesias

La alcaldesa asegura que «no tiene por qué hablar» con el líder de Podemos ni con el ex Jemad Julio Rodríguez y desvía toda la responsabilidad de la crisis municipal hacia la formación morada.

Pablo Iglesias y Manuela Carmena, en la celebración de un encuentro en la Universidad de Otoño de Podemos el pasado octubre
Pablo Iglesias y Manuela Carmena, en la celebración de un encuentro en la Universidad de Otoño de Podemos el pasado octubrelarazon

La alcaldesa asegura que «no tiene por qué hablar» con el líder de Podemos ni con el ex Jemad Julio Rodríguez y desvía toda la responsabilidad de la crisis municipal hacia la formación morada.

No hay vuelta atrás. Cada día que pasa, la reconfiguración de la izquierda madrileña se asemeja a una pelea sumida en un lodazal cada vez más profundo. Ninguno de los contendientes, Podemos y Ahora Madrid, Pablo Iglesias y Manuela Carmena, escatima esfuerzos a la hora de marcar territorio y hacerse fuerte. ¿El detonante? Una lista de primarias encabezada por el ex Jemad Julio Rodríguez, secretario general de Podemos en la capital y hombre fuerte de Iglesias, con seis ediles afines a la alcaldesa en puestos secundarios y posteriormente suspendidos de militancia tras no ocultar su disgusto. La tradicional batalla entre las distintas corrientes, confluencias y sensibilidades de la izquierda tiene en la ciudad de Madrid un escenario que difícilmente podría ser más paradigmático.

La alcaldesa aprovechó ayer para contraatacar a Iglesias y dio por sellada la ruptura. Un día antes, el secretario general de Podemos afirmó que iba a «trabajar» para que Carmena fuera de nuevo alcaldesa en una lista con «Podemos, IU y los independientes que ella decida» y que la gente que ha apoyado a ambos «estaba harta» de ver la imagen que se está dando de esta pugna en los medios. Pero a la hora de valorar la suspensión de los llamados «concejales díscolos» –Rita Maestre, Paco Pérez, Marta Gómez, José Manuel Calvo, Jorge García Castaño y Esther Gómez–, Iglesias aseguró que «todos estamos obligados a cumplir el código etico».

Lejos del tono apaciguador del líder de Podemos, Carmena aseguró ayer a preguntas de los periodistas que no tiene «una vinculación específica» con él «ni necesidad de tener una conversación». De hecho, la alcaldesa desvió todo el peso de la polémica en la formación morada: «Creo que este es un problema que surge en el marco de Podemos; yo no tengo nada que ver».

Tampoco tiene previsto hablar con el elegido por Pablo Iglesias para liderar la lista, Julio Rodríguez.

«No tiene nada que ver conmigo. Son temas de un partido político al que yo no pertenezco», insistió. Horas antes, el ex Jemad aseguró que hizo «todo lo posible» para garantizar la participación de los seis concejales de Manuela Carmena, con los que «no dejé de hablar ni un minuto».

Se esperaban ayer también las declaraciones de Rita Maestre, una de las «desahuciadas» por Iglesias y Rodríguez. La portavoz del Gobierno se limitó a confiar en que se «encauzará la situación» y pidió «cabeza fría». «No hay una discrepancia sobre procesos democráticos. Los ediles concurrirán junto con otras personas a un proceso participativo abierto e inclusivo», concluyó.

Mientras, otras confluencias siguen haciendo la guerra por su cuenta. Es el caso de la corriente de anticapitalistas y, concretamente, de la concejal de Ahora Madrid Rommy Arce. En una tribuna en Cuartopoder, la edil criticó tanto la «monarquía» creada en torno a Carmena –una idea ya esgrimida por esta corriente, progresivamente apartada por la alcaldesa en el Ayuntamiento– como el «aparato» que representa Iglesias. En líneas generales, los anticapitalistas no ven diferencias entre ambos: los dos se basan en la creación de un «modelo plebiscitario» para imponer un «sistema cada vez más presidencialista», y siempre mediante una «progresiva purga de los sectores más consecuentes».

Las reacciones en los distintos espectros de la izquierda madrileña están siendo –y así seguirá ocurriendo en las próximas semanas– especialmente críticas. Fue el caso también del predecesor de Rodríguez como secretario general de Podemos en Madrid, Jesús Montero, que calificó de «desastre político» la expulsión de los concejales y responsabilizó a Pablo Iglesias de una «maniobra estratégicamente innecesaria, inútil e ineficaz». Hay que recordar que Montero, además de estar alineado en la órbita del líder de Podemos, fue uno de los principales responsables de convencer a Manuela Carmena para que se presentara a las elecciones de 2015, de las que salió finalmente elegida como alcaldesa.