Comunidad de Madrid
Bloquear el sistema inmune para evitar el rechazo de un trasplante
La Comunidad financia con 700.000 euros un estudio de nanoterapia que permitiría sustituir los fármacos que se toman de por vida.
La Comunidad financia con 700.000 euros un estudio de nanoterapia que permitiría sustituir los fármacos que se toman de por vida.
¿Quién no ha oído hablar de inmunoterapia en los últimos años? Es el presente y el futuro de la lucha contra el cáncer. Los oncólogos lo que buscan es reactivar el sistema inmune del enfermo –poner a trabajar a su «ejercito» frente a las células tumorales– para que sea capaz de vencer la enfermedad. Sin embargo, los investigadores que trabajan en el equipo de Jordi Cano Ochando buscan todo lo contrario: bloquear esas defensas responsables de que, tras un trasplante, se pueda producir un rechazo. Buscan evitar que la persona trasplantada tenga que vivir tomando fármacos inmunosupresores de por vida, como se da actualmente.
Así, con la financiación de 700.000 euros que ha recibido por parte de Consejería de Ciencia, Universidades e Innovación de la Comunidad de Madrid, el laboratorio de Ochando, que pertenece al Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), ha descubierto un nuevo mecanismo de rechazo llamado «inmunidad entrenada» que ha sido publicado en la revista «Immunity». ¿A qué se refiere exactamente? Ochando lo explica: «Es la capacidad de memoria que tiene el sistema inmune innato (común a todas las especies). Hasta ahora, se pensaba que la memoria inmunológica solo formaba parte del sistema inmune adaptativo (exclusivo de los mamíferos)». Así, este tipo de «inmunidad es una forma de defensa primitiva, que ha sido obviada a la hora de diseñar nuevos fármacos».
Para prevenir que se active esta «memoria» de las defensas cuando se produce un trasplante, el laboratorio de Ochando ha usado una nueva terapia inmunológica con el uso de nanopartículas (partículas de unos 100 nanómetros, similar a un millar de átomos). Están hechas de lipoproteínas –responsables de transportar la grasa–obtenidas de la sangre y han sido diseñadas para introducir en ellas un inhibidor de la proteína MTOR que bloquea la «inmunidad entrenada». Las partículas nanoscópicas que se crean son capaces de prevenir la activación de macrófagos entrenados –comen células dañadas– y prevenir el rechazo de órganos trasplantados. Esta novedosa nanoinmunoterapia permite «la regulación de la respuesta inmune». Para llegar a esta conclusión, han utilizado un modelo de ratón, pero no tardará en probarse en humanos. «Estamos trabajando en un consorcio internacional para poder hacer ensayos clínicos en los próximos tres a cinco años», sostiene el investigador. Además, «pensamos que se pueden beneficiar tanto los pacientes que están por trasplantar, como los que ya han recibido un órgano», añade.
La realidad es que existe una necesidad urgente de reducir el uso de fármacos inmunosupresivos para mejorar la supervivencia a largo plazo del órgano trasplantado. A pesar de los esfuerzos para utilizar estos agentes inmunosupresivos de manera menos tóxica, no se ha conseguido, por el momento, una alternativa menos dañina. Como sostiene el científico, el uso de estos medicamentos, «a largo plazo, dan lugar a hipertensión, diabetes, problemas cardiovasculares o nefrotoxicidad», entre otros efectos secundarios. Por eso, «la nanoterapia ofrece una vía terapéutica específica hacia la ‘‘inmunidad entrenada’’ que no ofrecen las terapias convencionales».
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